Cuando vayas a Tilcara
Cuando vayas a Tilcara
no tengas ningún recato
en confesarle tu amor,
generosa ella
de brazos abiertos
te recibirá en su regazo.
Respírala,
acaríciala,
descubre sus contornos
con los tuyos.
Cuando vayas a Tilcara
llévate en la mochila
un hermano,
haz que te comparta
ojos, corazón y brazos
para abarcar
un poquito más
de su hermosura.
Contémplala,
transpírala,
asimílala,
pero no te apresures
en apropiártela,
mejor que nadie,
ella, te enseñará
cual es el tiempo mejor
para que resplandezca
su sol en vos.
Y no te olvides,
ni te espantes,
si entre tanto
encanto
al borde de tus pies se abre
el insondable abismo
de encontrarse a uno mismo,
preguntándose el por qué.
Sólo entrégale tu alma,
para que,
entre sus susurros
de tierra antigua,
te vuelvas
inesperadamente
virgen.
Sé paciente,
ella siempre se adueña
hasta de tu sombra.
Cuando vayas a Tilcara,
hermano,
confiésale tu amor
y recuérdale,
de paso,
que aún entre el embrujo
de su canto,
recuérdale hermano
que aún la extraño.
Del libro "mínimamente"
1 comentario:
Gracias Graciela por la publicación!!!!! Me encantó como quedó!
Te mando un gran abrazo y hasta pronto!!!!
Gito
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