sábado, 20 de diciembre de 2014

Carmen Amaralis Vega Olivencia-Puerto Rico/Diciembre de 2014




Llueve gris

Llueve fino,
Llueve
y no para,
Y esa lluvia de alfileres cae en el rostro,
sobre el cuerpo,
sobre el alma.
Se desprende la hostilidad interior,
te reclama.
El sentimiento de amor duele
en esta soledad mojada.
Soledad fría y lenta,
soledad oscura,
mustia,
desgarrada.
Tristeza que penetra las grietas.
y solo consuela la humedad en la piel,
Piel que florece en la niebla,
Piel que espera que en alguna esquina
aparezca el fantasma de tu amor
a recoger una a una las flores
que arropan mi espíritu deseoso.
Cuando aparezcas
entonces ocurrirá el milagro.
Suplicaré que llueva para siempre,
Mientras me vierta en pétalos sobre ti.
De algo ha de servirnos
esta endiablada nostalgia.

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