sábado, 16 de enero de 2010

Loreto Silva-Chile/Enero de 2010


La Ley del Talión



No me sorprendió verlo entrar, es más, lo esperaba, después de todo Héctor Peñafiel es el comisario más famoso en la lucha contra el narcotráfico. Lo conocí un par de años atrás en un juicio muy sonado, uno de los pocos, quizá el único, en que fue o debo decir “fuimos” derrotados. Le dije que nunca se olvidaría de mí, desconozco si me creyó.

Estaba en el Café donde suelo pasar un rato todas las tardes, el ritual de una mujer sola para huir al tedio, pido algo, cualquier cosa, me la sirven y luego regreso a casa. Esta vez sería distinto, la noche anterior había realizado ciertas actividades y tenía la certeza de que enfrentaría las consecuencias.

Al entrar llevaba en mi bolso un revólver, Gilda se lo había quitado a su último cliente. La mesera palideció al verme ponerlo sobre la mesa ¡Es tan joven! La tranquilicé, no te asustes sólo tráeme un café cortado. Regresó con la taza, le tiritaban las manos, le indiqué que si quería irse lo hiciera, estaba segura de que el jefe del local ya había llamado a la policía, el ver vacío el entorno me dio la razón.

Dejé de pensar cuando el Comisario, con su osadía característica, se sentó enfrentándome, tomé el arma y lo apunté, mientras continuaba bebiendo café. Estaba muy delgado y canoso se veía más viejo que en mis recuerdos, presiones del cargo supongo. Dijo: —¿Por qué?— una pregunta ridícula conociendo él los hechos previos, sentí aprecio genuino de su parte, de otra forma no se habría molestado en ir. Le contesté que “su sistema legal” no me había bastado.

Transcurrió el tiempo, el tema dejó de ser mediático y vino la calma, comencé a vivir una doble vida; durante el día una dueña de casa flaca y deslavada y por las noches: Gilda, una prostituta curvilínea y llamativa, que frecuentaba a los “narcos” vendiendo su cuerpo para obtener, a trocitos, la información necesaria hasta dar con el cabecilla de la organización.

“La venganza es un plato que frío sabe mejor”, eso dicen, en mi caso era simple justicia. En una cita profesional y después del cansancio producido por un “buen servicio”, Gilda usó la misma automática con silenciador, que él llevaba en sus ropas.

Hace otro intento y me pide que me entregue, lo sigo apuntando. —¿Conoces la estricnina?— asiente, le indico que el café la contiene, así verá que tiene pocas posibilidades de convencerme.

Busca en mis ojos y encuentra una desconocida, me avisa que estoy cercada y no podré salir. Yo lo sabía, nunca pensé en vivir después de hacerlo, pese a mi respuesta no cejó en su empeño.

—Puedes entregarte, te consideraríamos interdicta, en tratamiento unos años y luego seguirías tu vida.

—Ese es tu error amigo, ¿puedo llamarte amigo verdad?, no tengo una vida, estoy muerta desde el día en que ese desgraciado comenzó a venderle drogas.

No toleraba saber vivo y libre a quien había asesinado a mi hijo; y si bien lo sabíamos ambos, no se pudo demostrar en el maldito Juicio.

Para asegurar que mi plan se cumpliría apunté con cuidado a su entrecejo, con seguridad bajo la ropa llevaba chaleco antibalas, acomodé el dedo índice sobre el gatillo y tiré. De varios lados dispararon proyectiles que me impactaron de muerte, alcancé a sonreírle.

Héctor, apesadumbrado, revisó el revólver, no estaba cargado, el café tampoco tenía veneno. ¡Fui tan cobarde!, no tuve el valor para suicidarme.

Finalista en el XXIV - CONCURSO LITERARIO EMISORA LOBOS 2009 "Domingo Adalberto Galli", Ciudad de Lobos, Buenos Aires , Argentina.

viernes, 15 de enero de 2010

Josefina Fidalgo-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010


Luna



Desde qué orilla

brilla la luna

que se asoma

con su mueca pierrotesca.

Descorre de sus ángulos

las tentaciones incompletas

en la noche íntima

de su fiesta orgiástica.

Se revuelca en el mar

y penetra

en oleadas calientes

con el bramido bestial

que se desata.


miércoles, 13 de enero de 2010

Ysaías Nuñez-Barcelona, Venezuela/Enero de 2010



Le encanta



Para él, arrancarle las alas era lo más divertido. Las mariposas eran solo gusanos que caminaban toscamente por la baldosa, mirando cómo el polvo de sus extremidades planas, arrancadas ahora, caía sobre ellas. Él sonreía. De pronto se tornó absurdo, sin nada qué descubrir… hasta hoy. La sensación, el crujir de los huesos al ser arrancados como cuando niño lo volvía a divertir… Arrancarles los ojos a los hombres es lo más divertido, dijo.


Angélica Alicia Balista-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010



BRUMA



Bruma de luna

opaca sus ojos

-extraña ciega deambula-

Cuerpo doliente de amor

flagelado por heridas que no cierran

desconsuelo como llanto de un niño

ni las lluvias refrescan su dolor.

Tal vez

la dama esperanza

acompañada de sueños

envuelva con su manto de ternura

a este ser perdido en el tiempo

Vulnerable a miradas inquisidoras

manos extendidas

suplicantes de besos

reclama una nueva vida

Bruma de luna

-sórdida viajera-

torrente de luz descorre tu velo

una caricia secará sus lágrimas

un murmullo sosegará su congoja


Nélida Vschebor-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010



ESQUIRLAS



Llenaré mi ficha

de espacios vacíos

torbellino de ilusiones

vuelan entrelazadas

mientras el viento arrecia

sin pausa sin razón sin ventura

me rozan

jugando arabescos

fluctúan

se elevan

desaparecen

y voraces reanudan

el inquietante viaje

no es canto ni arrullo

no es luz ni pesar

no es recuerdo ni afán

Sólo el oscuro reverdecer

de un extraviado sueño



Carmen Amaralis Vega Olivencia-Puerto Rico/Enero de 2010


Nadar en la eternidad



Salté en caída libre y me hundí hasta lo más profundo. Fui bajando, bajando, bajando. Ya no tenía más aire en los pulmones y la presión del agua me hacía reconocer que perdía el sentido. Dejé de bajar y la fuerza boyante sumada a mi grito mental me devolvieron a la superficie. El agua me llamaba con fuerza, siempre lo hace, debo haber sido pez en otra vida. Yo puedo, pensé, y antes que la razón me contradijera, di el salto desde el puente del deseo.

Ya a flote reconocí la distancia hasta la orilla, y nuevamente pensé que podría nadar hasta la arena dormida. A mitad de trayecto los brazos me dolían, las piernas se debilitaron y un calambre egoísta disparaba corriente en todas las direcciones de mi cuerpo. Supe que era imposible llegar a la orilla, y fue entonces que invoqué a los dioses del mar y no me escucharon, clamé a mi ángel de la guarda y se rió de mi osadía.

-Nunca has sabido medir las consecuencias de tus actos.

Fue el reclamo del ángel, mientras yo sucumbía a lo que más se puede parecer al pánico. Pero no, yo no me puedo morir ahora, aún me quedan lecturas por hacer, besos en la boca, y necesito sembrar la semilla de mango que espera su punto exacto sobre la mesa del jardín.

El sol me nublaba la vista y la sal ardía como arde en una herida abierta, y yo ahí, revoloteando como pájaro herido, como loba en parto, o ninfa sin amor.

No puedo morir, me repetía con la poca fuerza que me quedaba. Y no pude. Simplemente me crecí aletas de tiburón, escamas de sirena y ojos de delfín, y con mi traje más azul, soplé la imaginación, las olas crecieron hasta que una avalancha de deseos vivos me trajo a la orilla.

Ahora sé que puedo nadar eternamente.

Tres Poetas jóvenes de Santiago del Estero, Argentina/Enero de 2010



OJOS

Esta manía de descascararlo todo
de querer tocarlo con los ojos todo
todo lo que hay debajo de todo
con estos ojos a cuadritos que me he tatuado en los míos


esta manía
me detiene mientras me flota.

Verónica Pizzella.




IMPOSIBLE


Es imposible que vuelvas
he cambiado cerraduras
y uso llaves nuevas.

Mi corazón
bien
gracias.

Néstor Mendoza





TÉCNICA PARA SALIR DEL SER

Sentarse frente al espejo
Pensando en “No soy yo “es aquel.
Después de muros de la mente, que unen, encierran y separan.
-Enfocarse en cualquier espejo corriente.

Mirar al reflejo. (Fijamente al rostro).
Hasta solamente ver los ojos, profundos.
¿Qué esconden? ¿Qué gritan? ¿Qué sensación provocan?
-Interrogantes, que vendrán a tu cabeza.
Ya perdido el reflejo.
Se consigue ver el panorama real.
Que es...
Como el ruido de un disparo.
La caída de un suicida.
El ultimo suspiro, tuyo o mío… ¿de quien?
¿Acaso nos pertenece?

María Julia Jorge Auad

Textos tomados del blog http://lajetaliteraria.blogspot.com/
http://tardesamarillas.blogspot.com/

José Emilio Tallarico-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010

A modo de Epílogo para la edición-e de “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo” de Rolando Revagliatti, disponible en http://www.revagliatti.net

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EL TRANVÍA EN CUESTIÓN

Voces diversas (¿vocinglerío?), fragmentos que deben haber quedado entre los rieles del tranvía en cuestión, ese al que Blanche(1) subió huyendo de sus fantasmas para terminar en un hospicio.

Que te pise un deseo: no sé si es mi deseo. Si tal deseo arrolla, “descuajeringa”, se torna inmanejable, no sé si lo deseo.

Tantas voces nos ponen sobre aviso. Porque pueden hablar de la crueldad, del sufrimiento pequeño o no, de personajes verosímiles o no y, en todo caso, activar el desconcierto.

El Revagliastés, poema que cierra el libro, acaso busque desconcertarnos también, erigiéndose en tamiz, en disyuntor de la violencia alcanzada, en suavizante del fragor que corona.

Libro de fragmentos donde las palabras juegan con “lo que queda” (“mirá lo que quedó”(2) cuando pasó el tranvía) y dan vueltas de tuerca en torno a esa máquina imposible que somos. La máquina Revagliatti, en nuestro caso, ha forjado un trayecto que va desde el anatema del: “ojalá te pise”, hasta el augurio de: “un deseo”. “La pulsión me ceba al alba demasiados mates”, dice una de sus voces.

Propongo rescatar de entre lo múltiple el verso que a cada uno

co-responde. Propongo atesorarlo.

José Emilio Tallarico

Buenos Aires, septiembre 2009

1) Blanche Dubois, personaje central de “Un tranvía llamado deseo”, de Tennessee Williams, interpretado en su versión cinematográfica por la actriz norteamericana Vivian Leigh.

2) Verso final del famoso tango “Los Mareados”, de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, que diera título al ciclo de poesía “Mirá lo que Quedó”, coordinado durante el año 2007 por Rolando Revagliatti junto a los poetas Alicia Grinbank, Alberto Boco y Alfredo Palacio.

Emilce Strucchi-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010



La paridora ¿será una fémina bestial?

La paridora ¿será una fémina bestial?
¿o una linda matrona que amanece?

Fámula de lenguaje
lúbrico, escurridizo
ya no tienes recato.

Ni qué decir del pozo para palabras pozo
ni qué decir de duelos o de lenguas.
Ninguna novedad
más allá de la acritud de la vida.

La nacedora desde sí

¿será una mujer carente o sensual
que puede todo y nada al mismo tiempo
así como la Kahlo fue pintada por su espejo del cuarto?
¿Será acaso la idea
o esa dama de carne?

Ella jamás va a darse cuenta
así que no me importa la desesperación
o encerradura en un placard
para espiar al mundo
y por qué no a la misma Frida
meciéndose en su espera,
deconstruyendo imágenes
de un enajenamiento
de tantos enajenamientos
que existen hasta en las virtudes.

Luchar por un lenguaje
que cuerpo a cuerpo a cuerpo se resiste
¿es una afirmación exagerada?

Tal vez haga falta dragar, hurgando y curioseando:
la paridora bien pudiera ser
quien
a tracción de sangre
desmorona un amor que no será capaz
de declarar posible.

Habrá que acostumbrarse: nunca
nadie
responde.
Después de todo
ambicionar un hijo (únicamente del deseo)
es la renuncia sobredicha.

Entonces
nuestra nacedora

¿es la que se prodiga y se arrepiente-dentro de su clausura-,
del odio o del amor que van despedazándole
que van demorándole la única certeza permitida?

¿Serán uno y lo mismo:
la posibilidad y su derrota?

¡No digan que sucederá
semejante tragedia!
si todos nos iremos a Morir
arrastrando
demasiadas preguntas.

Pero...
¿dónde
puse los signos?
¿Dónde?
¿En cuál bruma los puse?
¡¿Es que nunca se detendrá?!

¿Nunca se detendrá
esta libertina?

De PALABRAS POZO. Historia de apasionadas, de próxima edición



Amado Storni-España/Enero de 2010



A JOAQUIN SABINA



ANARCOTRAFICANTE de la duda

Jilguero al que no calla la afonía

Osado que dice: “Esta boca es mía”

Apóstol de Serrat y de Neruda.

Quijote de los sueños de la gente

Ufana de morir de mal de amores

Indicio de que aún quedan soñadores

Nadando siempre contra la corriente.

Sírvanles la elegancia de tus versos

A los que quieren dejarse la piel

Buscando Poesía en la basura.

Incluso hasta a los pétalos dispersos

Nacidos de las flores más oscuras

Acuden las abejas a por miel.


Juan Quiroga-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010


Vos y Yo… siempre

Qué ganas de llorar
en esta tarde gris,
en su repiquetear
la lluvia habla de ti.


Remordimiento de saber
que, por mi culpa, nunca,
vida, nunca te veré.


Mis ojos al cerrar
te ven igual que ayer,
temblando al implorar
de nuevo mi querer.
Y hoy es tu voz que vuelve a mí,
en esta tarde gris.

J. M. Contursi




Entre nubes, el sol repartía su displicencia en diminutos rezagos de luz tibia que acunaban placer sobre mi piel. Tu voz, murmurando palabras centellantes, sin sentido, inaudibles, inexpresivas... y una enredadera de verdes deformes que jugueteaba con el viento otoñal.

Miraba de reojo el movimiento de tus manos, gestos de ternura que acompañaban tu momento junto a mí, y mi mente que carcomía mi estructura, como un ojo punzante que mira, señala, hiere y da muerte.

Traté de descifrar tus labios, y observé dos ventanas en cristales a la altura de tus hombros. Dejaban percibir imágenes que caían como panfletos de fotografías, y en ellas podía ver instantes nuestros, el violáceo de tus parpados al besar, tu vestido de noche sobre mis antebrazos, la humedad brillante de tu torso, tu sonrisa, el gris azulado de tus ojos enamorados y el retrato en movimiento de cada uno de tus despertares.

Rivadavia y Esmeralda, hay una hermosa plazoleta que tiene un parque con bancos de piedra y pisos de adoquines. Lugar ideal para simular un almuerzo campestre en medio del cemento de la ciudad, para dialogar en pareja jugueteando con las manos, entregar caricias diminutas y cómplices de amores de oficina. Ahí te cité, y te esperé desde una hora antes del horario acordado.

Te observé llegar, con tu sonrisa a la distancia, el acelerar de tu paso final y tu mano sobre mi rostro para demostrarme afecto.

_Hola mi amor….

Fueron las únicas palabras que pude escucharte, después ya no recuerdo más. Sólo observar el balbucear de tus labios, sin encontrar un sentido que de alguna forma modificara mi pensamiento.

De repente tu ojos tan grandes como inmensos espejos y mis dedos que silencian tu susurrar, entonces comienzas a comprender que algo sucedía.

Di rodeos con miles de palabras, hasta que por fin pude expresar lo que daba vueltas y vueltas en mi mente...

_Necesito decirte que me siento extraño, no se como expresarme, pero siempre he sido directo en mi mensaje hacia ti. No estoy seguro de ser la persona que te hará feliz, te quiero mucho…. pero siento que no te amo. Continuar así, sería mentirte y no es mi deseo.

Sentí el retraimiento instantáneo de tus manos, y tus lágrimas florecieron como gotas de cielo, cayendo por tus mejillas incrédulas.

Nos observamos a los ojos durante varios minutos, comprendiendo que la mirada y el silencio lo decían todo.

Un adiós sin palabras, tibio y frío…. lágrimas secas y rehumedecidas entre la distancia exigua que comenzó a explayarse hasta hacerse infinita.


Mauricio Pérez Ruz-Provincia de San Juan, Argentina/Enero de 2010



nadie me invitó a este juego

donde se permanece o se hacen trampas

no elegí mi cruz

ni el peso de sus maderos

mas

acepto ser quien soy

aunque sea errando

aunque sea perdiendo

aunque sea

haciendo trampas




Cecilia Pérez-Loma Negra, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010


Al fondo, el miedo...

El fondo de esa casa da al patio de mis ojos... esa que se aleja sin que yo pueda habitarla; esa que se esconde mientras yo cuento 1, 2, 3...
Una casa, entre otras casas, y nunca ha pertenecido a ninguna.
Siempre fue decorada para cada ocasión, pero en ella viven silencios ausencias... y una breve esperanza, fiel ilusión que, a pesar de todas las mudanzas, nunca la ha abandonado.
Le cuesta a la casa arrumacarse, eso parece; ¿será que tiene miedo?.
El fondo de esa casa, ahora, está más lejos de mis ojos...

Teresinka Pereira-Brasil/Enero de 2010






EL PRIMER BESO



El primer poema del año

es el beso que te mando

para recordarte que estoy viva,

aunque por los cielos los aviones

lleven una muerte polvoreada

y blanca, de fuegos que estallan

con bombas de odio.

Soy golondrina sin alas

y no puedo salir de esta tierra

que he conquistado con el sudor

y la conciencia de poder

el ella pasar los intranquilos años

sin la juventud que aquí

me ha enraizado con la fuerza

del trabajo y ansias de libertad.

Espero que en este hogar me alcance

el ultimo amor a quien servir

sonriendo y que al besar tus manos,

reciba una dulce flor de ternura.

Que este primer beso del año

sea para ti, que todavía tienes

un corazón lleno de deseos

y de coraje. Que la esperanza

esté siempre presente

en el brillo de tus ojos.



1º de enero, 2010 (1:00 am)



Esther Moro-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010



LO DEJÓ POR….



Cacho entró a la casa golpeando la puerta con su acostumbrado descontento.

Llamó a Vea a los gritos.

La casa olía a limpio en la penumbra fresca.

“M… donde se metió esta mujer, con esto que se le dio por estudiar, nunca está en casa, uno de estos días le pongo un parate”

Entro a la cocina y se preparó un mate. Allí estaba él , en su sitial de rey, arriba de la heladera.

El rostro se le anudo de ira, había desaparecido, pero allí estaba otra vez, por el Vea atribulada, moqueaba por los rincones.

Lo miro con esa mirada verde, desdeñosa, de quién se sabe superior. El era el dueño de la casa y del amor de Vea, lo odiaba tanto como él lo despreciaba

Pensó,

“ya que ella no esta, lo hago desaparecer de una vez por todas”, pareció adivinarle el pensamiento, porque puso en moviento la cola, y paro la orejas en señal de alerta.

“el maldito lee el pensamiento, pero de esta no se salva”

Busco un mantel con disimulo, rápidamente se lo hecho encima, lo atrapó, con un palo de amasar de adorno iba darle por la cabeza, cuando un grito estrepitoso, le congelo el brazo en el aire, era Vea que inmediatamente se le hecho encima, vociferando

El se acomodó sobre la mesa con un salto perfecto y elástico, lo miraba desafiante, y gruñendo, disponiéndose a la pelea, como si estuviera en los techos.

Vea histérica no paraba de insultarlo,”ya no te aguanto más, h…de p...” decía mientras le golpeaba con los puños el pecho.

Cacho perdió el control y la abofeteo, empujándola hacia el borde de la pileta, cuando lo sintió engrampado en la nuca, lacerando su rostro, la patas eran dos tenazas abrazando su cabeza.

Por casualidad no perdió un ojo, y Vea lo hecho de la casa.

El barrio todo comenta lo del Cacho,

¡¡¡te enteraste: la Vea dejó al Cacho por el gato!!!



Comentario de libro por Esther Moro-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2010


La obra de Sabas Martín es extensa y variada, abarca diferentes géneros literarios, desde la poesía, el cuento, la novela, el teatro hasta la redacción periodística y los guiones audiovisuales. Oriundo de Santa Cruz de Tenerife, donde nació en 1954, su obra trascendió siendo reconocida en Venezuela, fue traducida a varios idiomas y figura en diversas antologías, siendo premiada en muchas oportunidades.

La obra a la que me referiré es "Cajas de Ecos" que recoge una selección de su obra cuentística. El autor utiliza todas las estrategias para abordar y darle forma al relato, se apodera del verbo utilizando las distintas manifestaciones del lenguaje.

En todo momento se palpa la pasión que siente por la palabra, que a través de su pulso, se vuelve sinuosa, erótica y sonora. Entre líneas se escucha siempre la voz del poeta en la prosa realista y fuerte, y la del guionista en la forma de resolver diálogos.

Este libro de edición de bolsillo, de la colección de Pepe Navarro, llegó a mi lectura de forma casual, alguien pensó en mí, lo rescató de una mesa de ofertas de la calle Corrientes y me dejó gratamente sorprendida este universo expresado en forma tan original al ritmo vertiginoso de la vida.



Dos microrrelatos del autor


Espejismos


Sus ojos me buscaban.
La miré

Entonces exigio: "Déjame entrar en tus ojos para verme"


Ultimátum

Durante toda su vida sólo quiso hallarlo, se diría que con desesperación. Aún resonaban sus palabras cuando estalló la descarga.
- Te lo advierto: o apareces Dios mío o disparo.
Y apuntó contra el cielo en el propio cielo de su boca.