lunes, 23 de enero de 2017

Nicolás Igolnikov- Argentina/Enero de 2017




CUANDO PASA EL TREN DE LAS 7

Nunca te conté que puedo ponerme en tu lugar, ¿no?
Por ahí nunca te enteraste, pero siempre sentí que podía verme a través de tus dedos.
Sí, claro, cada vez que me tocabas, cada vez que me poseías, cada vez que me sentías yo sentía tu sentir,
podía con mis manos tocarme.
Tocarte
Tocarnos.
Siempre pude estar en tu lugar, amor mío, cada día, cada mañana pude ponerte el anillo y llevarte a
trabajar, a ganarte el pan que más tarde te iba a cocinar.
Sí, estuve en cada mediodía de transeúntes que ignoraban la lata de arvejas que pintó nuestra hija con
tanto amor, con tanta dedicación, solo para vos.
También puedo ponerme en su lugar, ¿no sabías?
Veo cómo mira a sus pares correr por el patio, tan llena de amor.
Cuando me pongo detrás de sus ojos se me llena el pecho de gozo, y le pido que se quede quieta, que
me escuche, que no salga del aula, que ya se va quien da las órdenes y las clases.
Ella no me presta atención, soy apenas un susurro en sus oídos. Aún así se queda y la invade el miedo
de que la descubran. Ella quiere los útiles de quienes pueden divertirse en la escuela, ¿viste que nunca
necesita boligoma, que nunca nos pide lapiceras?
Ella mira mientras le dan la clase y lo hace con fervor, y no se acuerda de mí, sino de vos.
Se acuerda de cuando le pediste la lata pintada, de cuando la conquistaste con la dulzura de tu voz, de
cuando le pegás, de cuando la violás, de cuando me violás, de cuando nos violás. Entonces ella no ve a
quien da la clase, ni la lata, ni a la gente frente a la lata.
Nos prometiste que con la escritura ibas a ir bárbaro, ¿te acordás?
Aunque decían, no recuerdo ya quienes, que no era lo tuyo, que el rubro no te convenía, que nuestra
vida de la mano de la tinta (al final nuestra vida de la mano de la sangre) iba a ser ruinosa, no les
creíste, no estaban en lo correcto, no están en lo correcto, hoy somos felices.
Vos a esta hora ya tenés hambre, y yo cocino muy rico, ¿sabés cuál es mi secreto? Siempre empiezo
cuando pasa el tren de las 7.
Cuando vibra el techo la luz de la casa se enciende, pero yo no la prendo. Es como el amanecer de mi
día, entonces me acuerdo de que vas a venir con mucho cansancio encima, y nuestra hija se levanta de
la siesta.
Lo mejor es que a la hora de la cena la mesa nunca está vacía, 4 baldosas mi vida te dije que son
suficientes para los platos y la olla.
El pan que te ganaste inmerso en la sopa para hacerla nutritiva, una mano en la cuchara que se
ensucia otra mano en el vaso, para tomar de a ratitos, para llenar más la panza.
Siempre termino antes que ustedes, entonces puedo esperar con ansiedad que me dejen la mesa ahí,
que yo la levanto, que después lavo. Ahora somos nuestra única compañía, nuestra hija duerme y ya la
violaste. Y yo estuve ahí para ella como ahora estoy para vos queriendo que me poseas, queriendo
tocarme con tus dedos mientras me tocan. Acá estoy queriendo que no me violes, acá estoy yo
pidiéndote contra la almohada que me dejes irme, que me desates los brazos que me dejes moverme,
que me dejes tomar aire, que me dejes respirar.

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