lunes, 21 de marzo de 2011

Juan Pérez Álvarez-Ourense, España/Marzo de 2011

LAS EDADES DEL RÍO
 
                                  Como un río que nunca acaba de pasar
                                                                   Vicente Aleixandre
 
Desnaciéndose
y volviendo a nacer
como lengua transparente entre las piedras
avanza el río paulatinamente
abrazando el limite de la ribera,
besando las raíces de los árboles,
acariciando la tranquilidad.
 
El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.
 
Cuando en su senda desnuda
el río tropieza con la dureza,
se viste de remolinos de espuma
y bulle en revoluciones cristalinas
y crece su corriente indescifrable
invocando el órgano del mundo.
 
El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.
 
En el espejo de las meditaciones
que se encienden cuando el día se oculta
yo me miro en el discurso del río
en su impulso que busca un cauce nuevo,
en su brillante y profunda canción,
y creo estar en todas las edades,
y creo ser todos los hombres,
y toco la escalera de lo eterno.
 
El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.
 
Como ángel de formas, su corriente
da vida a cada parte del paisaje
que en mi memoria ausente se ilumina
y me modela con su movimiento
puñiendo como una piedra mi tiempo,
apenas tierra que ya se deshace
sin su acento arrojado al transcurso.
 
El tejido de luz del pensamiento
florece en su sinuosa voz de sombra,
y siembra en el espacio su medida.
Ya ha estallado el encanto de mi sueño
y los ojos que miran su reflejo alado
son la misma forma que transcurre en mí.

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