lunes, 18 de octubre de 2010

Oscar Alfonso Vera-Buenos Aires, Argentina/Octubre de 2010

Yo árbol

Si en cada amanecer veo la vida
y el canto del zorzal alumbra mi alma
de árbol centenario casi en calma
que de pie resiste  la envestida.

De malones de vientos y tormentas.
si siempre he sido un árbol, noble bueno
porque ahora me vienen las tremendas,
¿o es que estorbo talvez, en tu terreno?

Porqué, hombre no razonas
y piensa, mis ramas te cobijan,
 te cubren de la lluvia te dan sombra,
al viento lo  transformo en una brisa

Entre mis ramas, el cardenal te avisa
que inicia un nuevo día
y en su trino celestial la reina mora
transformará tu pena en melodía-.

Soy un viejo que juega como un niño
con mis hojas acaricio, tanta vida
me enternece descubrir un nuevo nido
pero lloro, cuando veo un ave herida

Si cada amanecer nos trae vida
y en todo  anochecer veo dormidos
en mis ramas, un millar de nidos,
me siento orgulloso de ser árbol
aunque esté en mal lugar, y mal nacido.

Porque entonces hombre noble, tú me matas
si los pájaros se quedan sin mis brazos
en tu mente golpearán los mil hachazos,
que me asestas se conciente, guarda tu hacha.   

2 comentarios:

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Oscar: el hombre trata, al árbol, como todo aquello que le alguna vez le sirvió y ahora, por otras razones, pasó a molestarle. Este poema tiene, por cómo fue tratado, aplicación en distintos enfoques de la vida misma. Un abrazo,

Anónimo dijo...

Muy lindo poema Oscar. para pensar y reflexionar.

beso Josefina