Plegaria
Me acerco con pie suave y
reverente; a tu
presencia.
¡Señor!
Refleja el corazón llama
dorada
en mar pulsante de sol,
de agua azul…
revestido de paz,
tranquilidad,
sonrisas y momentos
mágicos.
Azahares abiertos;
reposan su esplendor
sobre las olas.
Tenues parpadeos de Luz
salen del alma.
Brillan ojos de
querubines.
Llamas de maestría
consiente,
de amor, fe, voluntad,
esperanza.
Se agita silente corazón
de fuego
entre plumas de ángeles.
¡Ayúdame Dios mío!
Sostenme en línea recta.
Manda al arcángel Rafael
a paliar mi enfermedad,
a darme fuerza para
seguir adelante,
a derramar su sustancia
sanadora en mí.
A iluminar mí esperanza,
con su rayo verde de
sanación.
A bañarme con su brisa
cálida,
a darme fuerza, confianza
y
cubrirme con sus alas
protectoras.
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