miércoles, 23 de junio de 2010

Lilia Elena Durand-Buenos Aires, Argentina/Junio de 2010

Este río que llega
                       y se desviste
en la ranura del pensamiento
                       trae la voz del agua
que se abraza a la orilla
y  tan solo refleja
                      de los días
las horas que se han ido

Enmudecen los ruidos
y la lluvia
                moja la siesta
mientras
la soledad golpea
                 con cristales de invierno
impiadosa
y se hunde la risa en el silencio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosa Lilia tu poesía litoraleña, ese río que tiene tanto que decir, tanto que contar.

Tierno poema y nostálgico

besosss Jóse