domingo, 23 de agosto de 2015

CÉSAR BRITEZ ARSAMENDIA (23 años)- PARAGUAY-1º MENCIÓN-Primer Concurso Internacional de Poesia Joven "Emocionarte en Papel"


MARY ELIZABETH (22 años)-PERÚ-1º PREMIO-Primer Concurso Internacional de Poesia Joven "Emocionarte en Papel"








SOMOS ENTONCES


Vamos por la playa descalzos
como remos a la deriva del sol
y aún,
con tus huellas de los hexágonos retratos
tuyos y míos.
Somos, entonces,
desde antes de que se aleje el mar,
somos entonces,
dos chicos enamorados,
rapsodas, canales del puente,
como si al dependernos,
dependiéramos caminar juntos.
Somos (Para siempre)
una callada niebla,
blanquecina, inmóvil, parpadeante, creciente,
cargada por los océanos
desde las manos.
Desde aquí te escribo, como sobreviviente,
a lo lejos te escucho bajar sobre
árboles que jamás crecen.
¿Será cierto, entonces?
¡Somos el mar
en una gota disuelta!

sábado, 22 de agosto de 2015

Alejandra Zarhi/Agosto de 2015



EL FRÍO Y LAS ESCARCHAS

Cuando lejos estás
la nostalgia y yo te lloramos,
sentados en las sombras de la noche
contemplamos el retorno.

El frío y las escarchas,
el tero- tero entre los árboles
anuncian cada tarde
que estás lejos,
pero, no te has ido.

Dicen los rumores
Y el silencio entumecido:
“ Huele las sábanas, aún vivo”

Vic-Argentina/Agosto de 2015



Elegía para tu recuerdo


Te marchaste de mi cielo, de mi estar,
de mi ternura.
Sólo yo, acompaño a tu sombra
que se diluye en la distancia, en el olvido.
Te nombro en mis versos, en mis cantos,
en mis plegarias.
Se marchita tu presencia
y cual hojas muertas alfombran de rojo
nuestro sendero en el ocaso.
Sólo el silencio se queda conmigo
y me arropa de amarguras. . .

María Cristina Sorrentino-Argentina/Agosto de 2015



Refugio

El fragor del viento
castiga mi ventana
cuando la gris cadencia
se transforma en noche.

Vierte calidez y abrigo
con aroma a albahaca y puerros
en el sabor profundo
de la sopa humeante.

Entre chasquidos de lluvia
y de cucharas, recreo
a la niña que dibuja
en los vidrios húmedos.


De la antología "Papeles en reunión III"

Federico Skliar-Argentina/Agosto de 2015



                                          Poema  al  cronista
Un  dios  aparte tiene  el,  volviendo  a  renacer  una  y  otra  vez.  Bigote  a  dos  tonos  cronista  genial,  con  cuarenta  años  en  el Rock  nacional,  el  tiene  un  alma  que  es  antipoder  y  es  un  superheeroe  rockeando  en  su  ley,  ejemplo  en  sus  letras
Antena supo  ser,  hablando  por  todos  mas  de  una  vez,  un  lujo  argentino  icono  que  va,  retratando  flashes  de  pura  verdad.  Viviendo  en  extasis  sabe  ser  el  rey,  ocupando  un  trono  no  habrá  otro como  el,  con  luz  en  su  música  verde  supo  estar, Madurando  siempre  en  su  genialidad.
 artista  exclusivo  de  este  mas  aca,   y  nota  afinada  en  cada  actuar,  deslumbra  argentinos  y  se  sabe  divertir,  en  primavera  y  por  aquí,  no  yendo  en  tren  busco  un avión  para  avisar  su  creación,  padre  garcia  en  el  reencarno  la  esencia  divina  del  rock  and  roll. 
siempre  atento  a  lo  que  paso,  y  hubicado  en  lo  que  vendrá,  ya  no  mas  victima  de  la  soledad,  compro  el  dulce  y  vendio  la  sal,  siguiendo  la  ruta  del  juglar,   no  elijio  este  mundo  pero  aprendio   a  querer,  con  el  disfraz  de  su  piel.

Federico Skliar-Argentina/Agosto de 2015



No morirse nunca
Había una vez  un  hombre llamado Horacio  que soñaba con  ser  eterno  vivía solo y pensaba rezaba por las mañanas  marchaba en cada plaza y se hacerco un  dia al presidente dios mientras miraba su túnica le dijo  preocupado estoy dios le  tomo de las manos  y le  pregunto porque  le  tengo miedo a la muerte y quiero cambiar su ley  dios le sonrio y ante la multitud  su deseo le regalo ahora seras  higlander si aprendes a vivir  haciendo el bien Horacio  camino los días siguientes y a cuanta persona pudo alegro dándole amor viviendo  millones de años nunca mas  envejecio  logrando la meta que quería no morirse nunca 

Luis Tulio Siburu-Argentina/Agosto de 2015



Los ángeles que yo conocí

¿Decíme, de qué ángeles me hablás ?
De esos que semejan niños en puntas de pie con sotanas
Que vagan por los cielos con velas blancas en las manos
Como protegiéndonos de las maldiciones negras del Diablo

Si, los he visto en bronce en una iglesia de Florencia
Dentro de inmensos cuadros del museo vaticano
En estampitas pequeñas de comuniones de Fiorito
En llaveros turísticos de algún comerciante otomano

Están los llamados de la Guarda, no estoy seguro si uno o muchos
Ellos acompañan nuestra vida sin mostrarse, solo cuidando
Que cumplamos todo dentro de la regla, por la que fuimos creados
Y vivamos en un mundo de paz, serenos como agua del lago

No dudo que los ángeles existan,  aunque no los vi volar a mi lado
Mientras, vivo preocupado por otros seres sin alas, sin futuro, sin pasado,
                                                       vestidos siempre de guardapolvo blanco/

Individuos que yo conocí, cuando estuve internado, y rara vez me fueron
                                                                                                          presentados/
Junto a mi lecho de parálisis, dolores, insomnio , desesperanza, arcadas,
                                                                                                    ellos estuvieron/
Sin crucifijos, colores, aureolas, rezos, nombre y apellido,  pero
                                                                        fundamentalmente,  sin lástima/
Respetando mi enfermedad,  lágrimas, diarreas y las tremendas ganas
                                                                                                       de decir basta/

Cuando me fui de alta vino uno de ellos en nombre de todos y me abrazó
Al salir del Pirovano, mi hijo me dijo que el hombre se llamaba Ángel
Casualidad o un milagro. Tenía asumido que nunca en mi vida los conocería.
Es más, hasta llegué a pensar que eran los enfermeros/


Jaime Serey/Agosto de 2015



CARTA ABIERTA A:

De Mi Mayor Estigma (si mal no me equivoco):
                           
de Rolando Revagliatti

Por Jaime Serey

En el mundo de Revagliatti se acude a la estirpe, a los conocidos del distrito, a su pretendiente, la urbe, a la problemática social o a la típica pizzería, pero sin olvidar el exquisito vocablo muy amplio, conjugado y que domina con positivas gotas de armoniosa ironía. Es un camino donde quedamos satisfechos, porque el narrador y poeta utiliza cabos literarios que llegan desde muy lejos del raciocinio, a veces abstracto, y que a menudo suelen nacer de la vanguardia. La importancia de su lirismo no se escapa tampoco de su corazón y es una dulzura protegida y entregada al máximo sin ninguna dificultad. Tanto él como el tiempo juzgado por la escritura embozan un tango y una mezcla de las distintas convivencias de la Argentina. Es fácil imaginar al ser que es, vertiginoso en la palabra como un chasquido, profundo en el sentimiento de la amistad, en la verdad, que el mundo olvida. El poeta en este libro no permite que el lector del pueblo y la luz viva sus días de agonía ultrajado por lo corpóreo. Entonces se puede vivir como lector si alguien nos alienta y nos hace sobrevivir dentro de un terrible apagón cultural y contemporáneo. La fuerza mental es estable en la inspiración siempre y cuando tengamos la voluntad de un quijote, la potencia magistral de unos molinos de palabras: convenientes, definitivas, rotundas, coloquiales, pero, sobre todo, humanas. Aquí el verso nace, vive, yace, piensa, toda la problemática del país e incluso vemos la transparencia de temas pulcros, visionarios. Es un tipo exacto en su manera de pensar. Es el aire sudamericano que viene a visitarnos desesperado, festivo, erótico, locuaz, que prolonga al máximo los vocablos dentro del horizonte viviente. Un parangón de ideas y de luminaria real en un gran número de versos capitales de la existencia urbana. Es un mundo propio donde el drama existe y al mismo tiempo entrega elogios, comentarios, conclusiones y muchas preguntas y respuestas. Nos encontramos frente a una vasta conciencia, que no sólo busca las soluciones para una sociedad embarcada en el desarrollo tecnológico, político, letrado, si no que, además, busca participar en los coloquios del yo amor.



Canadá, mayo 2009.



Alicia Scordomaglia-Argentina/Agosto de 2015



Susurrando…

Puro silencio   de luz
Pequeño espacio…
Inquieto límite de tiempo

Tu alma se funde
En mi agonía
Tu voz me llega
Susurrando
Faltan tus manos…
¡En las mías!

Ana Romano/Argentina/Agosto de 2015



Magia

Se esconden
los duendes
con sigilo en la almohada
Baila
vestida de fiesta
la muñeca
frente a la ventana
Gira
el carrusel
Zumban los oídos
La luciérnaga se inmola
en la vela encendida
y acentúa los colores
La madre arropa
al hijo dormido
El libro cae
en el borde de la cama
Desfilan
ante el sueño que
se avecina

los dibujos.

Agustín Alfonso Rojas-Chile/Agosto de 2015



VALPARAÍSO, MEDIA NOCHE


Carlo Martín Puntiagudo Galindo, sentado junto al escenario en el “American Bar” lleva puesta su gorra griega. La visera le cubre los ojos y no es fácil percatarse de la inyección de sangre en su retina. Es asiduo parroquiano del local, no llama la atención su permanente estadía en el atiborrado antro. El humo de cigarrillos da un tono azulado al ambiente enrarecido. Son las 0.30 y “Lorna”, inicia su show de medianoche. La concurrencia repleta el local. El olor a licor y cigarrillo flota en el ambiente, acompañado de risas de niñas que tratan de tú haciendo fáciles los malos entendidos entre los clientes que, con sus cerebros saturados de vapores etílicos, se trenzan en pequeñas disputas.
Lorna, de lánguida voz, canta su primer bolero. Sus largas piernas semidesnudas dejan ver el encaje amarillo del calzón. La rubia cabellera cae por el escote de su vestido por la espalda, hasta la cintura. Sus grandes ojos verdes pestañean en forma suave. Rugen las gargantas de los asistentes, atronan los aplausos y silbidos sólo ante su presencia, ¡Ella es el show! a sus 23 años. ¡Toda una estrella!, la admiran, la desean, los hombres la quieren para sí.
Carlito, como le dicen los del “coa”, se muestra indiferente a los encantos de la fémina. Su mano derecha descansa en la empuñadura de un cuchillo en el interior de su chaqueta; ella es Su mujer, de nadie más: lo mantiene, lo viste, lo cobija, le compra vino, licores, marihuana. ¡Es suya, sólo suya! El gordo “ojitos”, chofer del taxi que lo transporta, le ha contado que un pije de Santiago está loco por ella. Que está dispuesto a pagar un millón de pesos por  una noche en sus brazos.
Carlito, recuerda que no es la primera vez que un mortal esté dispuesto a morir por los brazos de esta diosa.
En Santiago, el mes pasado actuando en el “Diablo Rojo”, un apasionado se lanzó sobre ella en pleno espectáculo. Desafortunadamente cayó sobre un puñal que le atravesó el corazón.
En Concepción, seis meses atrás se presentó en el club “La Libélula”, algo similar ocurrió. Ella gritó al sentir dos gruesas manos aprisionando sus pechos. El hombre sólo quería satisfacer sus instintos. Fue encontrado muerto. Tenía un papel pegado con sangre en su pecho, decía: “Es mía-sólo mía”. En Iquique, un apasionado asiduo al “Hans-Chu”, lupanar de choros y campeones corrió la misma suerte. El letrero en el pecho señalaba: “Se mira pero no se toca”.
Hoy, está triste Carlito, gruesas lágrimas bajan rodando por sus mejillas. Ha muerto la mujer que lo crió, la que lo encontró envuelto en una vieja frazada en el barrio de la Quinta Avenida, en Santiago Poniente. ¿Por qué la vida es tan trágica? Piensa. -¡Él, sólo quería abrazarla! ¿Por qué su puñal atravesó a la vieja mujer cuando sólo le pedía que dejara el mundo de crímenes y miseria que llevaba?... ¡No lo sabe! La presión sube por sus venas. El corazón se acelera, la vista se nubla, su mano aferra el puñal. -¡Quiero matar!- Grita. Se lanza sobre Lorna que segada por los aplausos no se percata del puñal que se aproxima… Cuando éste va a caer sobre ella, una mano aferra la muñeca asesina, el pesado cuerpo rueda por el piso mientras desvía el puñal al nuevo contrincante. Sin embargo, tomando el brazo del delincuente lo coloca sobre su espalda, coge el otro y lo inmoviliza con “esposa” cerrada…

La llegada oportuna del inspector Jiménez de la PFI quien, desde hace meses sigue la pista al “asesino de los carteles”, salva la vida de la diva. Lorna, agradecida, besa apasionadamente a Jiménez. El público aplaude, las voces parecen un rugido, el show debe continuar…

Ascensión Reyes (Cuento)-Chile/Agosto de 2015



UNA PESADILLA INFANTIL

     Antes de quedarse dormido, su padre, siempre le contaba o leía una historia interesante. Generalmente nunca se enteraba de los finales porque antes de aquello, ya estaba dormido, la luz se apagaba y todo quedaba en silencio.
     Eduardo, al decir de sus padres, dormía como una piedra, si es que las piedras duermen, pero a pesar de estar tranquilo y casi sin moverse, su inconciente soñaba, y soñaba; generalmente, relacionado con lo que escuchaba en los cuentos o los acontecimientos que lo conmocionaban durante el día.
     Su casa estaba ubicada cerca de la cordillera y por entre los árboles que rodeaban la espaciosa y moderna vivienda, podía contemplar las inmensas cumbres, blanquecinas de nieve en invierno, rosadas en el ocaso del verano y otras grises cuando el día amenazaba lluvia.
Esa noche, su padre, le había narrado un cuento que trataba sobre la ecología, palabra que para él resultó desconocida, era la primera vez que la escuchaba. Su papá, trató de explicarle el significado, pero antes que terminara, se quedó dormido y empezó a soñar.
     En casa había varias mascotas que se disputaban sus favores, Sultán y Rufus con ladridos cariñosos y los ronroneos de Dalila, la gata rubia que le regalaron sus abuelos. A veces, cuando andaba con el genio atravesado, descargaba su mal humor con los sumisos animalitos. La cola de la gata o las costillas de los canes sufrían los estados anímicos de su amo, que prefería entretenerse con la tablet o los juegos que le proveía el computador, después de cumplir con los deberes escolares. Entre sus obligaciones, no estaba considerado preocuparse de sus mascotas, pero a pesar de ello, las consideraba como parte de la familia.
      Esa noche, soñaba que su casa estaba ubicada en otro lugar, en una zona desértica y la pobreza se advertida en todo el entorno. A lo lejos se divisaba un bosquecillo al que iba muy a menudo a conversar con los animales que ahí habitaban. Curiosamente había entablado una extraña comunicación con todos ellos, a falta de amiguitos con quienes compartir. Había: conejos, cervatillos, ratas, pequeñas culebras, insectos y una gran variedad de pájaros, que por las mañanas y al atardecer brindaban conciertos increíbles.
     Esta vez, Eduardo, se encontraba en medio de ellos. Estaban reunidos para resolver alguna estrategia con relación a los estragos que estaban cometiendo el hombre con su bosque. A menudo, iban a cortar leña y no sólo cortaban los árboles secos, sino el primero que salía a su paso. Cazaban conejos y pájaros, sólo por deporte, y algunas especies desaparecían dejando sin comida a los animales que de ellas se alimentaban.
     Quien dirigía la reunión era el señor búho, a quien habían dado el cargo de presidente de la asamblea, por ser el más sabio del grupo.
- ¡Algo tenemos que hacer!- decía en tono preocupado, y mostrando sus inmensos ojos amarillos, más abiertos que de costumbre. - Todos tenemos derecho a sugerir soluciones, porque a este paso, el bosque desaparecerá, y con él, nosotros también. El hombre ya está llegando a límites que a él mismo afectará, sin embargo, aún no tiene conciencia de ese trágico futuro.
     Por ahí una voz, que más parecía zumbido dijo: -Nosotros las abejas, sin flores moriremos, no tendremos alimento y no podremos polinizar las siembras y los árboles no darán frutos.
     Una débil vocecilla se sumó a los reclamos:- La tierra sin vegetación se pondrá tan dura, que nosotros también moriremos, y el suelo se volverá estéril por mucho tiempo.- opinó un rosado gusanito que se elevaba sólo algunos centímetros del suelo ante el énfasis de su reclamo.
     En agudo gorjeo, un zorzal reclamó que, sin una cuota abundante de gusanitos de tierra y semillas, ellos tampoco podrían sobrevivir.
     Los árboles que hasta ese momento se habían mantenido en silencio, movieron sus ramas causando un ruido tan fuerte como una tormenta de viento. – Todos los que han reclamado, lo han hecho solamente por su especie, pero nadie se ha preocupado de nosotros que somos los que hemos formado este bosque. Damos alojamiento a cuanto ser viviente se encuentra bajo nuestra sombra y cobijo, y para nosotros los días están contados cuando llegue el próximo invierno. Sin duda iremos a parar en trozos a las estufas de cada hogar.
     La señora zorrillo, con varios hijitos colgando de su lomo, era famosa por saber todo lo que pasaba en el bosque y más allá: -¿Apuesto a qué no saben lo que está ocurriendo en la casa del hombre?- Hizo un paréntesis para causar más suspenso.- Se aprontan a festejar, como acostumbran hacerlo, y adivinen ¿quiénes serán parte de la merienda?– Todos los animales quedaron expectantes. – Bien, ¿quieren saberlo?
 - ¡Sí, sí –dijeron todos a coro.- Pues serán Sultán y Rufus. Por el momento los están engordando para que estén saludables cuando corresponda sacrificarlos. Dalila, más adelante correrá la misma suerte, mal digo, desgracia, porque el hombre se ha transformado en un devorador de todo su entorno.
     Eduardo, que escuchaba cuanto decían los animales, expresando su opinión, y más aún lo que dijo la señora zorrilla, no podía concebir que a sus mascotas las fueran a eliminar para un festejo. Si bien es cierto, reconocía que no era muy dado a acariciarlos, pero los canes eran parte de su familia y el necesitaba de su compañía, al igual que Dalila, que mantenía a raya a los ratoncillos que pretendían comerse las provisiones de la despensa.
     Tanto fue su desconcierto, que gritó a todo pulmón:- !No, no puede ser que mis mascotas las maten para comérselas, ¡No, no y no! No lo permitiré jamás.
     Estaba tan agitado que sentía su cuerpo hervir de furor, y no podía hacer nada porque sólo era un espectador en aquella reunión.
De pronto, sintió las manos de su mamá acariciando su frente bañada en transpiración:
-¡Eduardito!, hijo, despierta, parece que tenías una pesadilla. Ya pasó, date vuelta, porque la mala posición en que estabas te ha hecho soñar cosas feas.
     Eduardo, hizo lo que su madre aconsejaba y volvió a dormirse. Al otro día, al salir al patio lo primero que hizo fue llamar a sus mascotas y llenarlas de mimos. En ese momento entendió el cuento que le contara su papá, la noche anterior.
Desde ese día, se prometió cuidar todo su entorno para no repetir la tragedia que vivió en sueños. La tablet y el computador ya no fueron su única preocupación.

Ascensión Reyes (Comentario libro)-Chile/Agosto de 2015



EL SACERDOTE
De: William Faulkner -  Norteamericano.
     Un excelente relato cuyo protagonista es un joven novicio a punto de hacer sus votos sacerdotales cuestionando el celibato. Su espíritu se debate entre los deseos de la carne y los dictados de la fe. Por un lado, ensalza a los santos que lograron con éxito salvar estas dificultades hasta trascender a través de los siglos, en imágenes de seres incorruptos. Por otro, cuestiona lo inhumano que resulta negar los llamados de la carne, propios de su juventud. Todo esto lo piensa mientras camina de vuelta de la Calle Canal, lugar de licenciosa fama donde se sugiere dio curso a sus instintos.
     Narrado en primera persona por el protagonista,  da cuenta de un tema poco debatido pero presente, que toca tangencialmente a la fe católica y al celibato eclesiástico a que son obligados todos sus ministros.  En este caso, se trata de un joven normal que a pesar de sus caídas humanas, llega a ser sacerdote engañándose a sí mismo con la castidad de los santos. Está escrito con sutileza que sólo deja entrever situaciones. El protagonista es joven porque recién al día siguiente lo ordenarán sacerdote, es todo cuanto se sabe de él, sin embargo, en este personaje descansa todo el desarrollo de la historia. Hasta que el narrador omnisciente se hace cargo, terminando la trama con el comienzo de letanías marianas.
William Faulkner 
William Cuthbert Faulkner, nació en New Albany, Misisipi un 25 de septiembre de 1897  y falleció en Byhalia el de julio de 1962. Fue narrador y poeta estadounidense.
En sus obras destacan el drama psicológico y la profundidad emocional, utilizó para ello una larga y serpenteada prosa, además de un léxico meticuloso. Nobel de Literatura del año 1949.
Como otros autores prolíficos, sufrió la envidia y fue considerado el rival estilístico de Hemingway (sus largas frases contrastaban con las cortas de Hemingway). Es considerado el único probable modernista estadounidense de la década de 1930, siguiendo la tradición experimental de escritores europeos como James Joyce, Virginia Woolf y Marcel Proust, y conocido por su uso de técnicas literarias innovadoras, como el monólogo interior, la inclusión de múltiples narradores o puntos de vista y los saltos en el tiempo dentro de la narración. Su influencia es notoria en la generación de escritores sudamericanos de la segunda mitad del siglo XX. García Márquez en su Vivir para contarla y Vargas Llosa en El pez en el agua, admiten su influencia en la narrativa.

Ascensión Reyes (Poema)-Chile/Agosto de 2015



ASÍ TE RECUERDO.

Hombre de mis fantasías.
Fuerte como viento del norte
cual tempestad azotando las costas.
Alto e imponente como roble envejecido.
Tus hombros sostuvieron la cuenta de los días
y tu pecho anidó latidos de sentimiento.
Seguras como ramas de abeto,
tus manos,
de suavidad extrema.
Con firmeza de nobles maderas,
temperado con fragantes hojas de otoño
construiste el envigado que sostuvo el nido.
Alfombra de pastos verdes supieron del deseo.
Arbustos de savia dulce cobijaron sentimientos.
De tu silente sombra, impresa en la memoria,
toda una eternidad  guardaré el recuerdo
de aquel bosque umbroso, con jolgorio
de pajarillos en buscan de cobijo.
Hoy añoro tu imagen serena
como deslizar de sombras
bajo la quietud lunar.
Hombre de mis fantasías
estás inmerso en el sombrío trinar
de un bosque, así como un fantasma
que cuida el recuerdo de aquella piedra,
                                                             la primera, con que este sueño fue realidad.