domingo, 22 de junio de 2014

Ita Espinoza Mandujano-Chile/Junio de 2014

EL MUNDO ESTÁ LOCO


    Estaba nerviosa pensando que iba tarde a su trabajo, apretaba las manos angustiada. Para colmo, el bus en que viajaba parecía no avanzar. Mientras hacía el recorrido meditó sobre su situación. Hacia años que se había titulado de profesora y aun no conseguía un cargo permanente, simplemente se mantenía con reemplazos, porque las Municipalidades no tenían disponibilidad económica  para contratar más personal, aunque mucho se necesitaba. Y acceder como docente a colegios particulares era difícil. Los funcionarios cuidaban sus puestos ya que la remuneración era mejor, y la escasez de trabajo imperante hacia que las posibilidades de ocupar un cargo fueran muy remotas.
     Lorena, era una mujer joven, dinámica, de agradable aspecto, comunicativa y amistosa. Había tenido mala suerte en su desempeño profesional. La vez que estuvo a punto de conseguir una plaza, reemplazando a una colega a punto de jubilar, pero ésta se arrepintió ante la perspectiva de un buen encasillamiento. Se deprimió y no ejerció durante algún tiempo, pero ahora casada y con hijos, era fundamental su aporte económico al hogar.  Salió de su meditación cuando  se percato que llegaba al paradero donde debía bajarse. Descendió, contempló el paisaje. Una población en la parte alta de Viña del Mar.  La escuela ostentaba un aspecto nuevo y moderno, pero el barrio era marginal. No había veredas, solamente caminos de tierra. Por doquier se apreciaban casas humildes, despintadas y en mal estado. Apresuró el paso y llegó justo cuando sonaba la campana. Ingresó a la sala de profesores para registrarse y enseguida se hizo cargo de su curso.
    Le había  correspondido esta vez  un  cuarto año  básico, con niños entre nueve y once años de edad; revoltosos e indisciplinados, pero en su mayoría tolerables. Sin embargo había dos mayores al resto, Kevin y Gregorio, de trece y catorce años. Agresivos, insolentes e influían negativamente  en sus compañeros, eran el típico representante del matón de barrio. Desde un comienzo se dio cuenta que en general la disciplina dejaba mucho que desear, nadie imponía orden por temor a los apoderados. Según confidencias, éstos eran en su mayoría, más agresivos y problemáticos que sus hijos.
    Lorena, acostumbraba conquistar a sus alumnos con cariño y comprensión, sin dejar de  lado su autoridad. Nunca le había fallado su sistema y hasta los niños más díscolos, habían terminado simpatizando con ella, demostrándole su afecto, cuando terminaba su reemplazo. Algunos alumnos la saludaron afablemente y entraron al salón. Iba a comenzar la clase, cuando se dio cuenta que sentados al fondo, había dos niños que no pertenecían al curso. Les preguntó de dónde eran, además de pedirles con gentileza que se retiraran para incorporarse en sus respectivas salas, ella debía empezar a trabajar con sus alumnos. Kevin, se paró de su asiento y con actitud desafiante la enfrentó, diciéndole que esos muchachos eran sus amigos y se quedarían allí. Expresándolo en un tono prepotente, matizado con garabatos. Gregorio estuvo de su lado. Se entabló un diálogo tenso, por cuanto ella debía imponer su autoridad. El muchacho no cedió y esta vez ayudado por sus amigos, se abalanzó sobre ella, tironeándola por el delantal.
       Rápidamente Lorena,  interpuso un banco entre ella y sus agresores,  a la vez que pedía a viva voz a Moisés, un pequeño que se sentaba en la primera fila, fuese en busca del inspector. Ordenó a los demás niños que hicieran un círculo con los bancos para protegerse, pues, también estaban recibiendo golpes mientras ella procuraba esquivar los manotazos que le propinaban. Se armó una batahola feroz, que debía escucharse desde lejos. El inspector no se presento, en su lugar acudió un  auxiliar de servicio, quien trató de poner orden. Kevin no le obedeció, por el contrario le dijo. – Qué te metis vo, viejo g…esta vieja c…, c…de su m…, es la que armó el alboroto y siguieron otros epítetos no repetibles. El hombre, alto y fornido, cogió al muchacho por el cuello de la camisa y lo obligó a salir junto con sus amigos, contestando en el mismo tono los insultos. Gregorio, con el rostro congestionado por la furia, se volvió  hacia su profesora y le hizo un gesto de amenaza con la mano. Lorena cerró con pestillo la puerta de su sala, ordenó los bancos y tragándose las lagrimas, mediante un gran esfuerzo pudo comenzar la clase.
         Cuando sonó la campana para anunciar el recreo, estaba asustada, pensaba en la posibilidad de que los muchachos la estarían esperando en el patio o la aguardarían a la salida, en la calle. Corriendo, cruzó hacia la oficina del  Director. Este personaje, un hombre viejo y bonachón. Abúlico ante los problemas disciplinarios, manifestó ignorar lo ocurrido y le explicó que nada  podía hacer, porque si aplicaba alguna sanción a los muchachos, se exponía él, a la represalia de sus padres.  Agregó: - Señora, como están los tiempos… este problema a usted podría perjudicarla-. Se sintió terriblemente abandonada. Le pidió que llamara a los Carabineros para que la sacaran del plantel, no acudieron. En cambio al comunicarse a Paz Ciudadana, sí lo hicieron de inmediato y al enterarse de la gravedad de la situación, la trasladaron en su vehículo hasta las oficinas de la Corporación Educacional, en donde dejó constancia de los hechos. Más tarde hizo llegar su renuncia al reemplazo, por escrito.
    Ya en su hogar, sin comunicar a nadie lo ocurrido, sentía una sensación de amargura y desilusión, su pecho oprimido por la impotencia, ante la indiferencia de quienes se suponía, debían apoyarla. Necesitaba este dinero, pero no podía exponer su integridad física de esta manera. Por la prensa y la televisión se había enterado de otros casos de colegas que no habían tenido tanta suerte, recibiendo graves lesiones. Lorena, amaba su profesión, sin embargo era imposible soportar esta violencia. Pensó: “¡Qué tiempos estamos viviendo!…Este mundo esta loco y yo no lo quiero para mis hijos…”. Y no pudo evitar que lágrimas de impotencia se deslizaran por sus mejillas.


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