jueves, 29 de agosto de 2019

Carmen Membrilla Olea-España/Agosto de 2019


Hay un silencio cruel de donde surgen nombres desnudos. El delirio cruza despacio abismos inolvidables y el cielo se alza cada vez más alto, cada vez más inaccesible; confundiendo sueños; eludiendo mis gritos.
Amontono risas perdidas sobre un fondo azul y cruzo espacios donde los labios huelen a lirios. Mi cuerpo tiembla ante las ranuras que se abren en el vacío. Mis manos devoran palabras...
Recuerdo poemas que una vez huyeron de mi mente. Mis pies saltan sobre un mundo blando y mullido y mis hombros se fortalecen con sólo alcanzar una nube.
Algo brota en mi interior. Alguien desconocido me llama con insistencia...Escucho el rumor de un río inacabable. La luz ilumina mi carne. Amarro a mi cintura los rayos de un amor apasionado. Creo que en el mar mueren los ángeles. Pero... no estoy segura. Mis sentidos patinan sobre el espejo.
Desde lejos el viento sopla con suavidad. Me siento capaz de predecir todas las curvas que dificultarán mi camino. No tengo la necesidad de pedir perdón...así que oculto mis dudas bajo la ropa y comienzo a escribir historias ilógicas...infinitas... inhumanas... inusuales...intrigantes... inverosímiles... insanas e inconclusas...

Tomado de Facebook

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