Los olvidados – Luís Buñuel // México, 1950
Reparto: Alfonso Mejía, Estela Inda, Miguel Inclán, Roberto Cobo, Alma Delia Fuentes, Francisco Jambrina
Esta cinta del director hispano-mexicano Luis Buñuel se centra en el análisis sociológico de las grandes problemáticas en las urbes industriales. Se toma como punto de partida los desbalances socioeconómicos que existen en las metrópolis de la posguerra y las representa concretamente a partir del tejido de relaciones y antagonismos sociales entre personas pertenecientes a los estratos populares de la ciudad de México.
La película, siguiendo la línea del neorrealismo italiano con cuotas propias de surrealismo, esta ambientada en las barriadas de emergencia situadas a las afueras de la capital mexicana habitadas por individuos mayores que reniegan del presente duro que viven así como también por adolescentes y niños resignificando su vida cotidiana a base de intensos juegos callejeros marcados por la riña y la catarsis. Estos son los olvidados: chicos condenados a una adultez prematura y adultos empujados a la anomia adoptando poses conservadoras del tipo “todo-tiempo-pasado-fue-mejor”. Sin embargo, a todos estos actores sociales los une algo además de pertenecer a un mismo escalón social; la lucha encarnizada entre ellos por sobrevivir el “día-a-día”.
Entrando a los aspectos técnicos, Buñuel retrata estas situaciones a través de tomas del tipo “primer-plano-dramático” hacia los personajes principales y filmaciones generales que engloban dinámicas colectivas. Todo esto reforzado por una puesta en escena detallista del entorno en el que viven los personajes. La selección de la música también ha sido funcional al énfasis de los eventos que se suceden en el film.
“Los olvidados”, conforme a todos los elementos mencionados, representa una pieza radiográfica social interesante a la hora de plantearse los conflictos y dilemas sociales que se afrontan en el conjunto de la sociedad contemporánea, tendiente a una cada vez mayor concentración de poder y en donde los progresos garantistas y materiales no llegan a derramar beneficios por sobre el campo popular.
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