sábado, 26 de noviembre de 2016

Luis Alberto Chávez Fócil-México/Noviembre de 2016



DÍA DE DIFUNTOS

Salgan salgan salgan ánimas en pena que el Rosario santo rompa sus cadenas

    No sólo los días uno y dos son, en el estado de Tabasco, México, dedicados a los fieles difuntos sino prácticamente todo el mes de noviembre. La gente dice que “engorda” debido a los compromisos familiares, de vecindad o amistad que los compromete a acudir a los distintos rezos en memoria de los muertos y, en tales prácticas, es común obsequiar a los asistentes  -ceremonia a cargo de una rezadora que interpretará el Rosario- tamales, pozol, pan y diferentes bocadillos al término al que por regla general asisten mujeres, los hombres casi no y los jóvenes menos mientras la chiquillería, alborotando en los alrededores, sólo se calma a la hora de degustar la comida.

Ave María Purísima, sin pecado concebida, por la señal de la santa cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
  
   Velas de sebo, incienso, copal y veladoras son el marco de estas ceremonias de respeto y tradición donde cumplidamente, a todo lo largo del mes, no cesan este tipo de oraciones para que los que han partido de este mundo descanen en paz y sepan que se les recuerda con cariño y con amor.
En el altar, la familia dispone de comida y bebidas especiales que le gustaban al difunto; también, se colocan cigarrillos si es que fumaba y alguna botella del licor de su predilección. El rosario dura una hora aproximadamente y son cinco misterios sabiéndose ya de memoria las comadres el momento específico de los coros.

Torre de marfil, ruega por ella, torre de David, ruega por ella, rosa mística, ruega por ella...
  
    Se alude a la preciosa sangre de Cristo, a que los saque de penas y los lleve a descansar, a la divina sangre derramada, a la reina y a los ángeles del cielo, a las potestades todas encumbradas en un fervoroso ruego de perdón y redención.
A estos eventos llega toda clase de gente, por ejemplo Nati, reiterada puta reconocida hasta el alma por su dedicación gratuita a andar con todos o, más bien, con el que le gusta cuando que también, por sus apuros económicos, no hace distingos sabiéndose que eso de la revolcada le fascina y, su fama de rebelde y disipada vida, le ha costado escándalos, encarcelamientos, borracheras, amenazas, golpes, deudas, queridos y seis hijos de diferentes padres sin contar con los traileros, agentes de paso o el ciudadano común que, un día, la vio coqueta en el parque y listo, dos o tres cartones de cervezas y Nati en el monte o el motel.

Por la señal de la santa cruz, de nuestros  enemigos líbranos señor Dios nuestro...

   La llegada de Nati, morena de treinta y tantos, busto grande, nalgas firmes y redondas, siempre causa una ligera conmoción, sobre todo en las chamacas indecisas por entregarse a los hombres ya que, en los pueblos donde no hay cine ni periódicos, la cama es una alternativa de placer y gusto.
Ahora, en el rezo donde nadie sabe quién carajos la invitó, luce preciosa con su pelo suelto ensortijado, negro, que le llega un poco abajo de los hombros. Cosa curiosa, no viene acompañada de un varón, como acostumbra -su padrote en turno- sino de dos amigas, más jóvenes que ella, con inclinación también a lo perdido o que, para algunas mujeres tal vez, tenga su timbre de envidia pues, cuando se tienen maridos impotentes, de eyaculación precoz, o en tratamientos de próstatas, el sexo de provincia es un clamor.

Creo en Dios Padre, Creador del cielo y de la Tierra....

   Sobre el altar se han dispuesto los platillos de honor;  hay cigarrillos y trago pero también dos fotos a como es costumbre en estos casos. En una de ellas aparece la difunta, una morena de sesenta y tantos que sostiene en su regazo a una pequeñita linda como de seis años de cabello largo ensortijado.
Una de las acompañantes de Nati se acerca a contemplar la foto al momento en que el rezo ha terminado y se dio ya inicio a la repartición de bocadillos.
-¡Nati, Nati!- dice la joven sosteniendo su platito de unicel y mordisqueando un tamal- ¡mira, mira ven, esta niña se parece a ti, es igualita cabrona!
Y en un rincón de la casa, muerta en lágrimas calladas, Nati decide salir a toda prisa de allí.

Salgan salgan salgan ánimas en pena...

2 comentarios:

Walter Hugo Rotela González dijo...

interesante postal muy bien narrada. Un placer la lectura. Gracias Luis Alberto por este exquisito cuento. Tanto la descripciones como el uso de la forma de narra como si fuese un rosario me parece muy expresivo. Felicitaciones.

Unknown dijo...

Muchas gracias, señor Walter.