SILLA DE
RUEDAS
Gabriel , el
hijo mayor de Gustavo, encontró en el escritorio de su padre , este escrito:
" Mi
vivir consiste en esperar no sé qué. Mi vivir , presupongo, no es odiar. Ignoro
qué es mi vivir. Ignoro aún más : porqué nací, porqué crecí, porqué
llegué a hombre mayor, porqué encuentro en el escribir las expresiones de mis
venas , de mi alma , de mis arterias, de mi sangre.
Hasta
ayer me sentía un intruso en este mundo. Hoy es distinto.
De la misma
manera que leo o escribo de noche, camino por la pequeña playa ,detrás del
Fortín de Santa Rosa en Uruguay.
Hace un
rato, descubrí a la mujer de mi vida.
Bajé las
escaleras y a medida que me iba acercando a la playa , veo una silla de ruedas,
con alguien sentado en ella, mirando al río.
Me acerco.
Me mira. Se sonríe.
No me bastó
más nada para descubrir que era ella. Estaba mudo, diría que hasta
irrespetuoso, no le retribuí la sonrisa.
Nos quedamos
en silencio mirando hacia la línea del horizonte. La luna era potente y clara.
Descubrí el
rostro de una mujer hermosa, de una edad aproximada a los cincuenta y cinco
años. Lo extraño en mí, es que no me importaba cómo ella había llegado hasta
ahí. No es fácil moverse sola en silla de ruedas en la arena y peor si
está húmeda.
La volví a
mirar y me percaté que estaba llorando. Le ofrecí mi pañuelo color blanco con
las iniciales de mi nombre y apellido.
No le dije
nada , tenía temor de molestarla .
Tomó el
pañuelo se secó sus pequeñas y pocas lágrimas. Me lo devolvió con un olor
a perfume muy
agradable.
Llegó
el amanecer, descubrí en ella un vestido blanco , con una pequeña capa
del mismo tono.
Su rostro
estaba natural. Continuaba de pie al lado de ella , como temeroso , sorprendido
, asombrado de sentir que esa mujer era lo que yo estaba esperando y no lo
sabía.
Sentí una
suave mano tomar la mía y apretarla. Respondí de igual manera.
Me volvió a
mirar y descubrí que cuando sonreía, se le generaban en sus cachetes unos puntitos.
Ese detalle la hacía mas bella.
Varios días
repetimos los encuentros . No sé decir porqué , pero al notarle un nuevo
gesto , una nueva mirada , me enamoraba aún más.
Ayer pasamos
una noche mágica . Necesito contarla , aunque también desearía que nadie
supiera lo que nos sucedió.
Estoy
cansado, es tarde , me voy a acostar, mañana continuaré escribiendo. Nada
quedará en el olvido. Por ella y por mí ,necesito escribir los detalles de este
amor sorpresa, misterioso . Mañana después de verla lo he de continuar. "
A fines de
Noviembre de 1982, se había desatado un terrible tornado , desde
Montevideo hasta el arroyo Solís.
Se
desplomaron casas en construcción , cayeron postes de luz, automóviles andando
por la ruta Interbalnaria fueron desplazados a unos cuantos metros.
Los diarios
uruguayos , destacaron el hallazgo en la Playa Brava de Atlántida, una silla de ruedas y
los cuerpos vestidos de un hombre y una mujer abandonados en la arena , tomados
de la mano.
15 DE JULIO
DE 2014
2 comentarios:
Tierno, capaz de llegar muy directo al corazón.Nuevamente gracias, amigo.
Este relato desborda ternura, es muy hermoso y cuenta una historia de amor maravillosa. Felicitaciones y beso Alicia
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