Abel Espil-Argentina/Septiembre de

TALQUITE Desde niño Raulito, lo venía pensando. La casa para cinco personas, era diminuta. Al tener ventana sin vidrio, en invierno casi no podía dormir. El pueblo Talquite --cercano a Capilla del Monte --era de unas 4000 o 5000 personas. Ellos vivían en la primera casa. que daba al Sur. Cuando el viento andaba corcoveando, la casa lo recibía a pleno. Al negro Ribera, nunca le interesó nada . La puerta estaba entornada en invierno y verano. Los dos hermanos menores, dormían casi todas las noches. ´Él les compartía la comida. Rivera, nunca vio nada. Solo le importaba una situación. Raulito, no podía escuchar casi todas las noches, el llanto de su madre, acostada en una cama reducida. Rivera, era albañil. Luego del trabajo , se iba al bar del pueblo , terminando borracho. Al regresar a su casa y acostarse, solo se escuchaban los llantos y pedidos de Jacinta :(déjame hoy , .déjame hoy ) Raulito , que no dormía, escuchaba y lloraba. Al llegar el silencio, se levantaba y besaba las lágrimas de su madre. Su sueño era llegar a los 16 o 18 años. Odiaba tanto a Rivera. Lo consideraba un ser inmundo, repugnante. Rivera , lo arrastró al sufrir , teniendo aún el alma débil. Raulito era un niño apagado. Trabajaba desde los siete años , junto a su madre  y hermanitos , juntando cartones en el barrio  cercano a la quema.. Jacinta , iba los lunes de todas las semanas , con el rostro ojeroso , golpeado y el cabello recogido en forma de cola de caballo. Los tres niños crecieron y Raulito sentía necesidades ignoradas. Sus amigos lo llevaron al fondo de la calle central, donde vivía La Rusa Sarita. Salió de la habitación , asustado, contento y tembloroso. El único objetivo de Jacinta era el de alimentar a sus hijos. Cuando alguien le daba harina, ella la convertía en tallarines, pizza sin queso y algunas veces con salsa. Un sábado de Junio , el llanto y gritos de Jacinta se apagaron . Raulito cumplió su sueño. . 29 de Agosto del 2019 Abel Espil