Para qué Buenos Aires
Para qué quiero nombrarte
si lo dice el triste en sus pasos
el insomnio de las noches antiguas
envueltas en su traje de vigilia
y los rostros y las cosas
esos ojos hundidos en una casi locura
de luces apetencias y olvidos.
Para qué quiero mirarte
si he visto urdir las voces del pasado
melancólica poeta de bolsillo
frustración y misterio ahogados en la fiebre
de un mito (que de tan contado
ya parece nuestra propia historia).
Me he quitado las estrellas
y he roto los poemas que te cantan
para verte temblorosa y erguida
con el silencio a tus espaldas.
Utopías devoradas en el último naufragio.
Ya no sos la nostalgia de la patria vieja
Perfil y voz de sombra
asida a la figura de lo que no fuera.
Solo queda la poesía de tus calles
alumbradas con retazos de tango
una muchacha un farolito y el pañuelo al cuello
las ganas de haber nacido
en la tierra de los viejos
una queja, días rotos, un orgullo mal parido.
De tanto amasarte con el polvo de otros surcos
sos ahora lo que hoy…
Una quimera que duele por debajo de la piel.
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