sábado, 26 de noviembre de 2016

Nora Coria-Argentina/Noviembre de 2016



COMO CARDÓN DEL ANTIGAL

Donde la lluvia es la nostalgia
y la soledad escucha nuestro tiempo,
pueblos milenarios andan solos,
bajo el gentil Sol del quieto Altiplano.

Donde el cielo azul es el milagro,
allí, donde el río es todo misterio,
pueblos primigenios quedan solos,
confiando su aliento a la Madre Tierra.

Firmes entre pircas ancestrales
son el paradigma fiel de la memoria.

He ascendido una vez con ellos,
y en cada pendiente, ellos me alentaron.
Acaso he nacido de nuevo entre ellos…
en cada repecho, ellos me nombraron.

Fieles entre ruinas ancestrales,
en nuestras espinas se evoca la Historia.

Somos promesantes del Sol del Altiplano,
somos penitentes de la Madre Tierra,
amigos eternos del Sol del Altiplano,
y enemigos férreos de todas las sombras.                       


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