LA ALDEA QUE
SE CONSUM E
De Nikos
Nicolaidis –Griego
Fue un director de cine y novelista griego nació el 25 de octubre de1939 en Atenas, y falleció el 5 septiembre del
2007.
Estudió cine en el Instituto Stavrakos en Atenas y en una
escuela de arte privada.
En 1980, fue el autor preferido del cine negro,
convirtiéndose en culto en su país en
aquel tiempo. Murió a los 68 años, víctimade una infección pulmonar en Atenas. También fue el productor de ocho
películas y 200 de sus anuncios. Fue galardonado en cinco ocasiones en el Festival Internacional de Cine de
Tesalónica .
En este breve relato, un grupo de familias de escasos
recursos llega a vivir en un basural. Construyen sus viviendas con desechos y barro, convirtiendo el lugar
en una aldea que posteriormente ve crecer una nueva generación. Con el tiempo
los hijos se van para iniciar una nueva
vida, prometiendo ayudas que nunca llegan.
Con los años, el progreso y el crecimiento propio de
la ciudad vecina, hace que el lugar sea requerido para construir una plaza
pública. Los ancianos son enjuiciados por el Municipio al no querer dejar sus
viviendas, por el resguardo del bien común. Como legalmente no es posible
echarlos, las autoridades les prohíben hacer reparaciones a sus casas en
invierno. De tal manera que, poco a poco, las casas van desapareciendo y sus
moradores también. Los últimos ancianos son llevados a un asilo ante el peligro
que las últimas viviendas caigan sobre ellos. De esta manera la aldea se
consume.
Es una narración que mueve a la reflexión y es
contingente en todo tiempo. Las condiciones subhumanas en que deben vivir
algunas personas, los hijos que emigran en busca de nuevos horizontes y pronto
las promesas de ayuda se las lleva el viento, y sólo quedan los ancianos y sus
casas que envejecen conjuntamente con
ellos.
En este relato
se enfrentan varios principios que atañen a la organización humana: la
propiedad individual, la falta de medios económicos, contra el bien común y el
progreso. Sin embargo el arraigo que las personas adquieren por el lugar donde
viven, se transforma en una suerte de identificación, negándose a otras
expectativas. Un enraizamiento natural que se hace más fuerte con los años y la
soledad, tanto, que termina consumiendo a la aldea y a sus habitantes.
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