Máscara
Tienes una máscara
para los demás.
Una máscara
con lentejuelas
por encima de tu rostro.
Cuando te la quitas
todos ven tus ojos
pero no tu mirada,
ésa que repta
por cuerpos inmóviles,
que clama a solas
por lo que ya no es.
Tienes un vestido rojo
que destella en el viento
y oculta tu esqueleto
por el que la sangre
circula con gusto
a violencia.
Dominas tus palabras
pulcras, exactas
pero el grito
corre profundo
por tus venas
y así transcurres,
dosificas, permites
y te ahogas,
lentamente te ahogas
sin que nadie te salve.
1 comentario:
Beatriz: interesante planteo para un poema. Creo que todos tenemos, en algún lugar, una máscara que permite ocultar algún exabrupto y no está mal que así sea. Dosificar expresiones o actos, no debe ahogar. Mostrarse al desnudo
no siempre salva, por el contrario, puede apurar finales. El equilibrio es bueno. Un abrazo,
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