miércoles, 22 de junio de 2022

Luis Tulio Siburu-Argentina/Junio de 2022


 

El primer animal doméstico de Adán después de la expulsión 

del paraíso terrenal fue la serpiente. 


Diálogo teatral entre Adán y Eva , ya lejos del Jardín del Edén

 

(Se levanta el telón)

Eva: No me jodas más Adán, yo quiero un caniche.

Adán: No entiendo Eva, desde que mordiste la manzana siempre entendí que te gustaban las cosas grandes….¿no te interesa un bóxer?

Eva: No te la creas Adán, lo que pasa es que no había con quien compararte.

Adán: Está bien, paso por alto tu ironía, por ahora ya te dí la costilla y disfrutaste igual, así que luego discutiremos el tema de la mascota…pero ya que nos rajaron del Jardín tenemos que elegir qué río costeamos para caminar por la selva.

Eva: Me da lo mismo cualquiera. Está el Pisón, el Guijón, el Tigris y el Éufrates. Caminemos junto al Pisón, porque allí hay oro y piedras preciosas.

Y comenzaron a caminar, pero no dejaron de discutir…

Adán: No me entra en la cabeza Eva, porqué se te ocurrió tocar el árbol de la Ciencia y del Bien y del Mal, con todos los que había alrededor. Dios había dicho que el que lo tocaba moriría o le pasarían las mil y una.

Eva: Pero Adán, vos te creés todos los sermones. Resulta que andaba por ahí una serpiente y me dijo que si me comía un fruto de él nos convertiríamos en dioses y no tendríamos que salir a ocupar terrenos en Guernica.

Adán: Sos una boluda Eva. Así que la guacha de la serpiente…que ella venga a arreglar el problema ahora. No nos morimos por suerte pero nos dejaron en bolas. Así que busquemos pronto algunas hojas grandes de higuera para taparnos las partes pudendas, antes que nos calentemos de vuelta y vos termines embarazada y como castigo previsto vas a dar a luz con mucho dolor, justo ahora que no se consiguen camas por ningún lado.

Eva: Pobrecita la serpiente, ella también la ligó. Vive arrastrándose.

Adán: Si tanto te gusta, traigámosla como mascota entonces.

 

Eva: Bárbaro, yo la busco y mientras vos pensá el nombre que le ponemos.

Adán se subió a una piedra y miró a lo lejos por última vez el Jardín del Edén. Ya no podrían volver a ese Paraíso. Habían aprendido la diferencia entre el bien y el mal. Dios había puesto querubines para cuidar la entrada y un remolino que disparaba rayos en el camino hacia el Árbol de la Vida.

Al rato volvió Eva con la serpiente y le dijo si ya había elegido el nombre.

Adán: Sí, le pondremos Krist, es el más adecuado y está de moda.

Eva: Te parece, loco. ¿No iremos en cana?

Adán: Despreocupáte….la yuta está toda de paro…andá buscando algunos bichos para la serpiente que no tenemos ni un mango para alimento balanceado. No vaya a ser que ésta arrastrada se crea que es Dylan.

(Cae el telón)

 

 

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