BARRO Y ASFALTO
Ciudad de papel,
sonora en los destellos,
urgente en las distancias.
La sonrisa de Gardel,
Ilumina adoquines perfumados.
Entre puchos y ginebras,
y en la borra del café,
se evaporan las nostalgias.
La noche apacigua desventuras
junto al río malhadado.
Lejana, la autopista
predice cicatrices enlodadas.
Por rieles desbocados
la vida busca vida
huyendo al conurbano.
Acá se vuelve verde el cielo
en un aliento de pájaros
Revuelto de botellas, de carros,
sin agua y sin asfalto,
sabe vivir el barrio
la fiesta del asado.
La plaza luce a voto,
a feria en día domingo,
vestida en pasacalles,
pintada a contramano.
Ahora -y siempre-
teñimos silencios los poetas
con versos en colores
celeste-azul y blanco.

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