sábado, 25 de junio de 2011

Adriana Mónica Lamela-Neuquén, Argentina/Junio de 2011

Amor del último arco iris

Sereno
como el discreto compás de una melodía,
a cubierto del azar
diminutas nebulosas en tus pupilas,
tan  fuerte como para transigir  el anonimato,
anticipado, fresco, gradual,
como la obscura intensidad de las fresas.

No faltas. Permaneces. Sutilmente acontecido.
lombriz que repta y te absuelve,
la inconstancia te imagina como un aire delicado;
un roce te asciende desde los pies
y me desandas.
Desde tus manos las líneas
se descuelgan y abren los minutos
en un eterno regreso inmóvil y fugaz
Alzo los brazos
y continúas el desorden de la altura
que nada – ni el tiempo –
desvirtúa
- sabemos que es precioso el goce sin espinas
y las sombras nos juntan en luminosa ronda-
tan inexacta causa, tan imprudente certeza
encontrarte en la constante espera.
Igual de inoportuna tu manera
como radiante mi vida a todas horas.
Después lo eterno emprende un vuelo silencioso
allí, donde el mundo comienza a sorprenderse
junto al boomerang tibio de tus labios.
Qué pronto acontece el tiempo entonces.
Los transeúntes llevan siempre un sombrero
y vos, sólo reflejas el alba en tu mirada.
Caminar de este modo, me provoca cosquillas.
Yo nada más transito por los amaneceres tuyos.

Tan tarde para nadie
-livianos y presentes
en las finas manecillas de un reloj-
excepto -claro  - nosotros
madurando la ruta móvil de un próximo nocturno
de ardiente y embriagadora ignorancia
con la luna en la frente y
una ecuación de deseos en la boca madura.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Adriana,
Hermosos versos para homenajear a un amor.Felicitaciones.
Luis Tulio Siburu