lunes, 23 de diciembre de 2019

Miguel Lundín Peredo-Bolivia/Diciembre de 2019


TANTA MUERT ENTERRADA EN LOS OJOS DEL PATRIOTA

No me obliga a quererte
el silencio tan temido de
los libros quemados en la censura.
No me da libertad escribir
grafitis en tus paredes
con seudónimos high-tech.
Soy como el picaflor que
desea morir de indigestión
con el dulce polen de tus bailes.
De niño jugaba con soldaditos
de plástico a ganar guerras
perdidas por mis antepasados.
Miraba a mi bandera con
el éxtasis de la mantis
enamorada.
Dolor post-parto
en un laberinto de votos
que el atardecer cuenta
en los dedos de una democracia
violada por lo corrupto.
No me digas que quieres
darme una medalla
porque eso no lo merece
aquel que dispara
al vientre de su madre
con el racismo que
crió a su padre.
Tantas tumbas sin lapida
en una violencia rápida
donde los que votan
por la democracia embarazada
por el espermatozoide
del fraude son animas
que queman las bibliotecas
rezando a dioses fabricados
con el estiércol salvaje de
los cóndores para que el humo
de estos libros sacrificados
convierta en objetos sabios
a todas las rocas de los cerros.
Patriotas de una entropía
llamada Bolivia...

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