lalgarabía
alborotaría
la urbana demografía
de bocinazos cacerolazos
permearía las ventanas de los cubículos
más altos a los retículos de corazones mentales
desataría en esa alborada algarada multivoces
multícaras que se solucionan resuelven
gesticulantes en puños fogatas
buenas y de las otras aclaremos las que prenden barricadas
de madera chatarra heroica que ardeparriba
metafóricamente no pabajo idem el fuego cizaña malo de vándalos
dicho sea de paso pueblo bárbaro—de bar bar como los griegos le decían a esa otra gente que hablaba algo que les sonaba como eso—de los pulentos vándalos que en el siglo V les daban dolores de cabeza—testa—a los romanos
ahora bien según la Wiki “la palabra vándalo se utiliza para hacer referencia a una persona o un grupo de personas que actúan de la misma manera, organizadamente o no, para destruir, robar, saquear y violentar propiedades privadas, etc.”
pero como decía esa chiquilla dirigente estudiantil en una laaaarga entrevista muy reciente que la gente quemaba todo a fines del año 2019 pero no tocaba ni a las escuelas ni a los bomberos
entonces está esa cosa del instinto de las masas del pelao Lenín, aunque de conciencia política na que ver parece aunque hay unas semillitas básicamente a nivel comunal
pero volvamos
La algarabía que nos llega a la terraza del edificio que quizás no aguante el último pencazo avecinable del terremoto que venga
algazara a los pájaros, gaviotas, palomas, humildes zorzales que se apersona a la terraza del edificio
porque adivinan avizoran en algunos hilos o filamentos de ese vasto tejido polícromo sonoro las hebras de la REVOLUCIÓN.
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