LA MUELA MALA
Todo comenzó un día, con las nubes despeinadas, con
el viento salpicado y las zapatillas desatadas, el día que el sol se empachó
con las letras del abecedario y las vocales se pusieron a llorar. Hacía falta
mirar desde una ventana para ser testigo del espectáculo.
Todos los chicos dormían y Martín permanecía con
sus brazos cruzados sobre la ventana, pretendía atrapar en un frasquito la
sonrisa de alguna estrella.
Las estrellas y los planetas jugaban en la luna,
pero las lágrimas del niño borraban toda fantasía.
Tenía miedo, una muela mala le hacía doler. Pero su
mamá, Laura, siempre tenía una solución, el doctor no tardaría en llegar.
Pasados los segundos y los minutos, y porque no,
también, las horas, el cielo hizo ruido:
¡Zooom!… ¡Zooom!
Llegó el doctor en avión
-¡Ya no puedo jugar! -Dijo Martín, con sus mejillas
rosadas
-¡Lo solucionaremos! -Dijo el doctor, sacando una
varita
-¿Eres mago?... ¡No sabía que los doctores hacían
magia!
-¿Sabes?... ¡Todos somos magos!
-Wauuu -Dijo Martín, sorprendido...
-Un duende te está molestando. Cierra tus ojos, lo
enviaré a otro planeta.
Y así fue, como en un abrir y cerrar de ojos, a
través de un puente que había en aquel diente, el duende se fue y el pequeño
volvió a ser feliz.
2 comentarios:
Descubrí esta página, y siento tibieza en el alma.Ojlá pudiéramos llevar a todos los niños y jóvenes este estimulante ejercicio de sensibilidad y emoción.
Permitanme felicitarlos con todo el corazón.
Intentaré "copiar" la forma para trasladarla a mi lugar de trabajo voluntario: la Biblioteca Popular TOTA Quinteros.Muchas gracias.Ciudad de la Costa, Canelones, Uruguay.
Saludos Esther López
Gracias Esther, me alegra que te haya gustado el cuento. Podés utilizarlo para quienes quieras. Un saludo desde Argentina, Ciudad de Mar del Plata.
La página es muy linda ¿Viste? Saludos.
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