jueves, 22 de octubre de 2015

Héctor Labonia-Miramar, Argentina/Octubre de 2015






 ALFONSINA

 
Fue caminando lentamente;
pisaba muy suave la hierba
que la acercaba al acantilado,
y se asomó en su borde.
Miró lánguida hacia abajo,
vio la masa de agua
que llegaba rutinaria,
con olas de blanca cresta.
Nada fuera de lo común.
Quedó absorta un momento,
cerró los ojos ,se nubló la mente,
y luego su cuerpo atravesó
el abismo que la separaba
del frío mar que la esperaba,
el cual se abrió al recibirla…
y se abrazó a él… hasta morir.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Nélida Vschebor-Argentina/Octubre de 2015



LA JAULITA


                                                                 
Se vio rodeada de flores.  Gardenias, rosas, dalias, petunias, begonias, lilas, claveles, violetas.  Sentía el perfume que horadaba sus sienes, y gozaba rozándolas al pasar.
La noche, la luz de la luna, era el emblema de ese encanto. Así disfrutaba un día tras otro.
Pero sucede que sobre la pared que no daba a los pimpollos apareció una preciosa y pequeña jaulita. Tan pequeña que parecía de juguete.
Permaneció varias jornadas con su puertita abierta. Cuando ya había dejado de observarla, se produjo un ruido suave seguido de un aletear, para terminar en un silencio penetrante.
Entonces corrió a ver que pasaba. Y  vio a un hermoso pajarito amarillo dentro de ella, mientras la puertita quedó cerrada. Al observar la desesperación del ave pensó en cómo liberarlo.
Se subió a una silla cercana a la pared y trató infructuosamente de   abrirla. Con tanto movimiento la jaulita terminó cayendo. Desparramado en el suelo su habitante no daba señales de vida.

De pronto apareció Romina, quien escoba en mano trataba de alcanzarla- Mientras la golpeaba gritaba: Gata del demonio, mira lo que hiciste.
Hoy deambula por esas calles grises y oscuras, recordando el aroma de las flores y preguntándose De qué me sirvió el ser tan fiel?





Federico Skliar-Argentian/Octubre de 2015



Luca  Prodan homenaje
En  cada  pared cercana  pintado  en aerosol, 
ahí  va  la leyenda  urbana  de quien  fuera un  transgresor,
luca  era italiano y  a  la argentina llego, 
rompiendo los  moldes viejos  regalando  rock  and  roll,
vestia  desprolijo  y sucio solia andar, 
y  siempre  en el  escenario todo  sabia dejar 
polémico y coeherente  con una  forma  de pensar, 
nunca hacer  hits seria  su  moda musical,
sencillo  en cada letra  solia  criticar, 
a  cada  músico  viejo de nuestro rock nacional, 
y  viviendo en el abasto  la  ginebra  lo  mato, 
en  diciembre  de  mil  nueve  ochenta y siete  el sueño  termino, 
sumo  marco  un antes y un después,
  luca  ante  todo se revelo, 
marcando  el  camino  exacto  de nunca  ser del  monton.

Luis Tulio Siburu-Argentina/Octubre de 2015



Usted no sabe que vos me lo contaste

La siesta se despereza sobre la hirviente acera de San Juan. Cuarenta y dos grados insoportables presagian la llegada del viento Zonda. Junto a la puerta del bar aledaño a la esquina de España y Pedro Echagüe, frente al Mercado Artesanal, digo basta y entro a refrescarme la garganta, cara y muñecas. El calor me oprime la cabeza y me trae  alucinaciones…

En una mesa veo a dos Domingos, pero no al ocioso día de la semana en duplicado si no a dos hombres de carne y hueso. El viejo maestro Domingo Faustino Sarmiento y a su lado mi amigo escritor Domingo Acuña, autor de “El terremoto de San Juan en 1944 y sus huérfanos”. Me acerco despacio, meditando como entrar en conversación con una figura ilustre y respetada que justo  hoy vino desde la historia y otra querida que se escapó del olvido, quizás para que siempre los recuerde a ambos. Me paro frente a ellos, los miro casi a un mismo tiempo y murmuro…

- Usted no sabe Sarmiento que vos Acuña me lo contaste. Aquello de doña Paula Albarracín y sus esfuerzos de madre para que a su hijo no le faltara nada en la casa de la higuera,  que hoy es el museo histórico de la calle San Martín. Por eso  Maestro, se preguntará de donde yo sé tanto de su vida. Y lo que pasa es que este muchacho que tiene a su lado y que conozco hace unos años es un historiador de San Juan y frente a algún café que poco a poco se iba enfriando, una tarde parecida a ésta me fue relatando todo, de su nacimiento un 15 de febrero de 1811 hasta su muerte el 11 de septiembre de 1888, pasando por supuesto por la anécdota que a los cuatro años leía de corrido y que a los quince fundó una escuela y dictaba clases a alumnos que lo superaban en edad en San Francisco del Monte de Oro. Que fue escritor, periodista, sociólogo, educador empedernido, diplomático, gobernador y otras altas responsabilidades o respetables oficios que ya no me acuerdo en este momento, pero de lo que estoy seguro es que llegó a Presidente de la República…¿no es así? Vos Acuña, en todo caso ayudáme, que lo tenés claro porque investigaste acerca de Don Domingo. Yo sólo te escuché esa tarde y además leí tus libros y por supuesto me quedó bastante de los maestros de la primaria que hablaban de este hombre.

Al llegar a este punto, el canoso anciano de cabeza prominente, que con la mano derecha se apoyaba en un bastón pero se mantenía erguido gracias al brazo izquierdo que posaba sobre la mesa, a centímetros del vaso de la moderna Coca Cola light -  para evitar complicaciones de una incipiente insuficiencia cardíaca -  me miraba impávido, mientras Acuña abría los ojos desmesuradamente por cada dato que yo expresaba y que se suponía que él me había dado pero que quizás yo repetía con errores.

Lo miré fijo al gran sanjuanino y me dije para mis adentros que si le daba un segundo de resuello comenzaría a apabullarme con su inteligencia y don de la palabra, por lo que seguí hablando sin parar de su amor por Aurelia Vélez, del libro Facundo, del exilio en Chile, de las grandes discusiones sobre el destino del país, que mantenía por su carácter fuerte. No quise meterme con la niñez porque seguro me contaría aquello de que nunca supo bailar un trompo, rebotar la pelota, encumbrar un cometa…

Vos Acuña te tomaste dos cervezas heladas en menos de quince minutos, tal era la nerviosidad que te consumía, pero yo no tengo la culpa de que justo estuvieras sentado al lado del Maestro cuando a mí se me ocurrió delirar y acercarme a la mesa, es más, aún no entiendo bien por que milagro del túnel del tiempo estábamos allí los tres junto al sobrecito de Sucaryl para diabéticos. Vos y yo vaya y pase, somos contemporáneos, pero él… ¿ qué almanaque del siglo diecinueve lo trajo, de que  libro de Felipe Pigna se cayó una página, o acaso vino a convencer al mozo de que las ideas no se matan ? 

Disculpe Don Domingo que lo haya interrumpido, pero ocurre que – y esto ni siquiera me lo contó Acuña porque lo descubrí recorriendo su biografía – hay algo que usted no sabe a pesar de todo lo que conoce. En 1887 el doctor Lloveras,  le recomendó – por su enfermedad cardíaca -que se establezca en Paraguay dado que el clima lo favorecería, traslado que usted hizo. Mire como son las cosas. Ese médico que le diera tan buen consejo era el padre del compañero de estudios de medicina de mi papá en la Universidad de Córdoba. A Lloverita lo conocí siendo yo adolescente, quince años después de morir mi padre en el terremoto de ésta ciudad. Él me contó que lo habían puesto a estudiar junto a papá porque mi viejo era muy perseverante y querían que Lloverita se contagiase de Luis María…

Ahora los dejo a usted Maestro y a vos Acuña. Seguramente cuando traspase la puerta, los dos se irán diluyendo porque sólo fueron imaginación. Apenas quedarán sobre la mesa muestras materiales del presente, como la tradicional botellita vacía, un sobrecito de edulcorante roto y la tapitas metálicas de las Quilmes.

Vuelvo a la realidad contento de que en una encrucijada del tiempo o en el azar de una consigna de taller literario, la historia de los Siburu se haya cruzado tangencialmente con la de los Sarmiento y los Acuña. Muy, pero muy tangencialmente. Ellos fueron actores del San Juan con rica historia y amarga tragedia. Yo apenas fui espectador desde muy lejos.

Alicia Scordomaglia-Argentina/Octubre de 2015



MONÓLOGO DE LA ESTATUA DE CRISTOBAL COLÓN

Sobreviví  al bombardeo del 55; pero esto es el colmo…
Si Arnaldo,  gentil-hombre, que con tanta maestría me creó, estuviera aquí,   no habría soportado semejante afrenta… 
¡Desalmados! Atreverse a bajarme de mi pedestal y dejarme recostado aquí, como si fuera un  ignorante sin estirpe.
Me duele la espalda…Esta cama de madera y hierro, es incómoda…
Me preocupan mis vestidos.   En esta posición, se irán deteriorando con las lluvias, el viento y el sol abrazador de Buenos Aires, que no perdona… 
Algunos turistas me miran con asombro…
Dicen que fueron a Génova;  que visitaron el museo…
He pensado en volver a mi casa natal, pero eso no será posible por obvias razones…

He de ser sincero conmigo mismo.  Me estaba mareando, arriba de esa bendita columna.
Y esos grupos que habitan en el sur, allá abajo… Han agotado mi paciencia con tanta habladuría…
Extraño mi vida de navegante… La majestuosidad del mar; la inquietud por lo desconocido…No he sido hombre de quedarme quieto…

Es jueves. Integrantes de la colonia italiana, en este extraño paraje, han venido a protestar por mi situación.  
Están alterados. 
¡Por las barbas de Neptuno!  ¡Esas mujeres gritan como demonios!

¡Qué hermosa noche!  Con la gracia de Dios no han de llevarme a Mar del Plata… ¿Será un lugar peligroso?
Las gentes han dejado la plaza… Un poco de silencio…
El palacio rosado y yo, nos hacemos compañía…

Ana Romano-Argentina/Octubre de 2015



Siluetas


Una sombra de luz
obsoleta
Sale de tu mirada

Un alud de graznidos
felinos
Huyen de tu boca

Una palma
agitada
ampulosa
Pasea por tu brazo

Y la ausencia
de un destello
me acompaña

Dos especies:
solitarias
hambrientas
abrazan su destino.

Agustín Alfonso Rojas-Chile/Octubre de 2015



VIÑA, CIUDAD BELLA


 “El narrador posee el don de penetrar los recovecos invisibles del pensamiento humano”.
El Bus se desplaza a gran velocidad por la ruta 5 Norte con destino a Antofagasta. Son las 10:20. El matrimonio Coralillo-Flores, ocupan los asientos 18 y 19. Vuelven de las vacaciones que los llevaron a la V Región y a la Metropolitana. Él se había jubilado y con el desahucio ha querido agasajar a su esposa luego de 48 años de matrimonio; cuando los hijos ya han dejado el hogar.
El día se presenta fresco. La neblina costera insiste en ocupar la vía entre los Vilos y La Serena. El conductor, conocedor de la ruta, maneja alerta a las condiciones del tránsito. Aún quedan 1.100 kilómetros por recorrer. Hace un cálculo rápido, mira el tacómetro, 110 kilómetros por hora - Si hago la media a 100, estaré en Antofagasta a las 24:00. Un sentimiento de gozo siente en su corazón. Alejandrito, su hijo menor hoy cumple 12 años. Su madre le tiene preparada una fiesta para que no se olvide de sus padres. Espera arribar a casa a eso de las 24:00 horas y partir la torta que él dispuso para la ocasión.
El asiento 1 y 2 va sin ocupantes, están destinados  al descanso de los tripulantes que son tres: dos chóferes de relevo cada 5 horas y el auxiliar encargado de pasajeros.
En el 3 y 4 juguetean dos niños con un avioncito. Sus padres ocupan los asientos 7 y 8. Por primera vez viajan a Antofagasta en busca de mejores condiciones de vida. Se nota en sus rostros la preocupación y el sentimiento de alejamiento de Santiago, su ciudad natal. Sin embargo, creen que en su nuevo destino les irá mejor. El, trabajará en el taller mecánico de su hermano. Ella, buscará trabajo como telefonista o asistente en algún supermercado…
Las horas pasan, nuestro observador, luego se entretiene en escudriñar la mente de los 23 pasajeros que transporta el bus. Se detiene en la conversación del asiento 18 y 19 ocupado por el matrimonio Coralillo- Flores:
-Viejo ¡dame un beso!
-Pero Coty, hay tanta gente.
-¡Qué importa la gente! Dame un beso “Rinconada” - así llama a su media naranja – El pasa los dedos por su entrecana cabellera, la atrae hacia sí, posa sus labios suavemente en los de ella.
-¡Soy tan feliz!
-¿Por qué eres tan feliz, Cotita mía?
-El viaje se me hace corto recordando tantas cosas bonitas que hemos visto y visitado, sobre todo en Viña del Mar…
-Por algo le dicen “Ciudad Bella”       
-Sí, es cierto… Todo es bello: El paseo por La Playa de las Salinas, la Avenida Jorge Montt. El homenaje al Coronel Larraguibel, en 1949 campeón mundial de salto alto en su caballo “Huaso”, plasmado en ese inmenso monumento de bronce, ubicado en el centro de un amplio espejo de agua. El “Reloj de Sol” que yo desconocía. Los grandes edificios aledaños. El “Muelle Vergara” reliquia histórica de un pasado industrial de la ciudad. En una placa de bronce pude leer 1883, año de construcción y en 1885 entró en servicio. El palacio “Carrasco”. El palacio “Cousiño”. El castillo “Wulff”. La Plaza y la Quinta “Vergara. El Estadio “Sauzalito” con su laguna del mismo nombre, sus playas y canchas de tenis. El “Jardín Botánico”. En realidad, podría seguir enumerando 100 lugares más ¡Es realmente una Ciudad Bella!
     Donde quiero detenerme, es en el “Reloj de Flores” de Caleta Abarca. ¡Ese lugar si que es hermoso!, además ¿Recuerdas tú donde nos casamos?
            -Si, claro.
-¿Dónde fue?
-En la iglesia “Los Carmelitas” en la Avenida Libertad.
-¿Dónde me diste el primer beso, luego de la ceremonia? ¿Dónde posamos para las fotografías junto a tus papás y los míos?
-Sí, fue en el “Reloj de Flores”, lo recuerdo bien.  
-¿Y en qué fecha? – El hombre se encogió de hombros – ¡Pero Rinconada!, fue el 15 de Mayo de 1962, el mismo día que se dio inicio al Mundial de Fútbol en Chile. Viña del Mar fue una de las principales sedes. ¡Viejo!  Fue el mismo día de nuestro matrimonio.
Y ¿quieres que te cuente más? Conversamos con el señor que tuvo a su cargo la construcción y operación del sistema. Nos dijo su nombre, pero han transcurrido 48 años y no lo recuerdo pero sí, su conferencia.
-Cuéntame cariño, yo sólo tenía ojos y oídos para mirarte y escuchar tu voz, de puro enamorado que estaba.
-Me acuerdo como si fuera hoy: -“La estructura del Reloj se compone de un túnel de hormigón armado con salida a una sala de máquinas. El sistema es suizo, de marca D’HARLOGES con un reloj patrón H-14. Su mecanismo es impulsado por un control eléctrico accionado mediante pesas, lo que facilita su regulación. Los dos punteros y el minutero son de bronce y miden poco más de 3 metros cada uno…” Y en nuestra visita de la semana pasada aprendí algo más, el nuevo operador señaló que las flores que le dan su nombre, se renuevan cada tres meses y no deben exceder a 10 centímetros de altura por el movimiento de los punteros. Además, desde su inauguración no ha sufrido modificaciones…
     
Rinconada, acomoda la cabeza de su mujer en su hombro izquierdo, toma sus manos, besa su frente, y ambos se quedan dormidos…El Bus sigue devorando kilómetros al encuentro de su destino.




Ascensión Reyes (Cuento)-Chile/Octubre de 2015








MODELO PROFESIONAL


 
Ahí estaba esperándolo como todos los días, detrás del espejo de su botiquín, después de su baño matinal. Abrió la puertecilla y se encontró con la imagen maligna, adornando el hermoso envase de cristal dorado. La marca de aquel perfume era quien le había proporcionado, hasta ese momento, todo el éxito como modelo profesional de la afamada línea de cosméticos masculinos “Devil”.
     Esa mañana recordó al empresario con quién debió entrevistarse para firmar el contrato, él iba a ser el rostro y figura, exclusiva de aquella marca. La oficina estaba en el penthouse de un edificio de muchos pisos y desde ese lugar se dominaba toda la ciudad. Luego de pasar por cinco secretarias, en su mayoría atractivas y de figuras esculturales, se encontró ante un gran escritorio de ébano que presidía el recinto, con sillones forrados en cuero negro que al sentarse daba la impresión de hacerlo en una nube. Quien lo atendió, dijo ser el dueño de la empresa. Le pareció un sujeto extraño, muy alto, delgado, de cabello negro prolijamente peinado, de mirada penetrante y manos frías. De sus ojos no pudo recordar nada, porque en ese momento estaba más preocupado sobre las preguntas que el empresario le hacía, para concretar las condiciones del trabajo. Lo que sí pudo rememorar fue el influjo extraño que le hizo sentir la presencia del empresario.
     Las dotes físicas de Antonio, pronto anunciaron un resultado nunca esperado. Diarios y revistas publicaban su rostro o su figura promocionando la marca, en lociones, colonia, desodorantes y también artículos capilares. Debió asistir a entrevistas por la televisión y otros medios de comunicación, además de invitaciones a cada evento donde se luciera el glamour y la elegancia, tanto de hombres como de mujeres.
Antonio, sabía que estaba en la cima de su carrera como modelo profesional. Sin embargo, el asedio femenino y masculino de algunos importantes de la moda, lo tenían un poco complicado, porque captaba que esa vida totalmente dirigida, no la quería en su futuro. Ya estaba llegando a los treinta años y el tiempo pasaba tan raudo, que a ese paso, la marca Devil iba a ser la propietaria de su vida, hasta que no llegaran los deterioros propios de los años.
     Ese día quiso torcer la nariz a Devil. Burlando las reglas del contrato, se colocó otro perfume, uno que le había regalado, a manera de chanza, uno de los pocos amigos que podía conservar, dado el escaso tiempo que le dejaban sus actividades. Quería saber cuán valioso era Antonio como persona, o cuánto influía “Devil” en su éxito como modelo.
     En mitad del trayecto, su Audi deportivo acusó una falla mecánica. Debió bajarse para salir del paso y permitir el flujo vehicular que a esa hora era intenso. Felizmente moviendo algunos cables y apretando otros, logró hacerlo partir, no sin antes observar varias salpicaduras de grasa negra, las que habían dejado notorios lunares oscuros en su chaqueta deportiva. Su jefa, al verlo llegar en esas condiciones, le llamó la atención delante de todo el personal. Le pareció extraño que lo amonestara con frases tan severas, en circunstancia que siempre había sido cordial y atenta. Amargado por los incidentes que derivaron en esta situación, bajó la cabeza, descubriendo con horror que se había colocado calcetines de diferente color y en su armario no guardaba ninguno de repuesto.
     Con cara de pocos amigos, entró a su camarín, debía maquillarse para una toma, un nuevo spot publicitario lo esperaba. Empezaba a prepararse cuando unos golpecitos en la puerta, lo sacaron de su estado depresivo.
     -¡Adelante! – dijo al visitante que resultó ser un mensajero que portaba una cajita cuidadosamente envuelta.
- ¿Don Antonio Regis?
- Sí, con él.
- De su casa le envían ésto que dejó olvidado.
     Antonio, quedó totalmente confuso al abrirlo. Él vivía solo y nadie se había enterado de aquel olvido. Ahí estaba el frasco de colonia Devil, que debió usar como todos los días, y un par de calcetines de la mejor calidad.
Rápidamente salió a buscar al mensajero, pero éste se había evaporado, nadie lo vio cruzar por el largo pasillo.

Ascensión Reyes (Comentario libro)-Chile/Octubre de 2015



EL ALMA DE ROSETTA
De: Pablo Tello Rosales –CHILENO


Esta primera novela de Pablo Tello Rosales, habla de la originalidad y creatividad de su autor. Con ella coloca el pie en una puesta en escena literaria, en el género de Ciencia Ficción, en la que han destacado: Ray Bradbury, Isaac Asimov, George Orwell, Arthur Clarke y Aldoux Huxley, en el extranjero. En Chile: Elena Aldunate, Freddy Astorga, Jorge Baradit, Hugo Correa, Alejandro Jodorowsky, Pedro Sienna y Mike Wilson. Por lo anterior, se advierte que la especialidad tiene bastantes representantes, pero no tantos como otros géneros literarios.
     Este novel escritor, ya ha hecho sus primeras armas literarias en el género cuentos, y cuentos corporativos, que se refieren a historias dirigidas a tal o cual finalidad comercial.
     En este caso, El alma de Rosetta, lleva al lector a situarse en varios lugares diferentes de la tierra, Norte de Chile en la Cuarta Región, Puerto Espacial de Kourou en la Guayana Francesa y el Centro de Investigación Científico de la ciudad de Chongquin, situada en el Centro de China.
     El relato comienza cuando Pedro, un trabajador de la minería, va conduciendo por la carretera de regreso a su hogar, a disfrutar de una breve temporada con su familia, a disgusto de su jefe directo. De pronto, la fuerte lluvia impide que lo evite y choca con algo. Al bajarse de su vehículo, descubre que ha atropellado a un perro, un buen ejemplar de pastor alemán. Este hecho desencadena una serie de situaciones funestas que terminan, cuando el hombre sabe que su vida está por extinguirse y comprende que su cuerpo maltrecho quedará ahí, perdido en una quebrada profunda, tapado por el lodo producto de la intensa lluvia.
     Mientras en la Guayana Francesa están en el conteo del lanzamiento de la Zonda espacial, no tripulada, Rosetta, que tendrá como destino un cometa, con el fin de analizar el origen de la tierra. Al mismo tiempo, en China, en un Centro de Investigación, el científico Liang descubre que el sol ha emitido una cantidad considerable de neutrinos, producido por alguna fusión de su materia incandescente, viajando por el cosmos en cantidades anormales. Estas partículas de pequeñez infinitesimal, sólo son advertidas por instrumentos especializados y gran cantidad de ellas llegan a la tierra, siendo inadvertidas por los seres humanos.
     El lenguaje es claro, directo y aunque se produce una alternancia entre los diferentes prismas de la historia, para el lector es fácil seguir el hilo conductor, al igual que sus personajes bien identificados, y ajustados al lugar donde laboran y sus propios conflictos personales.
     Su buen ritmo permanente, permite que el lector tome esta novela cuantas veces sea necesario, hasta terminarla. Los ambientes, se pueden imaginar perfectamente, no sólo por la descripción del narrador, sino por los parlamentos de cada protagonista y la tensión producida por los avatares que sufre cada uno, la hace más ágil e interesante.
     Tiene los ingredientes que cada historia debe tener: amor, muerte y conflictos. En cuanto éste último ingrediente, que además de su originalidad y contingencia con el mundo actual, esta bastante bien documentado en cuanto a términos y descubrimientos científicos en el campo de la investigación sobre los orígenes de la tierra, y consigue dentro de la ficción una  verosimilitud real.
     Su final abierto, nos lleva a un descubrimiento, Pedro, no ha fallecido perdido en una abrupta quebrada de la carretera, porque algo de él sigue vivo en el cosmos infinito y logra comunicarse y despedirse de su esposa y del mundo físico en que vivió, hasta que un hecho casual, inesperado y trágico lo derivó a esta instancia.
     Una buena novela que dentro de una fantasía, da al lector la posibilidad de captar en forma de personajes y situaciones álgidas, una caracterización real. Incluso su final invita para que haya una continuación del tema y sepamos algo más de ese cosmos que mucho nos queda por conocer.
    


Ascensión Reyes (Poema)-Chile/Octubre de 2015




CUANDO MI CUERPO
 SEA POLVO
                                                                                                                                   

                                                                                                                                   
“Padre polvo que subes de España…”
                      César Vallejo.


Cuando la huella de mi pie
no deje rastro en el camino
iniciará mi cuerpo el lento peregrinar
hacia ese polvo que se unirá
con la tierra que nutre la vida.

Cuando mi respirar se haya
convertido en un suspiro
que se lleva la brisa.
la desintegración de mi yo
se convertirá en nube silenciosa
con recuerdos de pasado.

Cuando mi presencia
no se refleje en la luna de tu espejo
no seré linaje, ni herencia
tan sólo un puñado de arena
polvoroso y fugaz.


Rolando Revagliatti-Argentina/Octubre de 2015



Francisco Alberto Chiroleu: sus respuestas y poemas

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti



Francisco Alberto Chiroleu nació el 27 de marzo de 1950 en Rosario (ciudad en la que reside), provincia de Santa Fe, la Argentina. Es Maestro Normal Nacional, Maestro de Música, creativo publicitario, webmaster, fotógrafo, redactor independiente. Desde 1980 se desempeña como editor no lineal y soporte técnico en Canal 5 de la empresa Telefé. Es secretario de actas de SATSAID (Sindicato Argentino de Televisión) en la seccional de su ciudad. Entre 1971 y 1976 editó la revista “El Vidente Ciego” (nueve números). En esos años participó en diversas actividades culturales, así como en cuatro festivales de poesía en la ciudad de Villa Dolores, provincia de Córdoba. Fue jurado en concursos y disertante en mesas redondas articuladas a partir de temas afines al universo poético. En 1981-1982 coordinó la sección literaria de la publicación “Todo Río” y en 1982-1983  de “Lo Mejor de Rosario y su Gente”. Colaboró en diarios y revistas del país y del extranjero y parte de su quehacer se tradujo al italiano y al catalán. Participó en el  Dossier Roberto J. Santoro (Nº 20 de “El Colectivo”, Paraná, provincia de Entre Ríos, 2008). En 2003 su relato documental “Carrera contra el destino” fue seleccionado por el Movimiento Argentino de Documentalistas en el certamen “Rodolfo Walsh”, publicado en “Escritos documentales” en 2004 y presentado en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario (en ocasión del “Congreso de las Lenguas”). Es miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina y de la Asociación de Poetas Argentinos. En reconocimiento a su trayectoria, el 22 de noviembre de 2011 le fue otorgado por COSITMECOS (Confederación Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social de la República Argentina) el Premio “Alberto Olmedo”. En 1974 se edita el volumen antológico (1969-1974) “El reloj de humo”; dos años después su poemario “Memorias de la estación de las lluvias”; y en 2011, “Blues del desarmadero”.




          1 — Acaso pudiéramos comenzar este reportaje con tu trasmisión de cómo estuvo conformada tu familia nuclear, de qué visión tenés, Francisco, de tu niñez y adolescencia, de tu formación docente, de tus derivas laborales, de tus búsquedas artísticas, de tus logros y vicisitudes en las diversas áreas, de tus compromisos a través del tiempo, de tu actualidad.

          FCH — Bueno, podríamos decir que tres de mis abuelos eran piamonteses y el paterno, francés. Esa sensación de extranjeridad, de no estar ni aquí ni allá fue un poco la constante de la familia. Mis padres eran gente de “trabajo” que se desvivieron para que a mis dos hermanas y a mí no nos faltaran ni educación ni las cosas elementales. Siempre me incliné por lo técnico y electrónico, pero el mandato familiar prevaleció y terminé de maestro normal; y de piano, teoría y solfeo (como se decía en esa época): de hecho, estuve trabajando tres años de maestro de música en una escuela de extramuros. Comencé medicina y psicología pero no las seguí, siempre la vida planteaba alguna excusa. Paralelamente empezaba a desarrollar esa relación tan extraña con la palabra y con las imágenes que se esconden tras sus infinitas combinaciones. Es decir, leer todo lo que pasaba por mis manos y tratar de expresar un montón de ideas con lo escrito. Primero había conseguido un puesto en Sanidad Municipal, sección vacunas, donde estuve siete años. El sueldo era ínfimo, pero me permitía vivir la “bohemia” de esa época. De ahí salté a la etapa  de maestro, después fui cuentapropista y terminé hace mas de treinta años ingresando al actual trabajo. En honor a la verdad, ingresé como “creativo publicitario”. Puedo decir que viví del “verso” durante mucho tiempo, hasta que migré al área informática en la que me muevo bastante bien.
          En medio de todo esto estuvo el proyecto de “El Vidente Ciego” y el vendaval de un mundo que podría haber cambiado. El golpe cívico-militar de 1976 se encargó de eliminar todo atisbo de inteligencia. Cualquier persona que pensaba era peligrosa. Allí empezó una etapa de muertes, desapariciones y el exilio para otros, los mas afortunados. Otros padecimos el exilio interior… Desarticuló nuestra generación. Juan Carlos Higa, Santoro, Haroldo Conti entre otros colegas, fueron secuestrados y desaparecidos. Las derrotas se superan, los amigos perdidos, no…; para colmo, hace unos años me enteré de la muerte de Tito Gigli, otro entrañable —un poeta enorme—. A pesar de todo, con mi pequeño aporte siento que hice numerosos amigos (entre los que te cuento) con los que compartir esta tarea.
          En mi actual trabajo comencé a desarrollar una actividad sindical en la que hay un fuerte compromiso. Entre todas las actividades me hago un tiempo para lo que realmente me gusta —jugar con las palabras—, trabajar en la web, y a veces sigo buceando como antes en ese interminable viaje hasta el final de la noche.


          2 — Es consultando el volumen “30 años de revistas literarias argentinas” (1960-1989), cuyo autor es el fallecido investigador de estos temas, José M. Otero, que me entero de que, entre otros, se han difundido en “El Vidente Ciego” a María del Carmen Vitullo, Homero Manzi, Amaro Nay, Enrique D. Záttara, Fernando M. Martínez, Juan Carlos Higa y Eduardo A. Vergara.

          FCH — El proyecto del Vidente motivó que un grupo de jóvenes entusiastas nos reuniéramos a discutir y analizar poesía. Todos estábamos empezando. Fue una satisfacción que Záttara, Vedovaldi y Vitullo fueran colaboradores. No puedo dejar de mencionar al periodista Zoilo García Quiroga, que aportaba no sólo sus poemas sino su experiencia en los medios gráficos. Tito Gigli trasmitía su vasta cultura. También Rubén Sevlever, Alberto Luis Ponzo, Martha Isa y muchos más pasaron por nuestro proyecto. Sin olvidar el lado audiovisual: “El Vidente Ciego Cuenta” y “Aries la espalda llena de luces”, nuestro segundo proyecto en el cual nada menos que Daniel Querol interpretó los textos y que fue pasado durante bastante tiempo en “La Sala de Bolsillo”, además de la Galería “Meridiana” en tu ciudad —toda una aventura—. Combinábamos las presentaciones con poemas ilustrados, cantautores locales y hasta proyecciones de cine español de vanguardia.
          Estaban los viajes a los encuentros de escritores (Villa Dolores) y las participaciones
en los mismos. Presentamos en Rosario el último número de la Revista “Barrilete” con sus autores y todo en “La Pequeña Muestra” del poeta Armando Raúl Santillán, que siempre colaboraba con la “causa”. El artista plástico Aldo Ciccione (Chacal) nos acompañó en nuestra última etapa. Publicamos y difundimos cuatro libros  y numerosas plaquetas y separatas. Por un tema de costos la imprenta siempre estuvo lejana. Cuando pretendimos cambiar de soporte, ya el mundo se caía a pedazos y nosotros con él.
          La experiencia llegó un poco tarde, pero dicen que al hecho consumado nunca hay que negarlo. He notado con sorpresa que siempre hay gente que se acuerda cálidamente del Vidente, parece que tan malo no ha sido el intento. Celebro la mención en el estudio de Otero. La gente de la Revista “Amaru” también ha hecho lo propio en otro artículo.


          3 — Fuiste incluido en la antología “El verbo descerrajado”.

          FCH — En el año 2005, a través de www.poetasdelmundo.com recibí la noticia de que se estaba seleccionando material poético para apoyar la resistencia de un grupo de presos políticos chilenos, que había iniciado una huelga de hambre en la Cárcel de Alta Seguridad, pidiendo por su libertad. Eso había sucedido durante el primer gobierno democrático post Pinochet. Poetas del Mundo es otra de las experiencias que comparto; es un movimiento internacional que nuclea a numerosos “trabajadores de la palabra” alrededor de postulados universales como la paz, la libertad y el respeto entre los pueblos. El material fue publicado por  Ediciones Apostrophes en Santiago de Chile, compilado por Luis Arias Manzo. Una excelente edición. Por lo que sé la distribución fue un éxito, tuve que esperar una reedición para poder conseguir otros ejemplares. En estos momentos habría que pedirlo a la editorial o consultar a los sitios de venta on-line en internet que lo tengan. Participaron más de ochenta poetas de la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Nicaragua, España, Portugal, entre otros países. Desconozco si existe una versión en PDF.


          4 — “Carrera contra el destino”, relato documental: he aquí una obra que también estaría bueno que nos la “muestres”.

          FCH — Cuando en 1975 desapareció por primera vez Juan Carlos Higa, yo estaba a la sazón en tu ciudad, con Santoro, Humberto Costantini, Vicente Zito Lema, Conti, etc.: teníamos una reunión con gente de Cultura. Al pasar el tiempo y no encontrarlo, primó la solidaridad y se organizaron diversas búsquedas, hubo falsos datos, dinero dado a informantes… A mí me tocó ir con Haroldo es su auto hacia uno de esos supuestos contactos. Como él no veía bien o tenía la vista cansada, no recuerdo bien, me pedía que lo guiara. Imaginate la situación —un ciego guiando a otro ciego—, yo no conocía los lugares. Le informaba lo que veía, pero no sabía hacia donde íbamos y él me contaba de sus viajes y el río. Pero llegamos a buen puerto. Hubo después otros eventos, una mujer, golpes de la vida y un final triste. De eso se nutrió  “Carrera contra el destino”; se fue armando como antídoto contra el olvido. Y cuando el Movimiento de Documentalistas convocó en 2003 al “Primer Concurso Internacional de Escritos Documentales Rodolfo Walsh” y vi las bases, no lo dudé. Cuando empecé a darle forma salió casi de un tirón. Después vinieron las correcciones. Pero me gusta como quedó. “Escritos documentales” fue publicado en 2004 y allí figura junto a otros quince relatos finalistas. Nunca fue un “cuento”; es un relato documental, con sus verdades y sus ficciones, pero es mi pequeño homenaje a Haroldo Conti. De paso te cuento que siempre conservé como una reliquia un trozo de la carta escrita a máquina y firmada, en la que él me autorizaba a usar una cita de su cuento “Tristezas de la Otra Banda” para un epígrafe de uno de mis libros.


          5 — En “Preliminares de un juego canibalístico”, título del prólogo que el poeta santafesino Rubén Vedovaldi concibiera para tu último poemario, afirma: “Entro a estas páginas con las resistencias de quien tiene que ir a la morgue a reconocer cadáveres queridos.”  Para quienes no han entrado a esas páginas: ¿por qué Blues, por qué Desarmadero? ¿Por qué esas ilustraciones (técnicas mixtas) en tapa e interior creadas por Bruno Chiroleu? ¿Por qué una de las citas que constan en la página 5, tomada de “El siglo de las luces” de Alejo Carpentier, expresa que “Hay épocas hechas para diezmar los rebaños, confundir las lenguas y dispersar las tribus”?

          FCH — Cuando le encargué a mi hijo Bruno que me ilustrara el poema “Blues del Desarmadero”, no sabía que allí se iba a terminar de armar el libro. No le sugerí nada, tenía total independencia para desarrollar su trabajo. (Te aclaro que  hace tiempo que es historietista y tiene su propio proyecto editorial, “Términus”, que ya va por el quinto número). Cuando me mostró el resultado entendí que ésa sería la tapa del libro. El desarmadero puede ser la metáfora siniestra de un país que se devoró a lo mejor de su futuro. Sus hijos…. También el rebaño es eso, un grupo, una clase, una generación. Los que no pueden elegir. Los que no pueden levantar la cabeza y solo les queda aceptar una muerte o un escape a otro prado.
          El querido prologuista entró a las paginas del “Blues…” sabiendo que iba encontrar cadáveres. Su interpretación en perfecta: nadie quiere entrar a una morgue, pero alguien tiene que hacerlo, es de cristiano el cerrarle los ojos al compañero muerto y efectuar ese ritual —si se puede— del último saludo. El libro se fue gestando a través de los años de silencio; la selección final y los retoques obsesivos permitieron armar en menos de una semana el “muestrario de atrocidades”. Entiendo, soy conciente de que a mucha gente le molesta esa temática. Tengo la sensación de que hacen como que no saben de qué se habla, pero sí, se irritan y algo se les remueve en sus pequeños mundos de falso confort. Pero tenía que hacerlo. Por mis amigos, por el recuerdo de mis amigos, como testimonio de una época. Por el recuerdo de los ideales perdidos. Por todo eso.


          6 — ¿Tenés en lista de espera otros poemarios, o inéditos en algún otro género? ¿Y qué libros, o qué autores, tenés en lista de espera para ser leídos?

          FCH — Estoy embarcado en el proyecto de Libros Fractales que organiza  Rubén Eduardo Gómez en sus ediciones patagónicas de “Vela al Viento”. El mío sería el libro décimo segundo. Ya tengo casi todos los poemas y la duda es el armado temático. Estoy trabajando otros materiales con los cuales terminaría otro para este año. Y ando concluyendo una especie de novela policial, que como diría Reynaldo Sietecase, es un género que lo permite todo.
          Siempre he leído y leo en cualquier circunstancia. Me adapté a hacerlo desde la pantalla, lo que me da un margen extra. Aunque me fascina el sustrato “libro” y creo que moriré con él. Estoy leyendo el volumen tres de la correspondencia de Cortázar. Releyendo “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes, junto al  manual del Photoshop Cloud, un clásico de la gráfica. Y ahora me reencontré con “El lugar” de Mario Levrero.
En lista de espera por tercera vez, José Lezama Lima y su “Paradiso” y la edición bilingüe de la poesía completa de Walt Whitman.


          7 — ¿Qué es un poema?... ¿En qué consiste la vivencia poética?

          FCH — No sé si alguien lo dijo o lo imaginé…: “hacemos poesía por lo que nos falta”; siempre pensé de esa forma, desde el momento en que el mundo puede ordenarse mágicamente. Como que todo es posible dentro del poema, siempre por obra y gracia de la palabra. Es un cable a tierra donde no siempre lo que se dice es lo que se quiere decir. Aunque un verso mejora al otro, lo complementa, lo completa. Muchas veces he leído en público, tímidamente, un poema mío y de pronto los gestos humanos de los que escuchan me revelan que una imagen llegó, que ese instante que se congeló en el poema fue entendido. Que todavía se puede compartir algo, a pesar del tiempo.  Hay algunos que salieron “redondos”, se gestaron así y no se tocaron. Y gustan y ME gustan.


          8 — Es de un ensayo sobre poesía que sustraigo de un párrafo “la visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. ¿Cómo reordenarías a tu gusto, parcial o totalmente, esta serie? Y puede ser más de un reordenamiento.

          FCH — Las miniaturas, la visión, el bosque, el sacrificio, el sufrimiento, el desajuste, la ciudad, la danza, el azar, la autenticidad, el pensamiento, la lengua, la muerte.
          La ciudad, el bosque, las miniaturas, el azar, el desajuste, la visión, la danza, el sufrimiento, el pensamiento, la lengua, la autenticidad, la muerte.
          Estos elementos dan como para un relato breve: “En el bosque de las miniaturas, la única visión de la autenticidad era la muerte. El sacrificio en la ceremonia impedía el pensamiento. En la ciudad solo el azar y el desajuste eran los aliados de la lengua…”: salió medio borgiano.


          9 — ¿Qué es más importante en poesía, suscitar imágenes o conseguir cadencias musicales?

          FCH — Hablo por mí, me encanta el proceso de creación, si es que se puede crear algo todavía. El armado y la combinación de las palabras para que la imagen sea justa. O al revés, darle forma a esa imagen que apareció de pronto sobre la hoja en blanco, o en la pantalla. El armado de las imágenes inevitablemente lleva a una cadencia musical, si entendemos como que hay todo un hilo musical que atraviesa las palabras, sube y baja en escalas y que cierra todo ese desarrollo con un acorde perfecto (si aparece). Gaston Bachelard decía: “Se renueva el sueño de un soñador en la contemplación de una llama solitaria”; y el soñador se introduce en el mundo de los poetas. Y la poesía es y no es un sueño. Es un suicida que no se mata porque la muerte existe (Cioran dixit). Es un ser que hay que cuidar, acompañar, sentir; es algo más que el amor, es algo más que un todo perfecto.


          10 — ¿Cuál debe ser la postura del escritor ante la injusticia de una situación política?

          FCH — El escritor hace su trabajo en la soledad. El mundo exterior a veces lo golpea y entonces es que reacciona. De cualquier forma lo único que tenemos es la palabra y con ella hay que moverse. La contradicción entre obra y acción ha llenado bibliotecas. Desde que Jean Paul Sartre sentenció “De qué sirve la literatura en un mundo que tiene hambre…”, corrió mucha tinta y mucha sangre. Una cosa es lo que se pueda hacer como escritor y otra como ciudadano. El hombre en su tiempo es algo que hay que contemplar porque de alguna forma también condiciona la obra. Y ante la injusticia nos queda la denuncia, la difusión, la organización. Por ejemplo ahora, el crimen y la injusticia siguen asesinando al pueblo palestino.


          11 — ¿Te sentís identificado con una generación literaria? ¿Qué opinás de la poesía de tu generación?

          FCH — Tengo dos identificaciones “mortales”: el surrealismo y la  Beat Generation.
Sin olvidar los clásicos Pablo Neruda, Amado Nervo, Gustavo Adolfo Bécquer, César Vallejo… El inmenso Raúl González Tuñón. Paul Eluard, Charles Bukowski, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg… En cuanto a “mi generación”, reconozco la obra de Eduardo Dalter, Amaro Nay, Jorge Boccanera, Alejandro Schmidt, Guillermo Ibáñez, Celia Fontán, Gustavo Tissoco, María Teresa Andruetto, Rubén Vedovaldi, Lina Caffarello, la tuya, por supuesto. Todos con sus luces y sombras. Se me escapan ahora un montón de nombres que aportaron lo suyo a esta odisea terrestre.


          12 — ¿Qué agrupamientos de poetas de Rosario, de las últimas seis décadas,  podrías rememorar para nosotros?

          FCH — ¡Ay!, es complicado… “El Lagrimal Trifurca” de los Gandolfo (padre e hijo, Francisco y Elvio), que marcó un parámetro de calidad cultural. Estaba “Runa”, dirigida por  Guillermo Ibáñez, que más tarde iba a generar “Poesía de Rosario”, publicación que sigue activa. “La Ventana” de Orlando Calgaro, que devenida en editorial destacó por su labor entre los 60 y 70. “Juglaría”, con el recordado Reynaldo Uribe. Ediciones “Ciudad Gótica”, con su más que interesante revista. Sin olvidar lo que fue el proyecto de la Biblioteca Constancio C. Vigil con su editorial.



*


Francisco Alberto Chiroleu selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:


POEMA 10


           (al gorrión)


Sabés ese es el problema
cuando se toma agua
de un pozo en la noche estrellada
Se tragan algunas estrellas
y duelen
Caminan por el cuerpo
se clavan en el corazón
salen por los ojos
brillan en la boina

(también hay otras tiernas cuando me miras y te miro)

Y entonces no importa
que la mesa tenga tres patas
si querés hacer un barco de azúcar
que navegue en un mar de café
aunque la gente haga ruido
y vos tomés una ginebra y te marees
marinera en tierra
                             y las estrellas se mareen también
Y al final sos una mezcla rara
de estrellas con ginebra
  que se agitan
                       ríen
                             hablan
                                       brillan
                                                 y suenan...



                      ( De “El reloj de humo”)



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CHANI


¿En qué rincón olvidé el brillo de tus ojos
y la ternura del beso clandestino?
¿En qué veleta el viento de la historia
señaló ese primero de Mayo
en que nos vimos frente a frente,
en la ciudad extraña y sus lloviznas,
por esas raras paradojas de los trenes?
Entre tanto desamparo tu mano
fue el único puerto conocido
Esa vez fuimos dos/tal vez uno
solo vos y yo podríamos decir qué
Tu pequeño nombre se dibuja entre mis sueños
busco rastros de tus cabellos cortos/
encuentro paisajes desolados
La risa de ayer es un grito vacío/tu mundo convertido/
en andenes sucios/miseria suburbana/
con sicarios de la muerte en todas las plazas
No me queda nada por llorar/ni piel que recordar/
acudo al rincón de mi cerebro/donde siempre estás
No sirve
Es inútil hablar con las paredes
Recrear una ceremonia nocturna de adioses/
Negar por tercera vez una certeza/
que se ha vuelto tan real como tu ausencia.



                                                               (de “Blues del desarmadero”)


*


El notario


Salta los charcos
bajo la lluvia de febrero
Lleva la historia de su vida
bajo el brazo izquierdo
Febril manuscrito
de noches sin sueño
Hojas numeradas,
cientos de papeles
Pesados testigos
de una inexistente vida exterior

No sabe porqué
la lluvia no lo moja
ni humedece su doloroso tesoro
Pasa entre las gotas
sin involucrarse con ellas
Como su corazón
que de tanto equivocarse
despertó una mañana
en otro pecho.



                                                          (De “Ceremonia’s”- inédito)


*


“Jack The Ripper”


Jack
artesano incomprendido
Entre niebla y ladillas
en los bajos fondos del deseo
Las chicas de la vida
extrañan
tu visita inesperada.



                                                                     (de “Ceremonia’s”- inédito)


*


Ceremonia Secreta


En el viejo café
hormigas alborotadas
alimentadas con trozos de piel
Silbando aires de Mingus
Diarios fotografiando peces
impregnados de venenos industriales
Nadie recordaba
el barco perdido del almirante Cook
Tu índice recorría
el borde de mis labios
El deseo nos llevaba
a una zona defoliada

Tu piel
          interminable
                             leyenda
La brevedad de una rosa negra
sumergida
en oxígeno líquido.



                                                                        (de “Ceremonia’s” –inédito)



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Réquiem por Polosecki



La diesel ligera avanza
en el mediodía
de la estación de Santos Lugares
En la noche del hombre
que había visto demasiadas cosas
A ese hombre
al que ya no le cabía ni siquiera su nombre
Había visto su pesadilla una y otra vez
en los ojos de sus entrevistados
los ignorados/marginados/usados
/deshechos del sistema
Ellos también tuvieron su instante de gloria
mientras el grababa en su cabeza esas historias
Las manchas de sangre en las ruedas motrices
de la locomotora se van secando lentamente
Se desvanece una ilusión de vida
en el otro lado del espejo
Molesto testigo del sistema
el periodista rubricó su mejor reportaje
Sus verdaderos compañeros de ruta
murieron con él ese fatídico 3 de diciembre.



                                                                                (Inédito)



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Entrevista realizada a través del correo electrónico: Ciudades de Rosario y Buenos Aires, distantes entre sí unos 300 kilómetros, Francisco Alberto Chiroleu y Rolando Revagliatti.



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