sábado, 20 de mayo de 2017

Nora Coria-Argentina/Mayo de 2017








FEDERICO, luz clavel



Federico, luz clavel…
te imagino
por desiertas callecitas
y por amplias avenidas.
Vas andando
fresco, alegre
frente en alto
luminoso, perfumado
luz
clavel.
¡Quién pudiera haber ido de tu brazo!
Recitando
con voz clara
en las siestas pueblerinas 
y en las noches de Granada
los amores
de mujeres y varones
despertando libertades
con tus letras
los amores
de mujeres y mujeres
descubriendo corazones 
con metáforas
los amores
de varones y varones
entre versos
y canciones temerarias.
Quién pudiera haber ido de tu brazo
recitando 
¡tus poemas, Federico!
(no mis pobres garabatos).

Y si el mal nos persiguiera
con sus botas
(como suele a los poetas)
e intentara silenciarte...
¡A correr, luz de clavel!
A escapar con la belleza
y sus navajas
donde el mal pierde el olfato
y no encuentra las palabras.
¡A correr, luz de clavel!
Donde el mal ya no se anime
a callarte con sus balas
(como suele a los poetas)
ni a nombrarte
ni a tocarte
ni una ceja
ni tu boca
ni esos ojos de gitano
bien parido
por el Arte. 

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