Ciudad dormida
Puja el gran
útero de la noche
como un
puñal rosado
clavado en
medio de la ciudad.
Alumbra una
criatura extraña
que
estremece el silencio.
Alguien
pasa,
alguien
copula,
alguien
muere,
la vida
esconde sus urgencias
en las
alcantarillas.
Es un borrón
oscuro, una incógnita.
Ningún
aliento la contiene,
ninguna
respiración.
La noche
crece,
coagula su
sangre.
Se envuelve
en su propia sombra,
adormece su
jadeo de hembra
y espera por
el amanecer
vacía,
siempre vacía
y sola,
siempre sola.
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