miércoles, 18 de agosto de 2010

Juan Carlos Vecchi-Olavarría, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2010


 YO PREFIERO EL MATE DULCINEA
 
            "El pez por la boca muere.".

                            Frase popular.

                                                                                              A Nacleta Chancleta...


    SIGLO IV a.C.

A la hora de la siesta, como cosa de todos los días cuando no cae el argavieso, Sócrates, matiza la modorra que precede a la siestonga pensando. Piensa a la sombra de una de las estatuas del patio del pensionado de ilustres pensadores, la denominada Diosa Atenas, sita junto a la medianera del fondo, entre los yuyos y los tacos de reina. Sin motivo aparente y sin saberlo, Sócrates, en pocos minutos más se convertirá en el primer filósofo en filosofar de manera consciente de sí misma y sabedora de los métodos que emplea.
Sócrates se dispone a crear la conocida y nunca bien ponderada mayéutica. La interrogación. En cinco minutos más, tengan paciencia, Sócrates, le preguntará a todo aquello que se mueva: "¿Qué es ésto?, ¿qué es aquello?". Incluso, a la pregunta: "¿qué hora es, Don Sócrates?"; él contestará: "¿qué es las ocho y cuarto?". Su interlocutor insistirá diciéndole: "Pero, Don Sócrates, me extraña viniendo de Ud.; no se dice es las...". A lo que el gran filósofo responderá: "¿qué es Don Sócrates?". Finalmente, este hombre partirá raudo y ofuscado por la actitud del pensador, exclamando: "¡Pero lavate las patas, loco!". A lo cual, Sócrates, insistirà: "¿qué es lavate las patas?.
¡Chit!. ¡Hombre alterado, dime tú, oh & ah!".
Pasaron ya cuatro minutos y medio: Sócrates se calza las benditas sandalias de pescador de ideas y sale de su casa, decidido a definir y a llegar a la esencia de cualquier concepto que aparece como un fantasma imaginario en su mente. Camina hasta la plaza pública de Atenas y a todo el que pasa delante de él lo llama y le pregunta: "¿Qué es esto?".
Así, por ejemplo, en un primer momento se le cruza un capado gato negro y por ende gordo de misterioso andar perpendicular a su agobiado paso de gran pensador gran.
- Gato, que eres muy gordo, ¿qué es esto? -le pregunta  mientras le muestra una pata de conejo.
- Mala suerte, Don Sócrates -sentencia el obeso gato negro sin detener su oscuro andar felino.
Al rato nomás, Sócrates, ve a un mendigo que se dispone a dormir la siesta recostado sobre uno de los bancos de la plaza. Se ha tapado con varios pergaminos con noticias de la semana pasada y alguna que otra plancha de telgopor que en otrora era muy popular en Grecia a la hora de hacer rechinar los dientes, pizarròn mediante.
- ¿Qué es la pobreza, mendigo? -le pregunta el filósofo, quien acostumbraba a desenfocarse de la realidad cada  14 baldosas cuando salìa a tomar aire.
- Tu vergüenza... filoso filósofo Sócrates -le contesta el hombre pobre poniéndolo en su baldosa.
Al escuchar estas palabras, Sòcrates, deja caer varias monedas de oro sobre una de las manos abiertas del mendigo y luego sigue su caminata silbando para no sentirse tan miserable.
Un rato más tarde el ilustre pensador se encuentra con una mujer de la calle muy experimentada que todos los días y en la misma esquina de aquella plaza ofrece su maravillosa anque costosa anatomía.
- ¿Qué es el sexo, mujer? -le pregunta Sócrates.
- Es algo que tú nunca conocerás, querido Sócrates -le responde la hermosa mujer y luego agrega en su beneficio económico-. De no ser que me entregues ipsu facto tres monedillas de oro. Es más, tengo en mi cartera helènica ya la toalla y un par de caramelos de peperina. Dos horas después, Sócrates, regresa a la misma plaza caminando un poco más liviano desde el motel más cercano y se encuentra, ¡oh, ironía del desatino!, con su verdugo.
- ¿Qué es ésto, verdugo? -le pregunta el filósofo mientras sostiene un pequeño recipiente de madera con ambas manos.
- Cicuta -sentencia el verdugo y agrega irònicamente-. Tómeselo todo, Don Sócrates, hasta la última gotita. Dicen que es bueno para la circulación... de la gente.

2 comentarios:

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Juan Carlos; me encantó. Mezcla de historia y realidades muy bien llevadas, querido Amigo. Te abraza,

http://blogs.clarin.com/la-fusion-de-los-generos/ dijo...

Bien juanca, mucha ironía socrática, salud por la atenas vieja, por Sócrates y por Platón.