Adolf González-México/Marzo de 2020

MI CANTO (FRAGMENTO)

Mi canto es el siguiente
una gran recopilación,
mi canto es el presente
que se canta al son de una canción,
que dice así;

Soy el Artista perdido
jamás conocido,

Te cuento que;
yo también tenía sueños,
pero renuncié a ellos
para aprender a soñar.

Ahora me iré lejos,
allá a la montaña más alta,
aquella a la que pocos van.

A veces basta con imaginar
que tener el lápiz y papel para pintar.

Quisiera decirte lo que siento
pero en realidad quiero que lo experimentes por ti mismo,
aunque aun tienes tiempo de salir corriendo conmigo.

Somos uno solo,
somos todo lo demás,
estamos hechos del mismo material...
en algún momento alguien más te alcanzará.

No te sientas solo o sola,
el mundo está lleno de gente como tú,
así, de loca.

Vivimos en una burbuja
en donde todo el orbe explota,
y así el arte siempre será ignorado;
por eso si me amas dímelo,
sino, te olvido.

Sírvete de aquella copa para que no te quedes sediento,
sírvete de aquel libro viejo para que te llenes de conocimiento,
observa este arte para que te quedes sin aliento,
pinta mi nombre y espera el momento de que este pequeño poema te llene por dentro:

"Azul las flores,
azul el cielo,
nada más hermoso
que ver tu cuerpo".

Somos música cósmica de esta de la que el alma se alimenta
de ahí hasta el corazón,
aunque aquí no acaba todo
llegando hasta el ser,
en donde se toca una hermosa canción
que aún no has escuchado a mi parecer,
y es aquí en donde están tus verdaderas raíces.

Porque yo te contemplé desde las alturas
y tú me saludaste,
no hubo duda de que eras más grande,
tu luz me envolvió
y a mis ojos eclipsó,
pero cuando pude verte
todo se iluminó,
de color amarillo
el sol se escondió.

He visto estrellas caer,
he visto estrellas crecer,
he visto flores florecer,
también aves volar,

pero lo que no he visto es a mi ser.

Aunque excitaré el sentido más sensible de mi cuerpo y llenaré a mi alma con tu recuerdo.

Abrir mis pensamiento hacia un mundo nuevo, tomando de la mano al presente para conservarlo hasta mi muerte.

Así que musita:
Déjame encender tu lámpara
¡Vamos, déjame tocar tu corazón!
Déjame ver a Dios
ahí en donde habita tu amor.
Déjame mostrarte la llave
¡Vamos, no te arrepientas mas tarde!

Estoy aquí para ayudarte, también para pintarte, Déjame contemplarte, rayarte
horas y horas.

y mostrarte que el lápiz y el papel están de mi parte, que la goma no la usaré para borrarte.