lunes, 19 de agosto de 2024

Luis Tulio Siburu-Argentina/Agsoto 2024


  EL CASTILLO DE NAIPES

 

Eran cuarenta y ocho

Siempre unidos en las manos de la anciana

Ella en el sillón, jugando al solitario sobre la mesita ratona

 

Ellos se sentían en una fortaleza inexpugnable

Rodeados de un foso que los aislaba de

Los peligros que acechaban fuera de ese ambiente

 

Pero un día la abuela se murió y se quedaron solos

 

Se juntaron entonces por parecido de valores

Y decidieron probar suerte en otro lado

Fue algo así como el derrumbe de un castillo de naipes

 

La dispersión comenzó desde los de más abajo

Así se fueron a probar suerte en el Chinchón

Los ases y los dos de oro, espada, basto y copa

 

Los tres y cuatro

Aunque diferentes en sus valoraciones futuras

Se amigaron para jugar en adelante al Truco

 

Los siguieron los cinco y los seis

Cartas con complejo de inferioridad pero

Dispuestas a engancharse en el Mus

 

Los siete y los ocho, los primeros orgullosos y los segundos esperanzados

Se miraron y se dieron cuenta de que sumaban quince

Y que podían tener futuro en la Escoba

 

Quedaban los nueve como cosas inanimadas y los diez haciéndose los sotas

Aún había trabajo allá afuera, en algún bar o en bodegón viejo

Y se arrimaron a la mesa para decir que eran necesarios para el Desconfío

 

Por último, los soberbios y arrogantes once y doce

Que siempre miraron a los demás por arriba, desde el caballo o el trono

Tuvieron que conformarse con el Culo Sucio

 

Fin de la historia de las cartas españolas que acompañaban a la señora

Mientras la viejecita desde el cielo,

Se alegró de que sus amigos hubieran encarrilado de vuelta sus vidas


 

 

 

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