sábado, 21 de marzo de 2020

Diana Mesterman-Argentina/Marzo de 2020


Eco

Los días que llegan tristes
aunque brille la vida
caben en una oscura nada,
cuesta creerlos.
Bastaría cerrar el tiempo
guardar las palabras en sueños
retroceder al encuentro
en la siembra del deseo.
De tanto en tanto, las utopías
nos guiñan un ojo cómplice,
entonces es posible cambiar
una sombra por un beso
una lágrima por una sonrisa
un quebranto por un verso.
No hay piel que resista mil inviernos
ni ocasos eternos
ni soles sin lunas
ni quimeras al desnudo.
Todas las llamadas tienen eco
todos los ecos, esperan respuesta
las cenizas retroceden con el viento
y el color de la vida trasmuta su tinte
incipiente alborada tras la ausencia.

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