UN VAN DE POETAS
“Castelldefels
playa
carretera
a Barcelona,
ciudad
condal
1976,
de
auto-stop
a la ciudad
gótica,
mi pequeño
París,
a clases
vespertinas
de
inglés
a alumnos
catalanes
esforzados
trabajadores,
estudiantes.
Plaza
Urquinaona, 10, piso dos,
y me
para y coge
un van
desvencijado
de
jóvenes poetas
españoles,
mezclado
con ellos,
sus voces
se desbordan
como el
río Llobregart
caliente
sus
versos al aire,
sus sentencias,
sus
proclamas,
sus
frases de poetas,
idealistas
y alocados,
plasmando
en mi mente,
cual
candente hierro
marcador
de reses bravías,
la línea
oral más
nítida y
válida:
“Hay que
escribir poemas
y
dejarlos escapar al
viento,
libres...”
“Era una
tarde
en playa
Castelldefels,
Cataluña,
va a mi
ciudad gótica
desde
donde se inició
Colón
hacia Las Indias,
era un
van catalán
lleno de
jóvenes y díscolos
e
idealistas
poetas
ibéricos,
arrepantingados
sobre el
piso del vehículo,
y todos
lanzamos
desde
entonces
los
contenidos de
nuestros
versos
desde lo
profundo
de
nuestras almas,
corazones
y mentes,
al aire
de todos los
mundos,
a los
ojos de todos
los
hombres, mujeres y
niños,
el poema escrito en el
viento
del mediterráneo
en el
van de poetas
catalanes”.
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