El tonto
Se acercó
y me dijo…
Creo que
no se lo pregunté.
¿Qué
demonio se corporizó en él?
con el
fin descargar tamaña piedra
en mi
camino.
El tonto
no se dio cuenta.
Claro,
porque es tonto.
Sin
embargo se arrimó y en voz baja,
muy
baja, descubrió lo oculto.
¿Algún
ángel envidioso expulsó de su boca
esos
horrorosos recuerdos?
Cuando
sus desperfectos y afilados dientes
despertaron
mi memoria,
percibí
un vómito caliente
que me
inundaba.
Tal vez…
aprovecharé
el viento para alejarme
del tonto
que me susurra.
Pero…
¿Quién es él?
Dios se
ocupe y me lo quite.
1 comentario:
Gracias por publicarlo. Me encanta la portada.Saúl Buk
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