martes, 21 de junio de 2016

Carlos Laborde-Argentina/Junio de 2016



MOMENTOS

Escribo sobre lo que no entiendo ni entenderé
en la cabecera de esta mesa de sillas vacías
arrullado por el lánguido resollar del violoncelo,
la suave queja de los gatos,
el áspero placer del vino tinto
y  el aroma del café recién molido.

La insondable expresión de los felinos, tras los vidrios,
refleja la incógnita que ellos materializan
 en suaves lamidas, cortas e inconclusas,
solitarias o compartidas, los unos a los otros.

Ahora, la orquesta expulsa el violoncelo,
pero éste crece y retoma el predominio.
Tras los vidrios, el limonero puja por entrar,
pero sólo entrarán sus frutos
para sazón del pescado.

En sigilosa procesión, los gatos encuentran su bebida
en la verdosa pileta invernal
y con rítmicos y pulcros lengüetazos
sacian su rústica sed.

Yo bebo el agua preparatoria para degustar el buen vino.
El violoncelo ataca un fortísimo que inicia el tercer movimiento.
Los gatos regresan a su misteriosa permanencia en el alféizar.
El aroma del café se transforma en fragante infusión.

Ignoro cuántos momentos restarán.

1 comentario:

Josefina dijo...

Aroma, sabor, placer, sentimiento, soledad y un conmovido final.

Un buenísimo poema Carlos, me encantó !!! beso Josefina