sábado, 20 de mayo de 2017

Marcos Aguilar-México/Mayo de 2017



Como cada fin de mes

Como cada fin de mes, iniciaban la tarde, distantes, en un hotel cualquiera, haciéndose memoria en los deseos de otros cuerpos, siempre desconocidos y ajenos.

Después, ya casi noche, saboreando un té amargo, se platicaban lo que en otros ojos observaron y lo que en otras bocas bebieron y sintieron.

Y así, sonriendo, con el odio escurriendo entre sus labios, de vez en vez acomodaban sus viejos sentimientos, sólo para terminar antes del sueño, como amantes que juegan a nunca tocarse y se viven... en una noche interminable de reproches.

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