domingo, 21 de diciembre de 2025

Mario Capasso-Argentina/Diciembre 2025


 

Plantada a pie firme en su parcela de terreno, el escote a la vista de los futuros curiosos, por lo general partidarios declarados de la explosión demográfica, mientras se escuchaban por ahí cerca los gritos de un chajá, la aludida contestó. 

—Una vez más queda evidenciada la vigencia y la pujanza del eterno retorno de la famosa y pendular dicotomía, pues la llevamos pegoteada como un moco de los testarudos. Civilización y barbarie, ¿no es así, amoroso? En fin. Razones te sobran. Dios hay uno solo y a veces no sé si existe y sale a hacer las compras para distraerse o para calmar su conciencia, o a lo mejor su existencia se trata de la noticia falsa por excelencia, andá a saber, pero acá estoy yo, sí, yo, de cuerpo entero, el látigo siempre a mano, luciendo mis ojos de trasnoche y mis turgencias bien compactas, apuntalada por un target alto y dispuesta a no desandar el camino recorrido, asentada en la voluntad de saciarlos a ustedes, hombres sabihondos y expeditivos, machotes sometidos por estos días tan aciagos al flagelo del destierro y la desesperación ambiente, que deciden una cuestión o la contraria o bien permanecen en babia, y al final de las primeras escaramuzas se hacen los desentendidos y se dedican a vituperar a troche y moche y a pulular como zánganos siempre por acá cerca, en medio de la falta de contaminación, cumpliendo su función de satélites míos, astros berretas, bobalicones y eternamente retraídos, piojos resucitados animándose a un acto de lujuria muy de tanto en tanto, cuando se advierten maltrechos o demasiado rellenos por dentro y entonces buscan procurarse, antes que nada, como si fuera un asunto de vida o muerte, una descarga sexual de aquellas.

 

Fragmento de EL ACAMPE, novela publicada por EDICIONES DIOTIMA. Se la puede conseguir en Cúspide, Yenny, y en muchas otras librerías de todo el país.

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