A Uma
Un sobresalto, esas dos hojas rojas en la desnuda vereda .Un regalo del árbol .Prendedor de luz .Pequeña, provocativa belleza .En la mano abierta, herida sin dolor.
Si Caperucita se la hubiera puesto en el pecho se hubiera perdido como la arena en el desierto.
A Blanca Nieves en cambio la hubiera transformado.
Los tesoros dependen de la mirada..
Hay que afilar los ojos.
Los lobos sólo ven la carne.
El instante brilla.
El tiempo juega a la derrota.
¿Con qué podremos ganarle?
Me cubro por dentro de esas pequeñas joyas vegetales.
Pongo algunas imaginarias sobre lo que deja al descubierto la blusa de encaje negro que me cubre.
No soy la misma cuando camino pintada por mi propia palabra.
Si el tiempo vence, al menos lo entretengo, me escondo por un rato y juego mientras los lobos no están.
1 comentario:
Hermoso, Cristina; el cuento detrás del cuento al que se suma tu poética. Cariños, Lina
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