domingo, 23 de febrero de 2020

Rosa Esther Moro, Comentario-Argentina/Febrero de 2020


YO, ALFONSINA, UNA MUJER LIBRE

Ese es el nombre del espectáculo unipersonal, que ofrece el Museo Larreta, al que concurrí, convocada por nuestra Alfonsina, como los montones de mujeres, que según observé  durante la espera para entrar la sala, la cola llegaba a la esquina.
En estos momentos que en nuestro país la energía femenina se manifiesta con toda su esplendor, parece que redescubrimos a Alfonsina. Su voz llega con vigor renovado a nuestros días para mostrarnos la potencia de su mensaje llamando a la reflexión a los seres humanos, y no solo a mujeres, porque es toda una sociedad la atrapada en algo violento que no se termina de deshacer. Ella nos dice: "Estudié muy bien a los hombres y a las mujeres, no difieren mucho unos de otro, solo que los hombres son más egoístas y las mujeres más deshonestas, condición ésta por vidas de sometimiento."
La loba que atravesó los territorios lodosos de la mediocridad, que ya a los once años le pagaba el alquiler a su madre con su trabajo, que recitaba poemas en lugares dudosos de Rosario, la que se esforzó para hacerse de un título de maestra, profesión que ejerció con amor, y la que fue adelante con su vientre florecido en momentos que las mujeres se fajaban para esconderlo. Madre sola para no negar su verdad: el amor.
 Poeta y periodista, dramaturga y docente, impuso su voz denunciando los estereotipos de género, incitando a las mujeres a tomar conciencia de su realidad, y defendiendo los derechos femeninos, a su libertad de decisión, desde sus columnas periodísticas, con la fuerza del animal herido que camina sobre los desechos de una sociedad patriarcal.
   Esa voz que sigue denunciando a ese patriarcado que aún hoy, en su pataleo final, solo trae un relato de daño, dolor, y exclusión. Así como esa destrucción de la Madre Tierra que se ejerce sin piedad, como lo hace con los más débiles. El despertar de la energía femenina es también de supervivencia, porque el mal trato hacia las mujeres es el mismo que se da a la Naturaleza y a nuestro hogar, la Madre Tierra.
Con ese su impulso, atravesando tiempos, nos dice a propósito: "No hay una sola mujer que no sea feminista, podrá o no participar en la lucha política, pero desde el momento que piensa y discute las ventajas y errores del feminismo, lo es. Porque el feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer"
Los textos del espectáculo son de Alfonsina, el libro y dirección de María Esther Fernández y la interpretación a cargo de Guadalupe Gerrino, actriz que transmitió la energía de esa mujer dispuesta a todo, como su nombre lo indica; energía que viaja a través de las mujeres de este país. No es de extrañar, al conectarse con eso que transmitió la actriz, de las tantas mujeres con genuino poder personal en defensa de valores y derechos, que nuestra tierra engendró, y que se van manifestando a través de distintas disciplinas, y que son llegadas de variados lugares de nuestra sociedad para transformar la vida que se estanca en un solo ver.
 Su voz poética nos muestra la transmigración de esa energía  desde tiempos fundacionales
"En las grandes mujeres reposa el universo
las consumió el amor, como fuego al estaño,
a unas; reinas, otras sangraron su rebaño..."
Y ahi vamos recorriendo el camino, cada vez mas concientes de nosotras mismas, buscando realizar una vida sin tantas aristas y  que sea un lugar plácido donde crear un mundo mejor para hombres y mujeres, así como lo deseo Alfonsina.

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