sábado, 22 de febrero de 2014

Alba Estrella Gutierrez-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2014



cuando un duende se va
los ojos se despenan
las manos se ahuesan de tristeza
y hay lágrimas inútiles que duelen
cuando un duende se va
hay lugares deshabitados
nostalgiados de voces
desmemoriados y solos
cuando un duende se va
la risa se esconde en un buzón
y una tropieza de vulnerable
en una esquina cualquiera de buenos aires
cuando un duende se va

dios se ausenta por un rato

2 comentarios:

Jorge Sombra dijo...


Otro lujo que te das Graciela, con Alba Estrella Gutierrez Poeta.

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Alba: es verdad, los duendes pintan con luces sus recorridos. Son capaces de equilibrar intenciones y, todo eso duele en su ausencia. Mi abrazo,