lunes, 23 de mayo de 2011

Silvia Loustau-Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011


     La  mantita

Llovía  aquella tarde cuando tomó la mantita, habia estado envuelta entre tules.La mantita, livianísima, como tejida por luciérnagas.
La extendió. Nube blanca y cielo azul,  un perfume a  infancia, casi irreal se desvaneció en el aire. Que pequeño,  qué pequeño, mi changuito, pensó la mujer.
Vestida de silencio y tormenta teje , en el borde de la pañoleta, almenitas blancas, almenitas celestes.
Almenas contra los  gigantes verdes, mi niño. Contra   quienes  deseen  romper tus sueños.Se , chiquito, aún no conoces  la existencia de   monstruos oliendo agrio; si, si, lo de enormes zapatones sucios, los mismos   que aparecen en  alguna  pesadilla.
¿Escuchas el viento? Huele a mar, a sur .Aulla, habla un extraño lenguaje de páramos desiertos. De una tierra que no  conozco.
Mira, gurí,tocala, no, no es humo, es tu mantita, tan liviana, la confundes, quizá es el sueño que te cierra los ojitos.
No se, no   se, porque   siento estos deseos de llorar. Tonterias de madre, diría  tu abuela.
Ya verás, te arroparé con este trocito de lanas fugaces,  celestes y  blancas.


Una ráfaga fría y otra ardiente. La turbonada que viene  como una lengua del diablo. Silencio. Compás de espera. De pronto corren. Se esconden. Recuerdan  viejas cosas. Se quema la hierba. Se oscurecen los espejos. Alguien grita.Alguien grita.Grita.

Olor a almedras. A joven  cadaver. A frio de abril

 La mujer se arrodilla. Sobre  esa tierra indomita tiende la mantita del niño. Su niño. Él  que gritó




  a todos los caidos  en Malvinas, otra generación desangrada para abrir el camino de la libertad.

6 comentarios:

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Amiga Silvia: una sensación de paso del tiempo, donde lo que fue deja de ser. Donde los sueños se diluyen en la "mantita de lanas fugaces". Donde la lengua del diablo trae silencio y oscuridad. Mi abrazo sincero,

Daniel J. Montoly dijo...

Querida Silvia, la infancia es de esos pocos regales que jamás se pierden o toman polillas, porque siempre habrá inocencia en el corazón para sacudirle el tiempo.

Me gusta tu texto.
Daniel Montoly
Daniel

salvador moreno valencia dijo...

Entrañable relato.
Un grito y una denuncia.
El dolor de una madre qeu ha perdido a su hijo...

Lidia Blanca Castro Hernando dijo...

Silvia, como me invitaste a leer lo hice. No sé si es tuyo o de Graciela Diana, pero esta mezcla de dlzura y tormento, se mastica como gofio en la boca. No hay palabras entonces para recordar, sólo imágenes. Un homenaje tan bien merecido a esas almitas llevadas por los hombres verdes. Felicitaciones

Anónimo dijo...

Silvia

Esa mantita es mágica o angelical. Uno percibe el dolor desde el comienzo de la lectura, pero es tan dulce, tierno e inocente el lenguaje, que se eleva hacia donde el niño ha partido. Felicitaciones. Abrazos.

Molly Bic

Graciela María dijo...

El recuerdo de esa "mantita", quizás algo sucia por entonces, con parches, ajada... no importaba...era significado de calor de hogar, calor materno y luego, el sabor amargo de lo que fue y no volverá a ser... Felicitaciones, bello ...