Imagen Amy Judd |
HUELLAS
Creí en la noche vigía de heridas,
fue éxodo sobre tiempo y rostro,
acepté sombras
y pulsos bajo el pecho
ocupado por fuego en cautiverio.
Abrí ventanas.
Acomodé piedras solitarias
fuera del instante.
En esas horas centinelas
tuve hambre y sed.
Olvidé el empecinado reloj
de la historia repetida.
Fui ermitaña ante la duda.
Tomé distancia,
construí diques sobre centellas.
No cedí.
Mis manos fueron testigo del temblor
(ignorado temblor antes del frío)
Este es mi espacio,
sitio que le falta a un hombre
al que le duele
esa costilla hueca
que plasmó mi esqueleto.
1 comentario:
Excelente poema de Cecilia.
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