sábado, 20 de diciembre de 2014

Sol Paz,12 años-Argentina/Diciembre de 2014

El hijo del presidente


De papá… ¡Todo es de papá!
No importa quién seas, importa hijo de quien sos. El hijo de papá hace y dice lo que quiere, porque de última viene papá y paga los platos rotos.
La vida es una ruleta y hay pocos números ganadores: Seguro vas a perder, salvo que seas un príncipe o el hijo del presidente. Depende de donde te deje tu vida va a ser buena  o un infierno, pero si no sos hija del Rey, hay otra manera de ser princesa: ¡Casándote con el príncipe! Todo depende de que pieza te tocó ser del ajedrez: Si te tocó ser reina o si te tocó ser peón. En este último caso tu vida va a ser muy distinta.
Los sueños y los deseos  son engaños  para que por un rato te sientas una princesa  y te olvides de que sos Cenicienta, pero tarde o temprano se hacen las 12 y el vestido se hace trapos.
Todos somos el dibujo de un pintor (Alguien decide que lugar vamos a ocupar en la pintura).
En la vida hay dos clases de personas: Actores y espectadores. A unos les pasa todo lo bueno, y los otros miran. El mundo es de los otros, pero no eso que esta ahí,  y parece al alcance de nosotros, pero no jamás lo vamos a tener.

Andrea Carrillo, 15 años-México/Diciembre de 2014

Con aroma a violetas

Toda mi vida está
bajo la palabra prejuicio.
Yo ahora me pregunto:
¿Prejuicio será arrojarle
piedras a una mujer
y llamarla puta?
Eso es lo que dice mi madre,
es lo que dicen mis amigos,
lo que dice la gente,
lo que dices tú.

Nacer y darte cuenta
que tus pechos serán
lo que te subraye en una jerarquía
de sementales orgullosos,
en la que la divinidad de su cuerpo
posará su pie sobre ti.

Abrir poros, crecer,
ir considerándote
una obra de mano barata,
menstruar...
¿Qué es menstruar?
¿Es la prueba de mi feminidad?
No, es la prueba de que serás
de cualquier hombre
(Descubrir olor).

Vivir,
guardar tus sueños entre las piernas
y cerrarlos bajo la falda.
Terminar el camino sin semblanza
que la ignorancia me tomó
y no cuestionar el ciclo
(Esparcir aroma).
Morir, concluir bajo una capa de cemento
enterrada hasta el cuello
o en un puente vacío
construir el juicio
realizado por el destino.
Ya que así puedo darle
a otro la piedra
para que pueda continuar con el pecado
(Aroma a violetas).

De su libro Sakums:
http://es.scribd.com/doc/212150542/Andrea-Carrillo-Sakums

Sol Brissolesi, 14 años-Argentina/Diciembre de 2014



Dulce Tupac


Como tus gritos, sin temor
hoy son mis versos por vos.
Con vehemente furor
hoy mis encabezados
son como la historia
de los países del tercer mundo.

Cien mil son mis pensamientos
a la hora de escribir
como fueron
tus americanos originarios.

Me gustaría que en un libro
también diga
una de las famosas
más conocidas:
¡Tus relatos los dicen indígenas
como vos!

Estas son mis palabras
solo por el simple echo
de que van por un buen camino.

Mi rebelión es parecida a la tuya,
pero yo, me ahogo
en un mar de cuentos y poesías...
¡Como tus refinadas vestimentas
son mis poemas!
De a rato se visten como nobles incas,
pero tienen un fin.
¡La libertad de mis libros
son como tus pedidos
de independencia!

Samuel Alvarez, 16 años-Venezuela/Diciembre de 2014

Recuerdos

Qué triste me siento 
por tener en mi teléfono 
de ti muchos recuerdos.
Quiero borrarlos para olvidarte, 
quiero tenerlos para recordarte. 
Que triste yo me siento
por en ti haber creído,
ya que mi cabeza decía
que tu amor no era mío.
 
Cuatro veces te he mentado 
y a ninguna has respondido
¿Quién me manda a andar buscando 
lo que no se me ha perdido?

 


(Escrito a los 13 años)

Alejandra Zarhi-Diciembre de 2014



AMOR A LA DISTANCIA

Introduciéndome en la luz de sus pupilas

traspaso la mente y llego hasta el pensamiento
perturbado y misterioso.

Recorrerlo entero y besar su sendero
la espera se convierte en ceniza abandonada
y la sangre se condensa en las sienes enloquecidas.

Rompiendo el velo que cubría a la blanca Venus
descubrió que allí el deseo existía.

Nunca hubo noche alguna
Como aquella en madrugada.
Será única
la que vuelva a brillar.
Vuelve pronto
torbellino entre las sábanas.
A través del llamado
a la distancia demos rienda suelta
a esta espera desenfrenada.

Oscar Vera-Argentina/Diciembre de 2014


Acróstico
Mi homenaje a La…


            B onanza de amistad, compañeros de aventuras
            O livares de esperanzas con surcos bien abonados
            H ermosa eres escribiendo los pasajes de la historia
            E ntre futuro y presente de un valor demasquinado.
            M uy oferente talento que se desplaza a su modo
            I ntuyo en ellos el momento abriendo su don al mundo
            A lma de pájaros sueltos que van volando hacia un todo

            D ame tu voz en poemas que me encuentro sitibundo
            E mbrión que buscas entrañas para tus rimas y prosas
          
             L ibertario en tus poemas, diciendo tanta verdades
            I lusión de mundos nuevos como fruta pomarrosa
            T us ojos no están borrosos ni transpiran soledades
            É xtasis domando el viento encelado en oquedades
            R uiseñor de mil orquestas que enamoras con palabras
            A lta tu frente bendita, tu talento, tus bondades
            R ubíes son tus ideas con que a las rimas tú labras
            T engo hoy, corazón pleno, por haberte conocido 
            E n mis brazos te sostengo, y en mi mente te concibo.

Carmen Amaralis Vega Olivencia-Puerto Rico/Diciembre de 2014




Llueve gris

Llueve fino,
Llueve
y no para,
Y esa lluvia de alfileres cae en el rostro,
sobre el cuerpo,
sobre el alma.
Se desprende la hostilidad interior,
te reclama.
El sentimiento de amor duele
en esta soledad mojada.
Soledad fría y lenta,
soledad oscura,
mustia,
desgarrada.
Tristeza que penetra las grietas.
y solo consuela la humedad en la piel,
Piel que florece en la niebla,
Piel que espera que en alguna esquina
aparezca el fantasma de tu amor
a recoger una a una las flores
que arropan mi espíritu deseoso.
Cuando aparezcas
entonces ocurrirá el milagro.
Suplicaré que llueva para siempre,
Mientras me vierta en pétalos sobre ti.
De algo ha de servirnos
esta endiablada nostalgia.

Luis Tulio Siburu/Argentina/Diciembre de 2014

COTILLÓN    

Caminaba despacio, arrastrando los pies. Desaliñado, hasta sucio, con barba de semanas, quizás meses. Delgado de hambre, callado de angustia, triste de incomprensión, millonario de lástima. Apretaba los timbres de cada casa de aquella calle concordiense, donde el sol entrerriano de diciembre quemaba como el infierno. A veces, qué casualidad, no había nadie. Otras, no abrían la puerta y le contestaban una incongruencia: "no queremos nada", sin darse cuenta que " él no ofrecía nada". 
Así una y cien veces, mientras llegaba la noche y nacían las luces. Cuando imaginaba ya acostarse en la céntrica Plaza 25 de Mayo a escuchar los ruidos de la cena insatisfecha - acurrucado por el Monumento a la Madre del famoso escultor porteño Luis Perlotti - se abrió una puerta que ni siquiera había rozado y una voz con más alcohol que sonido le dijo: " Pasá, toma la bolsita con el bonete, los pitos y las matracas. No te ubico con el disfraz pero supongo que sos amigo de Susana. A ésta la conocen todos desde el Yuquerí Chico hasta la represa de Salto Grande y ninguno se quiere perder el festejo de sus 40 años. Servíte lo que quieras".
Entró empujado por el asombro y animado por la necesidad. En su cabeza, con tanta melena, el sombrerito de cartón se ubicó como un bote en tormenta de alta mar. El asma no le daba aire para soplar la corneta, pero igual se la puso en la boca para no romper la magia de la fiesta que se desarrollaba entre la oscuridad , música a rabiar y el clericó, con mucho vino y poca fruta, eso sí, fundamentalmente naranja, para honrar a la Capital del Citrus.
Se miró el dedo gordo que asomaba por la puntera de su zapato izquierdo - que había transformado su vestimenta en una mascarada - y le agradeció su existencia , mientras se acercaba sigiloso a la mesa de los triples. Ya habría tiempo de saludar a la desconocida Susana y entregarle algún regalo imaginario. Con la panza llena se le ocurriría algo que justificara su presencia allí, independientemente de que él no había "entrado" sino que "lo entraron".
Pasaron las empanadas, las salchichitas con mostaza, las canciones de los que no saben cantar pero que divierten a los demás porque el ridículo tiene más marketing que la cara de culo. Era el momento del happy birthday, la torta y el champange.
Hora de emprender la retirada. Por las dudas y también por las certezas del día después, se metió en el bolsillo del saco raído tres cañones con dulce de leche para el desayuno del domingo al despertarse en el banco placero con las campanas de la misa de diez de la Catedral de San Antonio de Padua de la Concordia.
Antes que se apagara el ruido y se prendieran las luces, retornó a la vereda. Era madrugada y los faroles de la calle estaban off, cumpliendo con la ordenanza municipal de ahorro de energía. Si hubiera habido alguna claridad proveniente de una luna que no vino a la reunión, habría alcanzado a ver el cartel que no vió cuando su inesperado amigo le abrió la puerta. 
Decía: " Hoy Gran Fiesta de Cotillón Gran. La Su entra en Cuarentena.".


Alicia Scordomaglia-Argentina/Diciembre de 2014

PÁJARO SERÁS…

Cuando lo encuentre
             Ya no serás…
Elegía
             Ya no vendrás
A mi vida…
            Continente

Sólo pájaro serás
            Y despedida…
Sombra malherida
           En el poniente

Ana Romano-Argentina/Diciembre de 2014

ZOZOBRA

Trepa
astuta
la imagen
(y es como
espía)

Estacionada
en la hendidura
deposita

La madre
aulla
en un rincón.

Ascensión Reyes (cuento)-Chile/Diciembre de 2014

SUCEDIÓ EN NOCHEBUENA

Así como las gotas de la primera lluvia bendicen la tierra después de un tórrido verano, repartiendo sonrisas, el padre Gabriel, se paseaba de sala en sala por los amplios pasillos de aquel hospital. Su deambular era siempre en el área donde estaban los menores con enfermedades terminales. Cada pieza tenía tres camas por lado, y dos, aquella en que los pequeños pasaban por sus últimos días, apoyados con oxígeno, monitores y otros implementos  que advertían la gravedad de su situación.               
Bastante motivado por la muerte de sus padres en un accidente aéreo, el joven había tomado los hábitos cuando estaba por terminar la carrera de medicina. Apenas obtener aquel anhelado diploma, acudió a golpear la puerta del noviciado, que algunos años después lo convertiría en sacerdote. Y desde que decidiera darle esta dirección a su vida, había transcurrido bastante tiempo. La congregación, en consideración a su poco, olvidada carrera y a la religiosidad a toda prueba, le había encomendado asistir a pacientes infantiles en situación extrema. A diario, aquellos pequeños, aún dentro de su estado precario, lo esperaban ansiosos. La expresión bondadosa de su rostro y aquellas manos que con sólo sentirlas en sus frentes, las caritas mustias y delgadas de esos niños, parecían revivir.
El padre Gabo como le decían los niños y el personal, tenía una imagen que lo caracterizaba. Había decidido desde hacía mucho, y con el permiso del superior de la orden, dejarse crecer la barba hasta la altura del pecho, como una forma de ocultar las emociones cuando le tocaba asistir a un pequeño a punto de abandonar su malogrado cuerpecito. A sus setenticinco años, este verdadero parapeto de dolorosas experiencias, lucía casi totalmente blanco, a pesar de su andar ágil y resuelto, que insinuaba una obesidad insipiente. Los chocolates y mermeladas eran su perdición.
Luisín, era uno de los pequeños que se encontraba en la última fase de leucemia. A Gabriel le parecía increíble la resistencia del menor para dejar su maltrecha humanidad. Sin poder evitarlo, interiormente rogaba a Dios le permitiera pasar esa Nochebuena cerca de él, y sacar aunque fuera una sola sonrisa de felicidad en aquella carita consumida por el mal. Faltaban dos días y las enfermeras y auxiliares, en los ratos libres, permanecían afanadas preparando las salas, confeccionando adornados arbolitos. Esa noche, al pasar la última ronda, Gabriel descubrió con desagrado que todos los arreglos navideños carecían de nacimientos. A la mañana siguiente, llamó al personal del turno, aquellos largos años ejerciendo este ministerio se lo permitía.
-¡Tengo un malestar muy grande!- les dijo. - Por si lo han olvidado, esta fiesta es de la cristiandad, y no es para exaltar costumbres foráneas sobre leyendas de Papá Noel, Santa Claus, Viejito de Pascua o como quiera llamársele, y árboles adornados con un cuanto hay. Esta fiesta es para recordar el nacimiento del Niño de Belén, Jesús, nuestro Salvador.
Irma, una de las auxiliares con más edad tomó la palabra. - Padre, perdone usted, pero yo tuve un hijo que murió en una de estas salas, y siempre lo alimenté con ilusiones. Aunque sabía que no eran ciertas, lo hicieron feliz hasta que cerró sus ojitos. –La mujer no pudo seguir hablando, porque un llanto silencioso le afloró en el rostro.
-Aún así y con el respeto que me causa su dolor, estimada Irma. Entiendo que ustedes hacen esto con la mejor intención, pero a cada cosa debe dársele la importancia que merece, y más, tratándose de algo tan importante para los que nos sentimos cristianos. Por ello, les ruego sacar tanto brillo de las salas y de los arbolitos, y yo solicitaré fondos para comprar tantos nacimientos, como salas tenga esta área.- Las mujeres bajaron la cabeza y cada cual partió a cumplir con sus obligaciones.
Esa noche al invocar a Dios en sus oraciones, Gabriel recordó sus instrucciones respecto a los festejos navideños y reconoció haber sido un poco duro en el trato con el personal. De todas maneras, antes de ir al hospital, compraría varios nacimientos. Consideraba que alguien debía poner orden ante aquel consumismo loco, que aparecía en esta fiesta tan trascendental para la iglesia. Se acomodó en el lecho y se durmió casi al segundo.

Al día siguiente despertó conmocionado. Algo había sucedido durante su reposo. Recordaba vívido el sueño que lo había angustiado seriamente,  tanto como si hubiera sido una pesadilla terrorífica.   

 “Estaba en un restaurante elegantísimo, sentado frente a una mesa surtida con los más ricos manjares de su preferencia y un mozo dispuesto a atenderlo en los mínimos detalles. La mesa coincidía con una ventana. Mientras se aprontaba a comenzar, colocándose la gran servilleta, vio asomada la macilenta carita de un pequeño. Uno tan igual como aquellos que estaban de paso en las salas que él a diario visitaba. Su delgado rostro estaba triste y hambriento. No le cupo duda que gran parte de aquella ración la guardaría y a la salida la compartiría con el niño. Tomó los cubiertos y se dispuso a degustar aquellos manjares que bien sabía, los merecía con creces. Al probar el primer bocado descubrió que no tenía sabor, sólo alcanzaba a sentir su volumen dentro de la boca. Por más que forzaba sus papilas, ellas no entregaban respuesta. Aquellos apetitosos manjares ni siquiera tenían el gusto propio de los alimentos. Le colocó de todos los aliños que estaban delante del plato, aún así, nada consiguió.
-¡Mozo, por favor! Dígame ¿por qué esta comida no tiene sabor?- Le he colocado todo tipo de condimentos y no siento absolutamente nada. Pienso que me sentiré mal si me la trago.
El mozo le respondió: – Perdone usted, padre, pero se nos acabó un condimento muy importante y debimos prescindir de él en su cena. Se lo puedo asegurar que mañana, víspera de Navidad, nuevamente nos llegará.-
Intrigado Gabriel le preguntó: – ¿Y cuál podría ser ese condimento mágico?
– ¿Qué raro que usted no lo sepa padre?
-¡Lo lamento, pero no lo sé!, ni se me ocurre qué podría ser. Le contestó,  agregando – Le  agradecería si usted me lo dice.  
El mozo con cara de circunstancias le respondió. -Se llama Esperanza, padre, y es aquel que se nos acaba más rápido”.
Iba a responder, cuando de pronto sonó el despertador y el sueño se interrumpió.

Esa noche de Navidad, a los niños en grave estado se les veía más abatidos que nunca, a veces  cruzaban una que otra palabra forzados por las enfermeras. De pronto, vieron aparecer a un barbado anciano vestido de rojo, con una gran bolsa en la espalda y que reía con un Jo, Jo, Jo contagioso. Verlo e incorporarse dentro de las dolorosas posibilidades de cada uno, fueron una sola cosa. Luisín gritó a  los otros niños.
Amigos, yo les había dicho!, el padre Gabo es Santa Claus. Estaba seguro que esta noche vendría. - ¡Sí, lo sabía, yo lo sabía!, yo estaba seguro que se disfrazaba de padre y estaba siempre con nosotros.   
Gabriel se acercó donde el pequeño con los ojos húmedos y le dijo. – Dime Luisín, qué quieres como regalo de Navidad.  
El niño sin pensarlo mucho contestó. –Santa, yo quiero un cuerpo nuevo… que esté sanito. Este que tengo, ya no me sirve… Y mis amigos también quieren lo mismo.
Gabriel miró al resto de los niños y todos asintieron con sus macilentas caritas, ahora alegres.  
Tragando lágrimas, les respondió –Bien, le diré al Niño Jesús que les conceda tal pedido, de momento les traje golosinas, de aquellas que pueden comer, con un saludo de María y José que se han quedado celebrando el cumpleaños de su hijo.  
Esa noche fue de verdadero jolgorio para los pequeños, no les cupo la menor duda que efectivamente era Santa Claus quien los había visitado, y a quien durante el resto del año, tenían a diario como el Padre Gabo.


Posteriormente, Gabriel despidió a cada uno de esos niños quienes fallecieron con una sonrisa en el rostro y, más de alguna de las madres de aquellos pequeños, pronto anunció una nueva maternidad. No quiso sacar ninguna conclusión, tan sólo había sucedido…
Talvez, un milagro de Nochebuena.


Ascensión Reyes-Chile/Diciembre de 2014

“LA NOCHEBUENA DE ENCARNACIÓN MENDOZA”

            Juan Emilio Bosch Gaviño, nació el 30 de junio de 1909 en la República Dominicana, falleció el 1 de noviembre del 2001. Hijo de padre español y madre portorriqueña. Cuentista, ensayista, novelista, narrador, historiador, educador y político. Bosch, fue el primer presidente de la República Dominicana, elegido democráticamente mediante el sufragio secreto y universal para un período de cuatro años, su gobierno resultó efímero tras ser derrocado casi siete meses después de asumir la presidencia. Fue el líder de la oposición dominicana en el exilio, contra el régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo durante más de 25 años. A Juan Bosch se le considera uno de los escritores más preclaros de Latinoamérica destacándose en el cuento.
Encarnación Mendoza, se convierte en prófugo de la policía al escapar de la prisión en la que está encarcelado, desde hace bastante tiempo, por haber asesinado al cabo Pomarés. Corre el riesgo con la intensión de visitar a su hijo pequeño en Nochebuena. Su ruta de escape es un cañaveral.
Su mujer, trabaja lavando ropa y vendiendo gallinas. Ese día envía a Mundito, su hijo,  de compras por el sector del cañaveral. De camino, el pequeño decide ir al otro pueblo a visitar a Azabache,  un perrito en quien ha depositado su cariño.
Encarnación, pensando que podrían andar en su búsqueda, al sentir voces se hace el dormido. Mundito, tras su perro lo descubre, y piensa que el hombre tendido en el pasto está muerto y llega a la bodega contando su descubrimiento. En el lugar está el Sargento Rey, quien puso mucho interés en lo que contaba el niño y va con su gente hacia el cañaveral.
Producto de un impulso irrefrenable, Encarnación, desea ver a los suyos. Pensando que el niño lo confundiría con un peón dormido, decide seguir descansando.
De nuevo escucha voces y decide alejarse del lugar. Al revisar todo el sector piensan que el niño miente. Mundito, regresa a su casa llorando por el lío en que cree haberse metido por contar lo que vio.
Encarnación, pudo seguir oculto entre las cañas pero finalmente decidió correr, los policías lo reconocieron y fueron en su persecución.

Este cuento encierra una gran tensión emocional al enfrentar los sentimientos de un padre por ver a su mujer e hijo, en una fecha tan especial, arriesgando su vida, al evadirse de la cárcel, contraponiendo el total desconocimiento del pequeño hacia su progenitor.
El tiempo narrativo es breve y el argumento es altamente dramático, develando el sino trágico de Encarnación Mendoza que en Nochebuena se cumple inexorablemente.

Rolando Revagliatti-Argentina/Diciembre de 2014






Marcelo Juan Valenti: sus respuestas y poemas

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti



Marcelo Juan Valenti nació el  18 de   febrero de 1966, en Rosario (ciudad en la que reside), provincia de Santa Fe, la Argentina. En 1998 publicó la novela “Paralelo protervia”, en co-autoría con María Luisa Siciliani. Sus libros de cuentos son “Una langosta en la casa invisible”, 1999; “Ojalá Jane Fonda nos ilumine”, 2011, año en el que también aparece su nouvelle “Invernadero”.  En 2003 publicó “Caballo bifronte”, prosa poética en co-autoría con Susana Rozas. Entre 2002 y 2014 fueron socializándose los poemarios “Presagio de la reina ciega”, “Juego de abadesas”, “Jardín espejo” y “Espejo jardín” (ambos volúmenes en 2010), “Después de la orgía, el canibalismo”.  Ha sido co-fundador del grupo literario “La Torre de Papel”. La Editorial La Espada Rota (Caracas, Venezuela) publicó la carpeta “El cálido paisaje del agua”, una recopilación de sus poemas. Entre otras, integró la antología “Animales distintos”  (Muestra de escritores argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas), con selección, presentación y notas de Ana Franco Ortuño, Antonio Portela, Benjamín Barajas y coordinación de Juan Carlos H. Vera (en México, 2008), “Tercer concurso anual de poesía y cuento Macedonio” (1996), “Anuario de cuentos breves ‘92” (Ediciones ImagenArte, 1993), “El primer siglo” (Premio literario “Tierras Planas”, 1992), “La vuelta al mundo en un poema 2003” (Ediciones La Guillotina, Buenos Aires, 2003), “Selección de cuentos certámenes Alcides Greca” (Editorial Municipal de Rosario, 1993), “Cuentistas rosarinos” (Concurso de cuento 1998, U. N. R. Universidad Nacional de Rosario Editora, 1999).  Durante los primeros años del siglo participó del movimiento mail artista  (arte correo).  Poemas suyos fueron traducidos al catalán por Pere Bessó y al portugués por Antonio Miranda. Fue co-organizador de ciclos literarios públicos: en 2000, “Lecturas en la AZ93”, con Héctor Roberto Paruzzo y Pablo Solomonoff,  y en 2004, “Homenajearte”, con Raúl Astorga. Sus textos fueron ampliamente difundidos en revistas soportes papel (…“Apofántica” de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, “Palabras Escritas” de Asunción, Paraguay, “Cultura de Veracruz” de Veracruz, México…) así como en la Red: …  www.agora127.com , http://poetassigloveintiuno.blogspot.com.ar/ , http://poesiadelmondongo.blogspot.com









          1 – Cuando contactamos por primera vez, Marcelo, vos integrabas el grupo literario “La Torre de Papel”. Comenzaría preguntándote por los objetivos de aquel grupo, qué otros escritores lo conformaban, qué publicaciones llegaron a socializar.

          MJV – La pertenencia a "La Torre de Papel" no ha caducado, yo la siento perpetua. El germen fue un taller literario al que asistí entre 1989 y 1992. Espacio lúdico de creación, contención y aprendizaje. Sobre fines de 1990 surgió la inquietud de vehiculizar nuestros trabajos hacia el exterior del grupo, hacia el territorio de la lectura exógena. Barajamos nombres posibles, que decantaron en la Revista "La Torre de Papel". En un primer lapso publicamos sólo textos nuestros, pero luego nos abrimos a la participación de otros autores que nos iban conociendo. Con generosidad, autores que ya tenían mucha trayectoria, como Angélica Gorodischer y Roberto Fontanarrosa, autorizaron la aparición de sus escritos en nuestra querida revista, que fue creciendo hasta su última aparición en 1994.
          Dentro del grupo se generó un mundo propio de complicidades y aventuras, que rebasaron el espacio de taller o el proyecto editorial. A lo largo de estos veinticinco años de historia, nos hemos acompañado en distintos emprendimientos (entre ellos, ciclos de lecturas y realización de cortos en video) y en la vida. Algunos integrantes mantenemos la tradición del encuentro semanal. Con idas y venidas, pasaron por “La Torre de Papel”: Raúl Astorga, Omar Carrizo, Nora Fracchia, Claudio Gershanik, Beatriz Leguizamón, Susana Sarmiento, Ana Isabel San Román, María Luisa Siciliani...y yo.





          2 – Estoy persuadido de que muchos de nuestros lectores no tendrán una representación acabada de lo que significó, y acaso significa todavía, el arte correo, por lo que me parece oportuno que te explayes sobre el tema, y que nos trasmitas ahora, ya distante de aquella práctica, cómo evaluás tu paso como mail artista.

          MJV – ¡El Arte Correo!  Es hablar de diez años de  una experiencia extraordinaria.
Le debo su descubrimiento a la artista plástica Delia María López Zamora, que participó en una convocatoria que se expuso en Rosario. La mecánica básica consiste en la propuesta de un tema y la indicación de las características que deben observar las respuestas (medidas, volumen, técnicas). La convocatoria se difunde y cada persona (sea artista o no) que se sienta interrogado, provocado o comprometido, puede aportar su trabajo que se envía por correo. Se presupone que quien organiza debe enviar algún tipo de documentación a los participantes y exponer las obras. La primera participación de la que obtuve respuesta, fue una que tenía como tema "2000: Año Mundial de las Matemáticas". Cuando ya la había olvidado, recibí desde Italia un sobre con el suntuoso catálogo de la muestra: “2000: Anno Mondiale della Matematica”, Castel S. Pietro T. Que me lo hubieran enviado ya era todo un detalle. Imaginate lo que fue hallar mi trabajo en sus páginas.
          Obras mías aparecen en los siguientes catálogos: en 2001 integré, también en Italia, “L ‘Utopia” en Vicenza, y “Exit” en Bologna; en 2001-2002 en Lieja, Bélgica, “Anges Dévastés”; en 2002, “40 Years of Mail Art”, Castel S. Pietro T.; en 2005 la muestra “¿Hambre en el País del Trigo?”; en 2008, “Le Cheval”, Argentina-Francia. A lo largo de diez años jugué en ese espacio creativo, abierto a artistas y a entusiastas. Revaloricé experimentaciones que ya no destinaba a una destrucción inmediata, porque habían encontrado un sentido. Exploré el collage hasta que llegué a los límites de lo que podía expresar. Por entonces , las carreteras del Arte Correo habían virado hacia las participaciones por e-mail. Di esa etapa por concluida...en muy buenos términos.





           3 – Es excepcional que se consolide la escritura de una novela en colaboración con otro escritor –en tu caso, con la narradora María Luisa Siciliani, también de Rosario, en casa de la cual estuve hace muchos años-. ¿Cómo la tramaron, cómo la gestaron, qué operatividad establecieron? ¿De qué trata “Paralelo protervia”?

          MJV – “La Torre de Papel” fue la cuna del primer libro que publiqué. En el verano de 1994, el grupo había pasado un día de campo, al que María Luisa Siciliani se sumó cuando promediaba la tarde, con una proposición: escribir una novela de a dos.
Tenía el tema: la amistad de una mujer y un hombre a lo largo de casi cuarenta años. Vaivenes, fracasos, desilusiones, extravíos, bajo un arco histórico  extendido entre el primer peronismo y el final del llamado Proceso de Reorganización Nacional. María Luisa tenía también el punto de partida: la muerte de la protagonista como disparador de la mención a las cartas que le ha escrito a su amigo (en la que se cifra su vida) y una serie de puntos por los que debía pasar la narración. El planteo era construir puentes entre esos puntos. Descubrimos después la necesidad de encontrar la "voz" de cada personaje, para que ambos pudiéramos tomar la escritura desde las distintas perspectivas. Creo que uno de los logros de la novela es haber creado un texto donde no se notan los cambios de mano. Todos nos preguntaban quien había escrito qué. Los que conocían nuestros trabajos individuales, estaban confundidos. A veces, la duda autoral la teníamos nosotros: a ese punto se amalgamó nuestra escritura. Superar las barreras (¿aparentes?) de género, edad, formación, experiencias vitales, estilo, fue, sin duda, un reto maravilloso. Nos presentamos a uno de los concursos "importantes" con el seudónimo M-lavaq (a partir de nuestras iniciales comunes, y lavaq... en referencia al campo). No obtuvimos el premio, pero el libro existía. Lo publicamos en 1998, con la Editorial Ciudad Gótica. Fue el primero para los dos.






          4 – Otra obra has concebido en colaboración, después, con otra escritora santafesina, Susana Rozas, de prosa poética. Te transfiero los mismos interrogantes formulados en mi intervención anterior, Marcelo.

          MJV - Conocí a Susana Rozas en el año 2000. Junto a María del Carmen Reyes, fuimos jurados del tradicional concurso de poesía de la santafecina localidad de Acebal, el "José Pedroni". De inmediato surgió una fructífera amistad. Repetición del ciclo: por segunda vez recibí la invitación a forjar un texto a cuatro manos.
          "Caballo Bifronte" es una nouvelle poética, categoría que implica un cruce, un rompimiento de categorías. Fue crear y jugar. Los límites argumentales eran más laxos que en mi anterior experiencia. Esa temporada resultó una excursión al desenfreno del lenguaje, una explosión del vocabulario. El punto de convergencia con "Paralelo Protervia" fue la necesidad de un tono común, de un tercer lenguaje que no era el de nuestros registros individuales.





          5 – Acabo de releer “Espejo jardín” (tapa y contratapa de fondo negro y letras blancas) y “Jardín espejo” (tapa y contratapa de fondo blanco y letras negras), aquellos poemarios que fueran editados simultáneamente y en los que no hay ninguna referencia en cada uno respecto de la existencia del otro. Además de carecer de títulos los 37 poemas de cada volumen, impresos en la cara impar de la hoja, los que no exceden la dimensión de las páginas, no constan índices ni números de páginas, ni llevan prólogo o epílogo. Y un par de poemas son el mismo texto duplicado en el mismo orden en cada volumen. En 2010 leí de corrido un poemario y después el otro, pero ahora, en cambio, leí el primer poema de un volumen y el primer poema del otro, y así sucesivamente. Y me resultó tan gratificante esta segunda incursión mía en tu propuesta, que me llevó mientras sucedía, a decirme que si yo hubiese sido el autor, simplemente la hubiera ofrecido como un solo poemario –“Espejo jardín – Jardín espejo”-, donde el lector en página par hallara por ejemplo, “Mi padre me devoró / aunque / no tenía hambre.”, y en página impar diera con “Mi padre no deseó devorarme. Y sé / que tenía hambre.” Me gustaría, Marcelo, que nos contaras cómo urdiste estas obras y las concretaste. Y que te refieras a tus decisiones concernientes a la plasmación gráfica.

          MJV  -  Susana Rozas me había hablado sobre un cuento de Juan Carlos Onetti, que era el negativo de otro de Faulkner, como un homenaje por oposición: ese fue el germen de estos libros: la construcción de poemas sobre los que se proyectaran textos que los negaran.
No se trató de una serie completamente original y otra, su mero espejo. Avanzadas ambas, los nuevos poemas nacían como continuación de una o de otra. El resultado fueron estos libros autónomos, pero enriquecidos por ese reflejo en el otro. En forma mutua, se abrillantan y se anulan. Salvo rara vez, nunca pongo título a mis poemas. La falta de numeración de las páginas...: un descuido de impresión. La idea fue ofrecerlos en forma conjunta, pero una fantasía subyacente señalaba que los pares podían separarse. Y de hecho, ha sucedido en varias oportunidades. No deja de titilar la ilusión de que, como en el mito de las esferas, ambas mitades se reencuentren, recuperen su abrazo... y sorprendan al lector. Dicen los artesanos orientales que la perfección no es de este mundo. E incluyen adrede un error en  el tejido de alfombras y tapices. Viví la experiencia de la incompletud frente a dos poemas que me parecieron irreversibles, pero que nacidos de la energía que originaron, debían ser incluidos.
          El trabajo de tapa  obligaba a un respeto de la trama urdida entre ambos poemarios. Me pareció que el dibujo del artista holandés M. C. Escher tenía el grado hipnótico apropiado. Revertir blancos y negros de la misma imagen, resolvió la continuidad del juego.
          La presentación pública fue también un juego de espejos. Las poetas Marta Ortíz y Antonia Taleti, convocadas por separado, ignoraban quien era la otra persona que iba a presentar (aunque sabían que habría alguien más, no mencionado) y recibieron, cada una, uno de los libros. Luego hice una reunión con ambas, en la que les entregué el que completaba el par. Para la presentación, vestí la mesa con un mantel mitad negro, mitad blanco.






          6 – En los setenta algunos supimos que Jacques Lacan había dicho: “…sería bueno interrogar a los poetas para saber algo acerca del deseo. En efecto, el poeta da testimonio de una relación profunda del deseo con el lenguaje, al mismo tiempo que demuestra –lo que el analista no debe olvidar- hasta qué punto esa relación poética con el deseo se ve siempre dificultada cuando se trata de la pintura de su objeto: así la llamada poesía metafísica (léase ‘The extasie’, de John Donne) evoca mucho mejor el deseo que la poesía figurativa, que pretende representarlo.” Por un lado, Marcelo, te invito a que aportes alguna reflexión o asociación sobre lo que Lacan despliega. Y por otro, que vincules lo que te vaya surgiendo con tu poética, con lo que has ido encontrando, re-encontrando, desencontrando…

          MJV - Involuntarios fugitivos de un vacío fundante, ferozmente impelidos hacia una búsqueda sin pausa, siempre insatisfecha, nuestro destino se teje entre el deseo y el lenguaje. Marcha metonímica bajo un cielo constelado de metáforas. ¿Estallará, floreciente, en la letra, esa metáfora epifánica, que vemos tan alta, que no alcanzamos con las manos?
La incógnita, la urgencia, nos mueven hacia ese objeto que alcanzado, no se transforma en estatua de sal a causa de una mirada tan indiscreta como inverosímil, si no que se desvanece, para materializarse, con trucos de Fata Morgana, en un punto cercano a un nuevo horizonte. El poema que busco escribir está siempre un paso más allá de la última línea de verso, con resonancia de cristal y voluptuosidad de terciopelo, llamándome. El objeto es siempre parcial, incompleto, perfectible.




          7 – Ha sido a través tuyo –y no sólo por la entrevista que le concediste al poeta Daniel H. Grad y que está subida en YouTube- que registré la existencia del vocablo “BookCrossing”. Y fue cuando eché un vistazo en Wikipedia y sobrevolé la proposición de Ron Hornbaker, cuando me enteré de que promovió controversia y variantes. Puesto que estarás interiorizado de sus alcances, y sos o has sido participante de ese movimiento, te propongo que nos trasmitas en qué consiste.

          MJV – Ron Hornbaker lo ideó en 2001. Básicamente, hay que abrir un perfil en www.bookcrossing.com , que habilita a cargar título, autor, género de un libro, al que le otorga un código similar a los de las bibliotecas.  Este número y algunas instrucciones de uso (hay etiquetas que se pueden imprimir) se indican en la primera página del libro. Entonces pueden suceder dos cosas: que el libro quede en un espacio público y alguien lo encuentre (y lo reporte) o que el libro se intercambie en las reuniones de grupos que se han establecido en distintas ciudades. Cada uno de sus lectores puede hacer comentarios, que le llegarán a todos los que lo han leído. Hornbaker promovió BookCrossing como algo local, pero pronto ganó carácter universal. Se han organizado grupos, convenciones nacionales e internacionales, envío de ejemplares por correo, retos de lectura, páginas espejo... Las posibilidades son enormes, las gratificaciones también.
          Te comento que "Ojalá Jane Fonda nos ilumine" reúne dos cuentos. Uno de ellos re- trabajado, el otro escrito especialmente porque toca el tema de BookCrossing. Lo edité para repartirlo en el III Encuentro Nacional Argentino. Todos los ejemplares tienen el mismo código, para unir las diversas lecturas que se fueran produciendo. La tirada fue superior a los asistentes, así que luego lo seguí ofreciendo a los que no pudieron participar y a personas de otros países.







          8 - ¿De qué tipo de familia provenís? ¿Qué se ha mantenido en vos a lo largo de las etapas?

          MJV – Provengo de una familia trabajadora, sencilla, donde los bienes culturales eran respetados, pero en la que no se esperaba un hijo lector fervoroso, y mucho menos escritor.  Supongo que no fui un hijo convencional,  pero no torcieron ese destino.
Algo en común guardan la niñez, la adolescencia... y la actualidad: el exceso de imaginación, la sed de libros, el vuelo rasante de historias en torno a mi cabeza.





          9 - ¿Cómo te llevás con el cuento, con la novela de corte policial? ¿Y cómo con la ciencia-ficción?

          MJV Inauguré la adolescencia con una lectura abundante de obras de ciencia ficción. Lo que más me atraía era esa variada invención de formas de vida y cultura. El escritor que rescato por encima de todos, es al exquisito polaco Stanislaw Lem.
Por aquel entonces frecuenté el policial, pero menos. Aunque el policial me acompaña aún hoy (pese a cierto agotamiento, quizás debido a que el culpable siempre es otro que el que pienso, jajajajaja). En cambio, es muy raro que hoy lea un libro de sci-fi.




          10 – En narrativa, ¿qué tipo de asuntos no alcanzan a involucrarte? ¿Sos lector de dramaturgia?

          MJV – Bueno, no logra capturarme la novela histórica. La elección de qué leer es un misterio. Los resultados a partir de una reseña o una contratapa, pueden arrojar desde una sorpresa absoluta a una desilusión total. Leí dramaturgia de joven, en una época en que asistir al teatro, por distintas razones, no estaba a mi alcance; luego, he preferido las representaciones. ¿Un autor?:  Ionesco... pese a que pretendí releerlo y no resultó.





          11 - Que peor que la muerte es el envejecimiento, no soy el primero que así lo considera. ¿Estás de acuerdo?

          MJV Trato de no pensar en el tema de la edad. A veces me digo: -Ya tengo 48 años. Casi de inmediato agrego: -¿Y?






          12 - Si te hubiera tocado ser portador de un nombre o apellido que nombrara un color, ¿cuál te parece que te hubiera gustado o incomodado menos? ¿En que deporte hubieras preferido destacarte? ¿A qué sos o has sido aficionado? ¿Qué te promueve el concepto de “posteridad”?

          MJV –  Lo del apellido cromático me ha causado mucha gracia. Azul no estaría nada mal.
          Los deportes NO existen para mí. No me entusiasman, no los entiendo, no me convocan.
          Mis aficiones siempre giraron en torno a leer y escribir. El intercambio de correspondencia es un ejemplo.
          Posteridad: ese dilatado futuro en que seremos un recuerdo, en el que habrá discretos vestigios de los que hemos sido.





          13 – Tu último poemario está en estos días presentándose en sociedad: ¿nos acercás a “Después de la orgía, el canibalismo”?

          MJV -  "Después de la orgía, el canibalismo", reúne poemas escritos entre 2005 y 2010, oralmente compartidos en ciclos de lectura o dispersos en publicaciones virtuales. Quería que conformaran un libro, darle la instancia de palabra impresa, de... ¿posteridad?




*




Marcelo Juan Valenti selecciona para esta entrevista, en 2014, seis poemas de su autoría:




A la más vieja,
a la que sólo sabía reír,
nadie le advirtió
de las premoniciones
del último zafiro.
Que un bosque 
puede avanzar hasta las murallas
de un castillo maldito.
Que cielo y mar
volverían a confundirse.
Que los espejos 
mienten.
Que el escozor nacarado de la noche
envenena el verano.
Nadie se lo dijo
y ella murió sin saberlo.
Después
fue la irreparable
tempestad.


                                                                                                                      ("Presagio de la reina ciega", 2002)


*

Partenogénesis de las vírgenes.
En las vetas
de la sangre castrada
por el lejano coito de los ángeles,
se acurrucan
peligrosos cuentos de viajeros.
Todo brilla
con inquietud de mercurio
en cajitas de plata.
Depravación del ícono:
la cabellera es una ofrenda perfectible.


                                                                                                                                       ("Juego de abadesas", 2005)

*

Mi padre no deseó devorarme. Y sé
que tenía hambre.
No obstante, él
se quedó observándome junto al fuego, como
si yo fuera
el cachorro de una especie indigerible.


                                                                                                                                                     ("Jardín Espejo", 2010)

*

Mi padre me devoró,
aunque
no tenía hambre.
Se apartó
del fuego,
y sin mirarme, me percibió
como el cachorro de una especie apetecible.


                                                                                                                                                      ("Espejo Jardín”, 2010)

*

El amor
entre orquídeas vestidas de organza
es un misterio
que mira
las certidumbres
del mar.
Y su  clímax
de pétalos devorados
llueve
sobre la mirada atónita
de cebúes poco asertivos,
ignorantes de su giba,
fieles custodios
de una divinidad
pasiva y acuosa.
Los acantilados de honor
se perfuman
con los bisbiseos
del goce.


                                                                                                                        ("Después de la orgía, el canibalismo", 2014)

*


El viaje
podría haber sido perpetuo.
Pero han seleccionado
cada baldosa
por su rugosidad y matices,
el corredor
impecable.
Flanqueando la puerta de madera de cedro,
dos jarrones azules
se atosigan
de crisantemos.
Las hojas se abren.
Sería imperdonable defraudar su sonrisa.
Confío en sus manos
todos mis secretos,
menos el que reservo para la noche del festejo.
Algo oscuro titila.
Su taco,
certero,
es más ágil que mi intención.
Me mira como diciendo
que no pasa nada,
que el mal sueño se esfuma
como el vapor del café
que nos aguarda.
Un círculo se cierra,
incluyéndonos.



                                                                                                                  ("Después de la orgía, el canibalismo", 2014)



***

Entrevista realizada a través del correo electrónico: Ciudades de Rosario y Buenos Aires, distantes entre sí unos 300 kilómetros, Marcelo Juan Valenti y R. R., 2014.