sábado, 22 de julio de 2023

Ezequiel Cámara-Argentina/Julio 2023


 

PULSIÓN DE MUERTE

 

Por la noche había tenido una pesadilla, no recuerdo que fue lo que soñé, sin embargo por la mañana ese sueño me había dejado una angustia que opacó todo mi día. Traté de seguir mi rutina, bañarme, desayunar e ir al gim. Mientras entrenaba, todo parecía atravesado por una pulsión de muerte.

Un conocido del gimnasio me había dicho: “Me siento desganado, deprimido... no sé porque". Solo lo escuché y seguí con mi rutina, cada parte de mi cuerpo, cada músculo... veía como se hinchaba con las pesas, pero eso no era yo. Estaba como lacónico, ensimismado, el cuerpo me dolía y pese a haber entrado en calor, mi cuerpo estaba congelado y sin fuerza, pero muy endurecido, no podía elongar.

La gente a mi alrededor murmuraba ecos, parecían difusos, como si ya no estuvieran ahí. Me miré en el espejo, yo también me veía difuso, pálido, transparente, era como si despegara del piso, quise seguir entrenando como siempre y logré terminar la rutina. Cuando salí del gim había una niebla espesa, me llamó la atención porque no había ni una sola persona, ni un auto y era pleno mediodía. Me sentía liviano, pero la angustia continuaba, era una angustia extraña, como si algo estuviera siendo extirpado de mí.

Siempre cuide mi cuerpo, pero ese día parecía fuera de él. Pude ver a mi abuela, no entendía, estaba confundido, más tarde vi a mi perro, el de mi niñez, mi abuela estaba muerta pero yo la veía.

Cuando giré para atrás vi mi cuerpo tirado en mi casa, estaba hinchado, pero no por los músculos, el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición. Era una masa amorfa irreconocible, ahí recordé todo, esa noche soñé que moría. En mi desesperación, al ver mi cuerpo en ese estado, traté de tocarlo, de recomponerlo, pero los gusanos blancos que salían a borbotones de mi boca y mi abdomen me impresionaban. Me resigné, actué como si nada pasara. Fui a la universidad pero nadie me veía, debía no ser visible para los demás, me fui a otro lugar, el lugar de los ecos y murmullos, yo también era un murmullo más, de los miles de millones que me rodeaban. Buscaba el murmullo, el eco más familiar y protector, pero no lo encontraba.

 

 

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