FRANCESCA
Varios
pueblos fueron abatidos por las aberrantes guerras. Los hechos no quedan en
pobres palabras. Las casas se destruyen, las familias se dispersan, el horror
va adelante de los hombres en pos de destruir todo aquello que manifieste vida.
Los que no lo vivimos creemos que a la realidad la tenemos clara y los que sí
lo han padecido- como Francesca- esbozan una suave sonrisa de lástima hacia
nosotros.
Ella era una
mujer madura que no pudo conocer lo que era ser niña. Desconocía el juego con
muñecas, desconocía lo que es recibir a los Tres Reyes Magos, desconocía la
llegada de Papa Nóel, desconocía todo aquello que pertenece a la vida de un
niño.
Francesca
recuerda lo que era correr a los refugios cuando sonaban las sirenas. Francesca
conoce cuando un timbre suena en una casa y es para llevarse a su hermano mayor
o al padre. Francesca conoce la entrada de militares a su hogar y oír los
gritos de la madre pidiendo que no ,que no , que no. Francesca sabe lo que es
despertarse transpirada y sudando, recordando la retirada de los militares y
correr a la habitación de su madre y verla manchada en sangre y
sin lágrimas después de tanto dolor.
No importa
como la conocí a Francesca. Es un hecho que la vida te regala, para que
sepamos lo privilegiados que somos y no nos lamentemos por pavadas o
insultar por estupideces o llorar frente a lo que crees que es un fracaso,
cuando quizás todo es un aprender a vivir. Somos personas pobres y vivimos como
pobres.No conocemos las lágrimas de las ausencias sin adioses y más aún nos
creemos "los elegidos" porque entramos a una Iglesia o acaso leemos
cuatro veces por semana la biblia ,acompañada al final por una oración.
Varias tardes
al mes , la visitaba en su reducida casa en el Barrio Agronomía.
Vivía sola.
Tendría alrededor de 68 años. Era una mujer esbelta, con una larga
trenza rubia y dos enormes ojos celestes. No tuvo hijos. No se casó
nunca.Tuvo infinidad de trabajos, en el que más años estuvo, era cuando tomaba
las fotos de casi todas las pequeñas o medianas guerras que se originan en
el mundo en el período de 1939
a 1957. Adquirió en el Congo una enfermedad que le
obligó a dejar su trabajo y eligió sin saber porqué la Argentina, viviendo aquí
hasta el día en que falleció, que fue un 9 de Noviembre de 1989.
Nadie me
avisó. El día jueves 10 de Noviembre de 1989 , toqué el timbre de su
casa. Ella casi siempre, solía abrirme al sonar el segundo.Toque diez
veces, al no responder, golpeé fuerte en la puerta y un señor maduro, vecino de
Francesca, me comento lo ocurrido. Al llegar, luego de hacer las pocas compras
que realizaba todos los días, al intentar poner la llave en la puerta, cayó al
suelo con la llave en la mano derecha. Esa llave la tenía otra vecina que era la Profesora de Piano
llamada Cecilia. La misma me las entregó, comunicándome que la
señora estaba en una morgue judicial. Me presenté y al informar mi relación con
Francesca, me indicaron las acciones que debía realizar. Los trámites fueron
engorrosos y complicados. Entré a la casa acompañado por una fiscal y una
escribana y mientras yo esperaba en el sillón donde siempre me sentaba, ellas
revisaron toda la propiedad. No esperé mucho y al intentar retirarnos la
escribana encuentra una nota escrita por Francesca, en la cual manifiesta que
todas sus cosas, en el caso de sucederle el hecho de morir, quedarían a mi
nombre. .Nos retiramos. Ellas me informaron que llevaban esa nota al
juzgado y que en el caso de ser así, iba a ser comunicado por nota. Dos
años después encuentro una nota en el piso debajo de la puerta, en
la que me notifican que tengo que presentarme al juzgado. Me manifiestan que
luego de varias pericias realizadas, el único heredero soy yo.
Me he
preguntado ¿ porqué a mí, pero aún no tengo respuesta.
Fui al año y
medio de enterame de esta noticia, a la casa de Francesca. Al abrir la puerta,
volví a sentir el mismo aroma que todas las veces. Recorrí muy despacio la muy
pequeña vivienda y encontré un libro abierto un poco más de la mitad, apoyado
en su mesa de luz. Lo tome'e y descubrí que era el último de mis libros
llamado : Una vida llamada Francesca.
Creo, o estoy
casi seguro, que esa fue la última vez que lloré.
Me gusta la descripción de la atmósfera y de cómo funciona el sistema. Interesante de leer hasta el final.
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