jueves, 15 de diciembre de 2022

Agustín Surubí, 18 años-Bolivia/Diciembre 2022


 

Rolando Revagliatti, Poemas del libro 'El pan de la rabia' de Santiago Espel-Argentina/Diciembre 2022

Bernabé Pérez Jiménez-México/Diciembre 2022


 

Pato Gil Villalobos-Argentina/Diciembre 2022


 

Rodrigo Ortega, Cosquín Joven-Argentina/Diciembre 2022

Mika G, 15 años-Argentina/Diciembre 2022


 

Elizabeth Ucañay Mejía, 19 años-Perú/Diciembre 2022


 

Cristian Smith Córdova Cortez,21 años-Perú/Diciembre 2022


 

Lester Ríos,25 años-Nicaragua/Diciembre 2022


 

Lenz Natoux, 20 años-Haití/Diciembre 2022


 

Olvin Adelso Hernández, 23 años-Guatemala/Diciembre 2022


 

Ana María Guarinielo (Anamá)-Argentina/Diciembre 2022

Pesebre Norteño-Acrílico

 

Maikol González Ruiz, 21 años-Costa Rica/Diciembre 2022


 

Elena González-España/Diciembre 2022


 



Pamela Díaz, 19 años-Argentina/Diciembre 2022


 

José Antonio Bravo-México/Diciembre 2022


 

Jesús Domínguez Vargas-España/Diciembre 2022


 

Mayra Rodríguez, 27 años-San Felipe/Diciembre 2022


 

Daniele Rocco-Argentina/Diciembre 2022

Venecia

 

Raquel Rivero-Argentina/Diciembre 2022

Acuarela

 

Valentín Ríos, 19 años-Argentina/Diciembre 2022


 

Alejandro Riera, 28 años-Venezuela/Diciembre 2022


 

Fer Olea, 20 años-México/Diciembre 2022


 

May Day-Francia/Diciembre 2022


 

Rosibel López-Venezuela/Diciembre 2022


 

Yamín Leónides Pérez-México/Diciembre 2022


 

Lenz Natoux-Haití/Diciembre 2022



 

Michel Ibarra, 25 años-Chile/Diciembre 2022


 

Elena González-España/Diciembre 2022


 

Pamela Díaz, 19 años-Argentina/Diciembre 2022


 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Justina Cabral-Argentina/Diciembre 2022

Isopos y dedos sobre bandeja de cartón

 

Nora Basilio-argentina/Diciembre 2022

Óleo y collage

 

Eder Bautista Araujo Meza, 30 años-Valledupar/Diciembre 2022


 

Adriana Suárez Blas, Cuento infantil-Argentina/Diciembre 2022


 

Dibujo de Hernan Yrigoyen

 

 

 

La pandemia Purpurias Gravis

 

Te voy a contar una historia que ha sucedido en lo más oculto de la selva. Resulta que un día  el imponente elefante  amaneció  enfermo con el terrible virus  Purpurias Gravis , este virus es  sumamente   peligroso porque es altamente contagioso.  Tiñe al infectado… de Violeta intenso.

El duende que es experto en brebajes  y pociones informó  a toda la selva que la única medicina que los curaría y terminaría con el masivo contagio que se avecinaba, era una vacuna de escamas de dragón rojo

 Nadie sabía de la existencia de Dragones en la selva y menos de dragones rojos, pero si sabían que  en  el país Amarillo  los conocían y hasta tenían uno en su zoológico de especímenes raros. Todos los animales decidieron enviar  al tucán como embajador para pedir  ayuda a dicho país, porque el ave picuda es muy responsable. pero… los científicos de ese país  no  lo dejaron entrar a su territorio  porque la piel de los amarillos, como es de suponer, es amarilla y no deseaban cambiar de ningún modo  su maravilloso color amarillo por el violeta ,no querían contagiarse

 Mientras tanto  en la selva  la jirafa, el león y los antílopes  ya estaban  contagiados.

El  tucán  se enteró que en Negroland había un sabio que podría curarlos sin dragón de por medio y como es lógico, se fue volando para allí. Pero… no lo dejaron entrar  a ese país porque ellos eran negros y no querían volverse de otro color y no aceptaron ninguna explicación sobre el tema.

Mientras tanto en la selva los orangutanes y mandriles estaban desde los pies hasta la cabeza de color violeta intenso

El tucán consiente de la urgencia  de la situación fue hasta el remoto país Marrón. Pues en una cueva  de dicho país vivía un anciano sanador pero otra vez … no lo dejaron  poner el pie ,digo el pico,  a su territorio, porque allí su piel es marrón y no querían por nada del mundo ser violetas . Ahí tampoco quisieron escuchar ninguna explicación.

Las horas pasaban y en la selva hasta las termitas eran violetas.

Los animales se reunieron en consejo ya que habían visto un dragón rojo en las cuevas del oeste

Llamaron al Tucan para que vuelva Y decidieron crear una especie de comando  de Valientes, he idearon un alocado plan “Operación escamas”. El equipo estaba integrado por la grulla, el tigre y la víbora pitón.

Se deslizaron en puntas de pie para no hacer ruido alguno hacia la cueva sucia y pestilente del escamoso bicho (salvo, claro está, la  víbora pitón  que no tiene pies).

 El dragón no dormía, estaba atento husmeando por aquí y por allá.

La grulla haciendo uso de las arte marciales que le enseñara su maestro karateca, subió por detrás de la cueva con un “salto torbellino silencioso”  y se deslizó hacia dentro de la cueva utilizando a pitón como cuerda.

El dragón  rojo sospecho que algo raro ocurría…Fue entonces, que el tigre salió de los matorrales donde estaba escondido para proteger a sus camaradas, esto enfureció a la bestia  y se entablaron en una lucha encarnizada. Mientras tanto la grulla ponía  dentro de un  saco lo más rápido posible  mil 500 escamas.

Terminado esta operación le hizo señas al tigre que de inmediato lanzo” el puñetazo de hierro” en la nariz del cruel dragón dejándolo desmayado,desmayadisimo, . Hecho que aprovecho el equipo   de valientes para huir de la cueva, no sin antes dejar una nota de agradecimiento por las  mil 500 escamas.

Rápidamente se hicieron las vacunas que sanaron a los infectados y terminaron con la epidemia del terrible virus purpurius gravis.

Ahora los  habitantes de los países Amarillos,  Negroland y Los marrones estaban a salvo. Todos los países de todos los colores estaban a salvo del temible mal.

El comando de valientes  recibió una medalla de oro  cada uno por su heroísmo. La medalla de plata, se la otorgaron al dragón, pero esta insignia  la dejaron a la entrada de la cueva ya que la bestia roja es muy, muy  feroz.


Federico Skliar-Argentina/Diciembre 2022


 

pecado

yo miro al suelo/

para buscar una explicación/

por qué será/

que la estrella de tu cuerpo/

en esta noche me faltó/

tu voz impostada me enamora/

tu voz de verdad no me gusta escuchar/

anda mujer/

deja tu cuerpo de horas/

y únete a mi minuto de eternidad/

en el tiempo del espacio/

no existe la mediocridad/

tus manos clavel usado/

crecieron y morirán en soledad/

yo moriré por ti vendido/

haciendo del desearte/

mi pecado general/