lunes, 23 de febrero de 2015

Carlos Alfredo Boidi-Villa San Lorenzo, Salta, Argentina/Febrero de 2014




Los Linyeras

Ellos bajan desde el fondo de los trenes
rasgando el traje de la luna mas errante,
y sin decir adonde van ni de donde vienen
pasan como extraños con su aire mas distante.

Amontonados en el frío final de los andenes
con la luz que deja el fuego mirándole a la nada,
son un largo enojo de barbas en las sienes
hurgando a la memoria su otra vida pasada.

Con su cruz de madera, los linyeras o crotos
caen sin un grito en el sepulcro del invierno,
llevándose en la grieta de sus corazones rotos

(para algunos malditos, para otros tiernos,
para ellos en el ultimo paso de un infierno)

sus perros y su vino como dioses mas devotos.

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