Revista Literarte creada en Noviembre de 2001 para la difusión de todas las disciplinas del arte.Declarada de Interés Cultural por el Honorable Concejo Deliberante de Vicente López en Diciembre de 2002.
DECLARADA DE INTERÉS CULTURAL POR LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN ARGENTINA SEGÚN RESOLUCIÓN 1706/10, en Junio de 2010
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La casa estaba en muy mal estado, golpeamos la puerta y a los pocos segundos salió Pedro Contreras. Colorado hasta las cejas, ojos azules muy pequeños, sin camisa, arreglándose el pantalón como si recién se lo pusiera.
Nos atendió de mala gana, desafiante y agresivo, estaba descalzo, y aferrado a su pierna, un niño de no más de tres años que lloraba a los gritos.
Trabajamos como equipo, Cecilia estudia en la universidad, Carlos chofer y ex boxeador, yo egrese a los 23 años de la escuela, y ahora tengo 50 pirulos.
Cuando el médico forense revisó a la niña diagnosticó lesiones en todo el cuerpo, también abuso reiterado.
La directora de la escuela Nº 321 del Barrio San Martín, hizo la denuncia.
Los vecinos se juntaron en la esquina, esperando el tiroteo.
Nos dijo que iba a vestirse y volvía. La experiencia me indicaba que no opondría resistencia.A los cinco minutos se escucho un disparo, entramos a la casa y tirado en la cama, cubierto de sangre, Pedro agonizaba. Alrededor estaban todos como velándolo.
La propiedad inmueble sede del hogar conyugal se adjudica a la esposa y los hijos menores de edad. El vehículo utilitario al esposo. Se establece un amplio régimen de visitas. Le corresponde a la dignidad de ella el sesgo de la certera hoja de filo inclemente. El aburrimiento y la indiferencia al ego de él. A ambos un mar de olvidos, mareas de distancias y el fracaso vestido de humanidad.
Desde el fondo de los siglos el arte despierta como el día fluye como el agua y es la sangre que al hombre predestina.
El arte tiene ojos, tacto, oídos es hermosura viviente que transita, sabe a dulzura y a silencios que amalgaman destellos purísimos de vida.
Bajo el sol del amor y la paciencia, con gesto creativo el hombre logra, esculpir en la fibra sutil de la madera, su corazón repartido que hot lo nombra.
Del cordaje raigal nos llegan arpegios para cimentar el canto, mientras el puño y la pluma, -en la piel del papel amanecido- siembran belleza con palabras del alma.
Siento admiración por los que crean, por quienes nos conmueven con su magia, nombro al pintor, al cantor, a los que bailan. Pienso en el poeta, el escritor y el que da forma a la arcilla, o da vida al metal, al silencio y a la nada...
Celebro jubiloso, la majestad del arte día a día, sin olvidar... que en todo esto, está la mano de DIOS.
Nacer en Buenos Aires un día de febrero, como de paso. Ese era mi destino. Luego, este andar de caminos sin quedar en ninguna parte, hasta que un día me aquietó la responsabilidad del trabajo, el afán por tener las vanas cosas que habrán de sobrevivirme. Aquí estoy en Santiago, viviendo mi destino de habitar la pequeña ciudad, lineal, sin diagonales ni atajos, y yo que admiraba tanto aquellas antiguas ciudades europeas llenas de secretos, de historias y romances a orillas del mar o de majestuosos lagos. Aquí estoy ahora construyendo con palabras ese mundo que perdí, recobrando la memoria de todo lo que quedó en la distancia, llenando de voces nuevas a viejas figuras que sólo la nostalgia conserva inalterables. Aquí estoy repitiéndome en los días que pasan raudamente, como un libro que se relee, como una senda que se vuelve a recorrer, ganándome los años a mi perfil de ocaso, acortando la distancia que el Señor con su sabiduría me ha fijado. Nadie sabe si otro destino hubiera sido mejor para esta historia que me ha tocado vivir, sólo me queda aceptarlo con una sonrisa que se pierde como un enigma en la tarde. Después de lo transitado, aprendí que se debe vivir cada día, como si fuera el último: “carpe diem”, como lo decía María, una gran amiga que se nos adelantó en el viaje. Vayan estas líneas a manera de catarsis, de alivio a las penas que a veces nos embarga en una tarde de frío, cuando sin saber porqué acude una lágrima furtiva, mientras de fondo se escucha la melodiosa música de un tango.
Lanocheera apacible, casi cálida, unos troncos secos, me servíanderespaldo y el mar allí, incansable,invitándome a partiro por lo menos a
Imaginarmelejos y ajena ala incertidumbre que merodea.
Recordé lamañanasombría,la pelea por el dinero que no alcanza y tu portazo gritándome: chau, me voy.
Tefuiste con una indiferencia que me heló. Yo no te seguí.No dije nada.
Mearremoliné sobre elsillón yrompí allorar.Vano intento de hacer surgir monedasdemis ojos ysolucionarasí el problema que nos separaba. Una túnica gris cubría mi cuerpo ytambién mi alma.
Mi mente desgranó despacio mis pensamientos: Dos sueldos pequeños, el tuyo y el mío,inversamenteproporcionales algranamor que nos llevóa vivir a esta costaagreste y plana con el mar como reflejo de esa inmensidad.
Teesperé toda la tarde.Estuve haciendo cuentas sin parar: Dos más dos son cuatromenos uno tres.Tres menos undeseo prescindible sondos y dos somostúy yo.No, en realidadsomos tres.Tú,yoy el amorquenos trajo aquí,alejados del mundo yde tanto deseartenercosas.
Pero en el caminolo olvidamoso quizás lo perdimosyasí estamos:yo mirando el mar,túlejos y el amor navegandorumbo al horizontepara que selo devore un tiburón.
Meabrazo paranosentirmesolay hundo mi cabezasobre mis piernas, tiemblo.Lanochesevuelve oscura.
Entonces siento tus manos sobremi pelo, levantomisojosysobreuna barcafantásticaveo regresarnuestroamor.
Dos más dos son cuatro.Y cuatrodeben alcanzarnoso debemos cortarlos por la mitad y que seanocho,pero juntos.