EL BAILE
Desde lejos se
observan…
advierten
mundos nuevos.
Con disimulo y
después con descaro
avanzan al
encuentro…con un algo de desafío.
La arena espera con
ritmo de tango.
Una diestra enlaza
el talle,
la otra encadena con
firmeza y propiedad
aquel tibio capullo de cinco pétalos…
Ella apoya su cuerpo
en entrega,
la siniestra se posa
leve
afirmándose en recia
pared
Las mejillas se
buscan, hay aleteo de sensaciones.
La sincronía de
acordes, invita,
mientras los
músculos se tensan y
olvidados tamboriles
del ancestro
remueven vívidos
recuerdos.
Él, la advierte
tibia y entregada.
Ella, lo siente como
un felino aferrando a su presa.
Sin quererlo su
pecho se endurece y en su vientre…
un inusual revoloteo
advierte.
Las ansias dormidas
se han sacudido,
cómplice es el rumor
de los sonidos.
Su hombría se ha
estimulado y no lo puede evitar…
o no quiere
evitarlo… su libido ansioso se ha desperezado
perfume de hembra ha
presentido.
El abrazo se hace más cálido, la música más
fuerte
como penetrando los
sentidos.
Fundidos en soledad
van rodeados de figuras
revoloteando cual
fantasmas indiscretos.
Sus caderas dicen
cosas…Su virilidad asegura goces…
Los brazos dogal de
caricias…y sus manos leves mariposas.
Nada se dicen…
las palabras sobran…
Sólo la música
y dos cuerpos que
deben separarse
para soñar aquello…
que no es,
porque es…
tan sólo… un soñar
despierto.
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