martes, 21 de abril de 2015

Rosalba Pelle-Argentina/Abril de 2015


LEYENDO A GERMÁN PARDO GARCÍA

Tantos sucumbieron
doblados de dolor y sangrantes espinas
fuiste desandando tus días
en cruz desde el primer suspiro
no contaban con tu temple
tu constancia
de renacer cada día
después de cada muerte.
Huérfano de tanto
te nutriste de las ciénagas, del sol
de mielopatías mortales
en los morados silencios de los días.
Volviste del infinito
con heridas de estrellas
ojos aterrados
pudiste el martirio de Lícide
sin fulgor de artificios y de azufres
con tu vehemencia
rogando al mar
de lluvia te vestiste
y esa conjunción de humano con su tierra
lanzó tus versos a trascender por siempre.

No pudieron destruirte
pudiste la pluma que te hizo inmortal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Evidente consustanciación de la poeta con la lectura de Pardo García. Saludos.
Lina